La mayoría del Gobierno desconocía el plan de la vicepresidenta Carmen Calvo de aceptar la figura de un relator en el diálogo con la Generalitat de Cataluña. La seguidilla de declaraciones de Calvo en los últimos días, cada una más confusa que la otra, prendió los nervios y la indignación en algunos ministerios claves del Ejecutivo. Nadie sabía qué responder, ni cómo.
La lectura que se hace al más alto nivel en el PSOE es que "Calvo está abrasada" por lo ocurrido. Y lo peor es que todo este embrollo, que le ha costado al Gobierno una protesta en la calle organizada por la oposición, puede no traducirse en el apoyo del independentismo a los Presupuestos.
El malestar, según fuentes consultadas por Vozpópuli, ha llegado a las puertas del despacho de Pedro Sánchez. El cabreo del jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, con Calvo es mayúsculo. Redondo forzó la rueda de prensa de Calvo el miércoles a mediodía. El objetivo era frenar la confusión generada por la entrevista que la vicepresidenta había concedido a la Cadena Ser hora antes.
"Pregúntele a la vicepresidenta"
En ese momento, ministros como José Luis Ábalos -que estaba en México-, Josep Borrell, María Jesús Montero o la propia Meritxell Batet no sabían de qué hablaba Calvo. La vicepresidenta calificó esta figura como la de un "relator o algo así". Y después se contradijo varias veces sobre sus funciones, quién lo nombraba y en qué marco supuestamente actuaba.
Se dice que su trabajo será en la mesa de partidos catalanes (en la que no están ni PP ni Ciudadanos) y que Gobierno y Generalitat trabajarán en el ámbito institucional. Pero el separatismo quiere mesa de partidos nacionales. Tampoco está claro quién será esta persona que ejerza de relator. Tampoco se sabe de que van a negociar, porque todas estas demandas eran del separatismo.
La alarma cundió en los Ministerios, que pedían aclaraciones sobre los mensajes que debían trasladar. Algunos ministros ni si quiera eran capaces de disimular su enfado en público. Borrell, abordado en el Senado, fue incapaz de responder a las preguntas de los periodistas.
"No tengo conocimiento de nada", dijo. "Pregúntele a la vicepresidenta que es la que lleva estos temas".
En México, Ábalos tuvo que dar una larga cambiada. "Creo que sería más correcto llamarlo coordinador de los encuentros que pudiera haber", aseguró.
Los barones y algunos dirigentes del PSOE también mostraron su malestar en público, desde la rotundidad de Javier Lambán hasta la "perplejidad" de Emiliano García Page. Calvo les acusó de criticar desde el desconocimiento. "Están desinformados", dijo.
El expresidente Felipe González, en alusión a las palabras de la vicepresidenta, ha dicho que no es desinformación, sino confusión.
¿Sabía alguien lo del relator?
Tal y como ha informado este diario, la figura del relator ha sido más una improvisación que una estrategia planificada. Y la único salvavidas que fue capaz de articular el Gobierno al palo que supuso la enmienda a la totalidad de ERC a los Presupuestos.
Los esfuerzos de Calvo por separar los Presupuestos del diálogo con la Generalitat no han surtido efecto. De hecho, el Gobierno trabajaba con la idea de que ni ERC ni el PDeCAT presentarían enmienda. Cuando ERC dio el paso cundió el desánimo y regresó el fantasma del inminente adelanto electoral.
El primero en sugerir la figura del notario, mediador, facilitador, coordinador y finalmente relator fue el líder del PSC, Miquel Iceta. Calvo se subió a la ola poco después.