Pablo Casado desvelará este domingo el nombre de su candidato a la alcaldía de Barcelona. Alberto Fernández Díaz, después de cinco lustros en el Consistorio, ha dado un paso al costado y se retira del ámbito municipal. Las versiones que circulan por Génova hablan de una mujer, incluso señalan que forma parte de la actual dirección. De ahí que circulen en las quinielas tanto Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios, como Dolors Montserrat, portavoz en el Congreso.
Ambas son catalanas. Levy incluso es diputada en el Parlament. Ambas son muy mediáticas, experimentadas y fieramente beligerantes con el nacionalismo. Hay un problema: ninguna de las dos quiere dejar Madrid para lanzarse a tan arriesgada aventura. Levy incluso desmentía abiertamente esta posibilidad en las últimas horas. El PP tiene ahora tres concejales en el Consistorio barcelonés y podría desaparecer de la escena, según algunos sondeos.
También se ha lanzado en los últimos días el nombre de Josep Lluís Bou, industrial panadero, presidente de una asociación de empresarios no nacionalista y muy vinculado a sectores tradicionales barceloneses. Hay quien dice en el PP que sería un rival perfecto para competir con Valls y plantarle cara a Ada Colau, cuya renovación como alcaldesa ya ponen en duda las encuestas.
Alejandro Fernández, recién elegido presidente del PP catalán, quiere dar la batalla y recuperar espacio perdido. Rechazó desde el principio una posible candidatura de fusión con Ciudadanos, bajo la efigie de Manuel Valls como cabeza de cartel. Casado apoyó desde el principio esta opción. "No podemos borrar nuestras siglas de Cataluña, la región donde tenemos que estar presentes, pase lo que pase, y más en estos momentos", señala Teodoro García Egea, número dos de la formación.
Querella contra Torra
La gran duda estriba en el papel que vaya a jugar Vox en este escenario. El partido de Santiago Abascal ha llevado a cabo iniciativas valientes y de enorme eco en distintas zonas catalanas. La última, hace unos días en Tarrasa, donde elementos de CDR, intentaron provocar enfrentamientos en la calle. La actuación de los Mossos evitó el choque. Los grupos violentos del separatismo, amparados y espoleados por el 'president' Torra, han exigido la depuración de responsabilidades y la expulsión del cuerpo de los agentes más cumplidores con su deber.
Vox ha triplicado en un par de meses el número de afiliados en Cataluña. El espectacular resultado que logró en Andalucía ha animado la incorporación de militancia en toda España, según fuentes de esta formación que confía obtener buenos resultados en la cita de mayo.
Hay un votante desafecto y otro descontento que, en su desesperación, optará por la opción más directa y radical contra el secesionismo. Vox, que ejerce la acusación particular contra los líderes del golpe, ha presentado ahora una querella contra Torra ante el Supremo, en la que demandan 'la detención inmediata y la prisión preventiva' por sus declaraciones en favor de la 'vía eslovena' hacia la independencia. Una vía que es una exhortación a la violencia puesto que incluye decenas de muertes, sangre, desolación y barbarie.