El PSOE, que celebra el próximo fin de semana su 41º Congreso Confederal a instancias de Sánchez para cerrar filas en torno a su liderazgo, tenía 174.853 afiliados cuando el actual presidente del Gobierno llegó a La Moncloa en 2018; y a finales de 2023 (últimos datos disponibles) disponía de 152.913. Según consta en las distintas memorias económicas oficiales presentadas ante el Tribunal de Cuentas, se han volatilizado al menos 22.000 carnets socialistas en este periodo. De mantenerse la tendencia descendente de los años anteriores en 2024, la cifra puede rondar las 27.000 bajas o quizá más.
El partido no ha informado aún del censo para el Congreso. Aunque es difícil seguir la evolución concreta por la falta de transparencia (también de los demás partidos), el PSOE registra ahora el menor número de militantes desde que ostentó el poder en los años ochenta con el liderazgo de Felipe González. El ‘agujero’ desde que Sánchez retomó la secretaria general del partido a partir de 2017 en el 39% Congreso es de un descenso de unos 35.000 afiliados. Ha pasado de casi 188.000 en aquel año a esos 152.900 a finales de 2023.
En términos porcentuales, el PSOE ha perdido con Sánchez en La Moncloa el 12,5% de sus afiliados. Es decir, uno de cada ocho militantes socialistas ha dejado de pertenecer al partido en cinco años. El porcentaje es también superior si la comparación se realiza respecto a 2017: la caída llega a casi el 19%. Es decir, prácticamente uno de cada cinco militantes ha abandonado el partido desde la reaparición de Sánchez en la secretaría general. Por ejercicios, se observa curiosamente que en el primer año en el Gobierno (2018) con minoría parlamentaria y con los presupuestos del PP en vigor, el PSOE perdió casi 4.000 carnets (-2,2%).
Sin embargo, tras las elecciones generales que tuvo que convocar Sánchez en 2019 ante el rechazo del Congreso de unos nuevos presupuestos, el partido tuvo un aumento testimonial de un centenar de militantes. Pero, en 2020, con la crisis de la pandemia y coincidiendo con el acuerdo con Podemos y la creación del primer gobierno ‘bicolor’ en la democracia, el PSOE se dejó en la ‘gatera’ a casi 6.000 militantes (-3,4%). La cifra llegó a 5.237 militantes menos en 2021 (-3,2%) y una cantidad de carnets casi similar desapareció en 2022 (5.124). En 2023, último ejercicio del que hay cifras oficiales, el PSOE perdió a unos 2.000 afiliados tras las elecciones generales de julio ya con el apoyo de Sumar en el Gobierno y de los partidos nacionalistas e independentistas en el parlamento.
En ese año, tras cambiar Sánchez de opinión una vez más, inició el proceso de amnistía de los políticos catalanes y ciudadanos implicados en el proceso ‘indepe’ que se le exigía para apoyar su investidura. De 2024 no hay cifras oficiales de la ampliación de la segura caída de la militancia tras la aprobación de la Ley de Amnistía, los problemas recientes ante el fisco y la justicia del entorno familiar de Sánchez, los diversos casos de presunta corrupción del miembros del partido y del Gobierno y, por si fuera poco, los efectos políticos de la DANA.
No hay información concluyente sobre la evolución de la afiliación histórica socialista ni del resto de los partidos porque la mayor parte de su estadística está engordada con simpatizantes sacados de la chistera, “amigos” e incluso con militantes en situación de alta y baja en el mismo ejercicio o de quienes no estaban al corriente de pago de las cuotas. Según diversas publicaciones (entre ellas el Estudio de la Estructura y Dinámica de la afiliación socialista en España de José Félix Tezanos, ex miembro la Ejecutiva del PSOE y actual presidente del CIS) el partido tenía 14.588 afiliados en 1918. Llegó a casi 59.000 en 1936 (en el inicio de la guerra civil) y en los primeros años de la instauración democrática superó los 101.000 (1979).
El techo del partido
En otras fuentes se asegura que, por ejemplo, en 1993, cuando el Gobierno de Felipe González empezó a declinar, la cifra superaba los 350.000. Ese fue el techo. A partir de entonces comenzó la ‘hégira’ de carnets. En 2008, con José Luis Rodríguez Zapatero en la secretaría general y en La Moncloa y en el inicio de la gran crisis económica, se bajó a 238.000, según los informes de gestión. Con el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba continuó el goteo de huidos: en 2012 había 217.000 afiliados socialistas ya con el PP instalado en el Gobierno. Y cuando Sánchez llegó por primera vez a la secretaria general del partido en el Congreso extraordinario de 2014 había 198.000.
Desde entonces se han precipitado las estadísticas hasta esos 152.913 afiliados a finales de 2023 que, según las cuentas de ingresos, aportan 9,8 millones de euros a las arcas del partido. Se trata de la cifra más baja desde 2017, y se sitúa muy lejos de las recaudaciones récord de los años previos a la segunda recesión y de la salida del Gobierno del PSOE. Por ejemplo, la recaudación por cuotas de afiliación se acercó en 2011 a 14,4 millones. De la situación actual del PSOE con Sánchez en La Moncloa se extrae además otra información interesante: las aportaciones de las Juventudes Socialistas (la presunta cantera) sólo representaban en 2018 el 0,6% (62.000 euros) de la recaudación total de los afiliados. Lo que denota un envejecimiento importante del partido.
Las increíbles estadísticas de afiliación de los partidos
Según estas cuentas, cada afiliado socialista aporta una media de 64 euros anuales. Sin embargo, la cuota anual estipulada supera los 100 euros (51 euros semestrales). Si vemos las estadísticas de los demás partidos, las cifras oficiales también son dudosas. Por ejemplo, el Partido Popular señala en la Memoria que acompaña a sus cuentas que en 2023 aumentó hasta 800.519 el número de militantes, unos seis mil más que al inicio del año. Pero, si comparamos esa cifra con la recaudación de cuotas (poco más de 3,5 millones de euros) sale una aportación individual de poco más de cuatro euros al año.
Resulta curioso también que, por ejemplo, en 2018, cuando sus afiliados pudieron votar en las primarias para elegir al sucesor de Mariano Rajoy (entre Pablo Casado, Soraya Sáenz de Santamaría y Maria Dolores de Cospedal), sólo pudieron hacerlo 66.384 porque era el número de los que estaban al corriente del pago de sus cuotas. Por su parte, Vox señala que dispone de 66.949 afiliados, casi mil más que el año anterior con unos ingresos por cuotas de 4,5 millones (una cantidad superior a la del PP), es decir, ingresa una media de 67 euros por afiliado. Sin embargo, en la información previa a la asamblea general que celebró en enero de 2024 mencionaba tener la mitad de militantes: 32.690.
De la coalición Sumar no hay datos, y los que hay de Podemos son de 2019. Había medio millón de militantes cuando era gratuita. Pero, cuando al año siguiente se establecieron tres euros de cuota, sólo 18.791 estaban al corriente de pago.
Las estadísticas de los demás ‘socios’ del Gobierno también dejan muchas dudas. Por ejemplo, ERC señala que dispone de 8.504 militantes (un 2,5% menos que hace un año) con un ingreso medio de 116 euros anuales que aportan unas cuotas totales de casi 983.000 euros. Pero, añade disponer de 27.358 “amigos” (500 más que en 2022) mientras que ha dejado de contar con los 140 simpatizantes que declaraba tener a principios de 2023 por los que ha recaudado 4.510 euros en su conjunto. Junts, por su parte, anuncia 6.516 afiliados y 240 simpatizantes que le aportan 745.000 euros (117 euros por persona) con un descenso del 2,3% en el último año pese al calentamiento de la Ley de Amnistía del Gobierno.
El secreto mejor guardado del PNV es precisamente el número de afiliados que le aportan casi un millón de euros. Sólo se conoce la información que facilitó en 2021: 21.782 militantes. Mientras, EH Bildu sólo facilita la recaudación de las cuotas de sus afiliados: 311.000 euros. Pero, la información no debe ser muy precisa de los partidos vascos ya que, según la estadística de la Agencia Tributaria, sólo 17.074 ciudadanos vascos se dedujeron en la declaración del IRPF de 2023 las aportaciones realizadas a que tienen derecho. Y lo mismo sucede con la información de los demás grupos políticos ya que sólo aparecen 286.000 españoles (de un censo de más de 37 millones de votantes) que optan a esta deducción y que manifiestan estar afiliados. Lo que significa que la ciudadanía está dejando de tener presencia en los partidos.