El Gobierno ha filtrado este lunes a la agencia EFE la noticia de que está estudiando adelantar las elecciones generales y convocarlas el domingo 14 de abril, aniversario de la proclamación de la Segunda República y que coincide este año con el Domingo de Ramos.
Esa filtración es un auténtico despropósito. Ningún Gobierno serio juega con cuestiones tan sensibles como la fecha de unas elecciones. Los comicios se convocan o no, pero es una irresponsabilidad lanzar un globo sonda que lo único que hace es generar incertidumbre sobre la situación política del país, justo lo contrario de lo que debería promover el Ejecutivo.
Por lo demás, la noticia es un descarado intento del Gobierno de presionar a la desesperada a los independentistas catalanes para que permitan la tramitación en el Congreso de los Diputados de los Presupuestos Generales del Estado, después de que la semana pasada tanto ERC como el PDeCAT anunciasen que votarían en contra.
Nosotros somos los primeros interesados en que Sánchez siga gobernando", reconoció hace unos días una alta fuente de ERC
Pedro Sánchez no quiere convocar elecciones. Si de verdad lo quisiera, habría firmado hoy el decreto de disolución y los comicios serían el domingo 7 de abril. Sólo busca amedrentar a los independentistas, que temen que unas nuevas elecciones lleven a La Moncloa a un Gobierno mucho más duro con sus postulados. "Nosotros somos los primeros interesados en que Sánchez siga gobernando", reconoció hace unos días una alta fuente de ERC.
¿Elecciones en vacaciones?
El Gobierno va a esperar a que pase esta semana y ver qué hacen los independentistas en las votaciones de los Presupuestos. Si decidiese convocar las elecciones este mismo jueves, ya habría que esperar como pronto hasta el 14 de abril, pues sería el primer domingo disponible después de los 54 días de antelación que marca la ley. Sin embargo, es completamente absurdo que el Gobierno se plantee esa fecha para unos comicios generales. Por mucho que ese día pueda tener cierto componente simbólico para algunos votantes de izquierda, la realidad es que este año cae en Domingo de Ramos y media España estará ya de vacaciones de Semana Santa. ¿Tiene sentido desde el punto de vista democrático convocar unas elecciones un día que es probable que haya una baja participación? Es de esperar que Sánchez no esté haciendo la cuenta de la vieja de que el electorado de derechas estará ese día distraído con las procesiones...
Si el Gobierno no ha tenido ningún interés en convocar elecciones desde que Sánchez ganó la moción de censura, no se entienden estas prisas de ahora. Podría esperar un mes más y unir las generales a las europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo... o dejarlas para el otoño, que siempre ha sido, y en realidad sigue siendo, la opción preferida en La Moncloa para el caso de que no se aprueben los Presupuestos.