Podemos ha decidido emplear todas sus cartas para atacar a Carmen Calvo. Quiere alejarla de la negociación para la formación del nuevo Ejecutivo, y está dispuesto a aprovecharse de la gestión de la crisis del Open Arms. Calvo despierta profunda antipatía en la dirección de Podemos. Es considerada una de los halcones que trabaja con más ahínco contra la coalición rojo-morada. Y en la tarde de ayer, el partido de Iglesias ha decidido pedir su comparecencia extraordinaria en el Congreso, desmarcándose de la iniciativa del PP y Ciudadanos que apuntaban a Pedro Sánchez.
La comparecencia extraordinaria tiene que ser aprobada por la Mesa del Congreso, donde el PSOE y Podemos suman la mayoría de delegados. Podemos, que en un primer momento pidió que fuera Sánchez a dar la cara, cambió su estrategia pocas horas después, para poner entre las cuerdas a la vicepresidenta. Faltan 30 días para cerrar el tema de la investidura y el partido morado, midiendo al centímetro la oportunidad de utilizar otra crisis nacional, ha concluido que es más conveniente señalar a Calvo que a Sánchez.
Iglesias quiere que Calvo se convierta en la responsable de la inacción del Ejecutivo. Es ella, considera, quien debe responder en la Cámara. Y la orden impartida desde la dirección ha sido la de sostener que Sánchez estaba de vacaciones cuando ocurrió la crisis.
Malestar en el PSOE
El barco del Open Arms estuvo bloqueado en la mar a un kilómetro del puerto italiano de Lampedusa, con un centenar de rescatados a bordo y dando lugar a una fuerte polémica entre el armador del buque, el gobierno español y el italiano durante dos semanas. La fiscalía italiana ordenó el pasado martes proceder al fin al desembarco, horas después de que Sánchez hubiera anunciado el envío de un buque de la Armada con la intención de escoltar a la ONG hasta Mallorca.
Ione Belarra, una de las diputadas más cercanas a Iglesias, ha afirmado que "ojalá" la vicepresidenta se hubiese mostrado "igual de dura con Salvini de lo que está siendo con el Open Arms y los migrantes". "Eran personas que habían vivido una travesía durísima y estaban en condiciones indignas en la cubierta de un barco", ha añadido. Antes, Iglesias había acusado a Calvo de actuar “siempre tarde”, haciendo un guiño a los tiempos reducidos en los que se negoció la coalición en julio.
Figura incómoda para Iglesias
Con el telón de fondo la negociación sobre el nuevo Ejecutivo, Podemos quiere aprovechar el malestar que la gestión de Calvo ha generado también en las filas socialistas. Los giros que ha dado la vicepresidenta --ofreciendo puertos sin avisar a las autoridades competentes o acusando al barco de no haber querido desembarcar en Malta (un extremo matizado por el presidente de la ONG)-- han tenido una mala acogida en muchos ambientes del PSOE. Algunos han llegado a afirmar que "lo que toca Calvo casi siempre acaba mal", como desveló este diario.
Durante las negociaciones del pasado julio, Calvo fue la encargada de trabajar con Pablo Echenique para intentar desbloquear el pacto de coalición. Sin embargo, según fuentes de Podemos, fue quien más torpedeó dicho acuerdo. En un primer momento, filtrando un documento de Podemos supuestamente modificado. Y, finalmente, remando en contra en las fases de la negociación.
El plan de Iglesias es matar dos pájaros de un tiro. Quiere aislar a una persona incómoda del equipo socialista y desmarcar a su partido de la política del PSOE en temas migratorios. Echenique recordó el pasado martes que su partido apuesta por destinar más recursos públicos al rescate de los migrantes en el mar.
No es la primera vez que Podemos intenta deshacerse de los dirigentes socialistas considerados contrarios a sellar una coalición. En el pasado julio, entró en la diana morada el superasesor de Sánchez, Iván Redondo. Juan Carlos Monedero tildó a Redondo de "Rasputín de la mercadotecnia", generando el enfado de Sánchez.