Política

La deriva de Pedro Sánchez, asediado por el caso Koldo, su mujer y la amnistía, abre una fisura en el PSOE

Algunos socialistas comienzan a dudar de la viabilidad de la legislatura y de la capacidad del presidente de salir airoso de una tormenta perfecta

La legislatura está en un abismo. Y en el PSOE comienzan a surgir voces que dudan de su viabilidad y de la capacidad del presidente, Pedro Sánchez, de salir airoso de la tormenta perfecta a la que le han llevado el caso Koldo, la situación judicial de su mujer, Begoña Gómez, y la reciente aprobación de la amnistía. La medida de gracia, de hecho, ha sido el detonante de algunos aspavientos en el grupo socialista.

Tres diputados del partido rehusaron aplaudirla este jueves en el Congreso. Todo un gesto sintomático del ambiente que se empieza a respirar en las capas intermedias del PSOE y que tiene al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, como abanderado tras anunciar que estudia sumarse al frente de comunidades del PP que recurrirán la ley al Constitucional. Nadie sabe a ciencia cierta cómo se aplicará la norma por parte de los jueces. Y hay temor de que Carles Puigdemont pueda poner fin a esta etapa de Sánchez en Moncloa.

A poco que se comenta la situación de Pedro Sánchez con algunos diputados a las órdenes de Ferraz, estos reconocen la "extraordinaria dificultad" del panorama que enfrenta el presidente del Gobierno. Y pronto asaltan las dudas. Es cierto que comparten el relato cocinado por Moncloa de que la derecha política, judicial y mediática tiene el objetivo de derribarles. Pero les molesta algo más. No solo la gestión que ha hecho el partido del caso Koldo, que solo obligó a asumir responsabilidades al exministro José Luis Ábalos, al que expulsaron, sino la estrategia que Moncloa está siguiendo para proteger a Begoña Gómez.

No se entiende bien que el relato siga siendo el mismo: "fango, fango y fango", pese a que las últimas informaciones siguen apuntando a un entramado de conexiones empresariales de las que se ha podido beneficiar por su condición de mujer del presidente del Gobierno. Por eso mismo está imputada en una investigación judicial abierta por el titular del juzgado de instrucción 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado. Es más, se advierte del riesgo de criminalizar a los medios críticos. Sí, comparten que hay cloacas periodísticas que se valen del juego intencionado. Y eso ocurre en un lado y en otro. Pero estos diputados avisan de que no se puede apuntar desde el Gobierno sistemáticamente contra todo lo que no comulga contigo.

También chirría en estos diputados la versión de los cinco días de desconexión de Sánchez. No se atreven a elucubrar. Pero no entienden bien cómo es posible que el presidente, si decidió seguir adelante en la madrugada del sábado, no fuera capaz de informar a su núcleo duro hasta el mismo lunes por la mañana. Y tampoco que fuera a ver al Rey para notificarle que se mantenía al frente del Ejecutivo.

Lo cierto es que no ayuda nada el hecho de que haya trascendido que muy probablemente Pedro Sánchez conociera la condición de imputada de su mujer desde dos días antes de redactar la carta que remitió. Las incógnitas crecen y no se disipan. Y eso perturba a algunos diputados del partido. Para más inri, la amnistía aún puede traer auténticos quebraderos de cabeza.

En el partido se empieza a contemplar como plausible que la "ofensiva" de los jueces, como la catalogan, contra la amnistía reviente a sus aliados independentistas y no se puedan ver beneficiados de la ley; lo que aumenta exponencialmente las opciones de que la legislatura salte por los aires. Carles Puigdemont, inmerso en un juego con los socialistas para impedirles la presidencia de la Generalitat, podría hacer caer a Sánchez si no logra su objetivo. En verdad, El presidente del Gobierno afronta sus momentos más difíciles desde que llegó a Moncloa.

Por delante quedan las elecciones europeas. El optimismo es moderado en Ferraz, que ha visto como crecían sus expectativas de voto en las últimas semanas. Pero cabe reseñar que si el resultado es malo, podría saldarse con alguna que otra cabeza. La del número tres del partido, Santos Cerdán, podría ser una de ellas. Aunque los últimos resultados en vascas y catalanas han suavizado la tensión.

El resultado de las elecciones del próximo 9 de junio, en cualquier caso, marcará el rumbo del partido en los próximos meses así como los pasos de Sánchez. Se espera una remodelación de Gobierno aprovechando la salida de Teresa Ribera. Hay quien apunta que podría ser más amplia de lo previsto. Pero eso no deja de ser una mera especulación que evidencia el nerviosismo que empieza a abrirse en el PSOE.

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