Pablo Casado está decidido a cerrar la vía de agua abierta en el caso del PP por el que se le ha escapado el 40 % de los votos. Con cinco millones de papeletas no se gobierna España, comentan fuentes de la dirección. Hay que llegar a los diez millones, “de una u otra forma”, bien sea mediante recuperación de los fugados o animando a los fatigados.
La moral de los populares sale muy reforzada después de su cónclave nacional, en el que se plantearon propuestas programáticas que se desarrollarán durante las próximas semanas. Casado es líder indiscutible, se escuchaba en los pasillos del Ifema. En la dirección del PP piensan lo mismo. No hay tutelas de Aznar, en contra de la versión que se hace circular desde fuera, comentan estas fuentes. El líder del PP está convencido de que ganará a la primera y no a la tercera, como Rajoy, apostillan en su entorno, donde dan por hecho que Sánchez no convocará generales hasta el próximo año. “Estaremos preparados y se verá en las elecciones de mayo”, añaden.
La estrategia de Casado
Eso de “la derechita cobarde”, como les ha calificado Vox, es una infamia que juega en su contra, añaden. Así se vio en la mesa sobe las Víctimas, en la que la eurodiputado Teresa Jiménez Becerrill, hermana del dirigente del PP asesinado junto a su esposa, arrojó este insulto sobre la conciencia de Santiago Abascal.
La estrategia de Casado se basa en tres puntos: respeto al pasado, ambición de futuro y no insultar a los exvotantes. Hay mensajes desde Génova de no confrontar con Vox más de lo necesario y siempre sin caer en el agravio personal.
Con Ciudadanos no es preciso entablar disputas para distanciarnos. “Ya se distancian ellos, están rumbo al PSOE con la máquina a tope”, apuntan. “Ojalá les vaya bien, sería el escenario perfecto. Un PSOE menguante por la política catalana de Sánchez y un partido naranja linsojeando al centroizquierda, que es su sitio”.