Podemos empieza a parecerse a un barco en el que entra más agua cada día. A mediados del pasado mes de julio, una carta enviada a dirigentes de máxima relevancia del partido ha agitado la formación. Vozpópuli ha tenido acceso a esta misiva interna, enviada de manera anónima pero firmada por “miembros del equipo de informática de Podemos”, que denuncia un “sistema de fraude” en las primarias desde 2018 (incluyendo el referéndum del chalet). En ella, se detalla un modelo para borrar votos a personas y círculos de militantes que se consideran críticos con la dirección. Los autores califican a la cúpula del partido de “sinvergüenzas” y piden una "autoridad externa". “No es un fraude de Podemos, es un fraude contra Podemos”, subrayan.
“Hemos podido comprobar con certeza que las dos últimas Secretarías de Organización estatal [las de Pablo Echenique y la de Alberto Rodríguez] han creado, mantenido y usado un sistema de fraude en estas asambleas y procesos electorales internos de Podemos”, empieza la carta que desvela este diario este lunes.
“La ejecución de este sistema se ha mantenido en el máximo secreto, de modo que nadie pudiera descubrir lo que estaba ocurriendo”, añade antes de revelar un presunto amaño centrado en la desaparición de votos de los inscritos para decantar las votaciones a favor de la cúpula.
Primarias de Bescansa y el chalet
El supuesto fraude, argumentado en dos hojas en las que se incluyen detalles que para las fuentes consultadas demuestran un conocimiento profundo del sistema de votación interno del partido, abarca varios procesos electorales. Empieza por la votación en Galicia de 2018 que perdió Carolina Bescansa, pasa por el referéndum sobre el chalet de Galapagar y abarca el pacto de gobierno con Pedro Sánchez, hasta acabar con las primarias de julio para las direcciones regionales.
Acto seguido, la carta se centra en describir la falsificación del proceso electoral. Las primarias de Podemos se fundamentan en cruzar los votos de los inscritos en dos servidores: el interno (llamado “votachachis”) y el externo de la empresa nVotes. La votación se registra en el portal interno de Podemos, y los datos luego pasan a la empresa externa, que los analiza uno a uno para ratificar el resultado. Sin embargo, según la carta que desvela hoy Vozpópuli, miembros del equipo informático denuncian que el partido invalida antes de la votación a grupos de personas para que, de facto, su voto no quede registrado.
"Eliminar votantes sin que lo sepan"
“No has competido en un proceso limpio”, escriben los autores de esta carta que está circulando en el partido hablando con “compañeras y compañeros”. “En realidad te han utilizado como comparsa de un proceso amañado, igual que han utilizado a las personas que han votado y a nosotros mismos como técnicos”, acusan.
En cuanto al método del amaño, explican: “El truco se ejecuta antes de todo. Y no consiste solo en sumar un puñado de votos inscritos en el último día en ese territorio, ni siquiera en restar votos para una u otra razón, sino que consiste en eliminar votantes antes del proceso y sin que ellos lo sepan”.
El sistema de votación interno de Podemos determina que cada afiliado que vota en un referéndum o primaria debe ser antes verificado. El partido morado cuenta con medio millón de simpatizantes, pero los afiliados reales son muchos menos. Y solo esos militantes verificados (por nombre, DNI, teléfono, etc.) son los que pueden votar. Sin embargo, según el “sistema de fraude” denunciado en esa carta, el partido desactiva temporalmente algunas verificaciones, lo que invalida en secreto algunos votos.
"No queda nada"
“Esas personas des-verificadas no sabrán nunca que el voto que han emitido no va a ser contado, porque ya no es un votante válido. (...) Simplemente, los votos de las personas señaladas individualmente o incluso amplias porciones del total de votantes de distritos completos señalados como ‘contrarios’ a la lista que se quiere favorecer desaparecerán de los resultados. No serán siquiera nulos. Serán inexistentes para el recuento informático”, reza la carta.
La protección de datos permite, por otro lado, no dejar rastro. "Al estar anonimizados nadie podrá saber nunca a quién corresponde ni qué votaron. Como decíamos, una vez terminado el proceso se pueden fácilmente borrar las huellas del fraude volviendo a marcar como verificadas a las personas que fueron eliminadas. Finalmente los votos se destruyen de los servidores así como las claves. No queda nada”, denuncian.
Pero, ¿cómo se sabe con antelación el voto de un determinado territorio o círculo? "Muy fácil --zanja la carta--, como ahora la participación ha bajado tanto es fácil investigar las afinidades de los círculos, la zona de donde vienen los candidatos, sus resultados anteriores… y ahí se baja la participación perjudicando a la candidatura que mejores resultados sacaba en ese pueblo o esa zona. A veces, en los procesos municipales o censos pequeños, se ha pedido a alguien de confianza de la candidatura afín que acceda al censo y repase los nombres, las direcciones, la foto del DNI de los inscritos que conozca en su territorio y señale a las personas que apoyan la otra candidatura y así poder retirarles la marca ‘verificado’ para esa votación”.
Recuento segmentado
Cabe señalar que en algunas votaciones internas cuestionadas, las listas favorables a la dirección de Pablo Iglesias se han impuestos por un puñado de votos. En La Rioja, por ejemplo, la lista oficialista ganó por 17 votos (y con un ordenador del que salieron 12 votos). En la Comunidad Valenciana, lo hizo por tan solo 38 preferencias. Y en Cataluña, en la última votación para la secretaría regional, la favorita perdió contra la afín a Iglesias en un proceso con muchas sombras. La participación cayó en un millar de personas con respecto a otra votación de pocas semanas antes. En ese caso, miembros de Podemos denuncian la "desaparición" de votos. En La Rioja, los perdedores de las primarias han elevado el asunto a los tribunales. Se espera para las próximas semanas la apertura del juicio oral.
La carta también detalla otro extremo que fue desvelado por una información de Vozpópuli hace un año. En ella, fuentes de Podemos apuntaban a una orden de la cúpula del partido para tener información privilegiada sobre el voto en los territorios en la consulta sobre el cogobierno con Sánchez.
El partido niega esa circunstancia, pero los informáticos escriben en la carta-denuncia: “A partir de la consulta de 2019 para entrar en el Gobierno, se nos ha exigido poder hacer recuentos internos segmentados por cualquier criterio, recuentos secretos solo para la Secretaria de Organización”. Con esos datos, según los denunciantes, el partido avanzó en su sistema de criba de los territorios o círculos que “desactivar”.
"Autoridad externa"
Los denunciantes prefieren mantener el anonimato, aunque la carta ha sido enviado a dirigentes de cabecera del partido y en diferentes territorios, tal y como ha podido averiguar este diario. "El motivo es evidente y lo conocéis: seríamos acusados públicamente de vaya usted a saber qué barbaridades, y despedidos inmediatamente. No os vamos a ocultar nuestro miedo porque ya sabéis que está justificado", sostienen.
Para resolver la situación, los impulsores de la denuncia piden la reactivación de una "autoridad externa", tal y como funcionaba antes del congreso de Vistalegre II. Y concluyen su alegato señalando directamente a la cúpula del partido. "Esto no es Podemos (...) En realidad no es un fraude de Podemos, es un fraude contra Podemos, contra la participación y contra la honestidad. (...) El buen nombre que tanta gente sigue creyendo que sí se puede no se merece que todo lo que defendemos se vea ensuciado por un grupo de dirigentes que no creen en la democracia y a quienes sólo podemos calificar de sinvergüenzas".