Dolores Cospedal estrena el movimiento de piezas en el mapa autonómico de Pablo Casado. La exsecretaria general del PP abandona la presidencia de la organización regional rumbo a otros destinos, quizás el Parlamento Europeo. La Junta directiva regional se reúne este viernes en Toledo para convocar un congreso extraordinario, a celebrar a mediados de octubre, en el que se elegirá a su sucesor. Con esta decisión arranca una serie de cambios en las estructuras regionales del PP de cara a los comicios de la primavera próxima.
No hay delfín en el horizonte ni claro heredero. La presidenta saliente no da pistas. Vicente Tirado, la mano derecha de Cospedal en la región, la persona que le ha guardado la viña castellano-manchega mientras ella se volcaba en la política nacional, tanto en Génova como en Defensa, parece que no será el elegido. Tirado, hombre fiel y leal, fue ya recompensado con la vicesecretaría de Política Autonómica, el cargo que ostentaba Javier Arenas. Una venganza ácida, una revancha en toda regla.
Cábalas y quinielas
Aparece en el horizonte el nombre de Rosa Romero, fiel a Casado, miembro de la Mesa del Congreso. O Antonio Román, alcalde de Guadalajara. El elegido se convertirá automáticamente en candidato electoral en mayo, un detalle que puede decidir esta decisión. Romero es una mujer laboriosa, con muy buena imagen en la comunidad, con un enorme trabajo en Madrid y goza de gran predicamento en los medios y las redes.
Cospedal llevaba doce años al frente de los populares castellano-manchegos. Llegó en 2006, se presentó contra el socialista Barreda, perdió. Cuatro años después, lo volvió a intentar y, esta vez sí, logró una de las principales proezas ejecutadas por el PP en los últimos años. Desalojó a los socialistas de la Junta de Castilla-La Mancha, lo que no había ocurrido desde el principio de la transición. Era el punto final a la 'era Bono' y el comienzo de una nueva etapa. Cospedal se convertía, así, en uno de los activos emergentes de su formación.La alegría duró un solo mandato. Pese a renovar su victoria en 2015, un pacto de García Page con Podemos la desalojó de la Junta.
El choque con Soraya
El relevo en la presidencia regional manchega se produce en un momento crucial para el nuevo PP. Pablo Casado y su equipo se dispone a llevar a cabo algunos cambios notables en las estructuras regionales y municipales de cara a las elecciones de la primavera próxima. Todo deberá estar listo para la Convención Nacional de los días 2 y 3 de diciembre. "Será algo más que un lavado de cara, habrá novedades de importancia", señalan fuentes de Génova.
Cospedal ha desistido enfrentarse de nuevo a los socialistas en su comunidad. Una vez que ha conseguido derrotar, por persona interpuesta, a Soraya Sáenz de Santamaría en las recientes primarias, busca un cambio de guión. Fue nombrada presidenta de la comisión de Exteriores en el Congreso y se da por hecho que encabezará la lista a las europeas. Esteban González Pons, quien sería el heredero formal del saliente Arias Cañete, se enroló en apoyo a Santamaría en la interna del partido. Un factor que puede actuar en su contra, de acuerdo con fuentes de la dirección.
Mariano Rajoy la colocó en la secretaría general del partido en 2008. Un sillón que se convirtió más tarde en una silla eléctrica, un potro de tortura, que debilitó el propio perfil de Cospedal. Toda la basura de la etapa Bárcenas, los sobresueldos, la Gúrtel, cayó sobre sus hombros. Como secretaria general dio un paso al frente y levantó un muro de protección en torno a Rajoy cuando el resto de los dirigentes del PP, en especial Javier Arenas, miraban hacia otro lado. El expresidente se lo compensó. La mantuvo en la cúpula de Génova durante diez años.
Ahora cede los trastos regionales y hasta los del partido. Ha colocado a sus fieles en puestos relevantes de la formación. Influirá también a la hora de hacer las listas de mayo, asunto ahora bajo el control de Teo García y Javier Maroto. "Nunca abandona a los suyos", comenta un diputado de Ciudad Real.