El PNV recuperaría la hegemonía en Euskadi en unas elecciones generales si se celebrasen ahora los comicios, aunque el PSE-EE, empujado por el 'efecto Sánchez', rozaría el empate. Los socialistas podrían lograr los mismos escaños (6) que los jeltzales, pero con menos votos, según la segunda oleada de la encuesta realizada por GAD3 para los diarios del Grupo Vocento de cara a los comicios del 28 de abril, que pronostica la posible pérdida de su escaño para Javier Maroto.
Y ello porque el Partido socialista conseguiría el sexto diputado arrebatándole al PP su único asiento en Álava, que dejaría al cabeza de lista al Congreso por Álava de los populares, fuera de la Cámara Baja, un fuerte revés para el PP, ya que el territorio alavés ha sido siempre su referencia. Se quedaría solo con un representante en Vizcaya.
La clave estaría en si el PSE-EE (con un escaño ahora), cuyas listas al Congreso encabeza Isabel Celaá en Álava, consigue duplicar en votos al PP o incluso a Elkarrekin Podemos.
La primera oleada de esta encuesta se publicó el 24 de marzo y, desde entonces, apenas ha habido cambios en lo referido a los escaños, pero sí en los porcentajes de voto. En apenas tres semanas, PNV y PSE-EE han subido varios puntos en los tres territorios, mientras que el PP se mantiene.
Caída de Podemos
Por su parte, Elkarrekin Podemos seguiría cayendo, al perder la mitad de los apoyos cosechados el 26 de junio de 2016, mientras que EH Bildu repetiría, punto arriba punto abajo, los resultados cosechados hace tres años. Por contra, ni Ciudadanos ni Vox lograrían traducir en escaños sus votos, que se mueven en una horquilla de entre el 1% y el 4%.
La polarización de la campaña, sumada a que un 42% aún no sabe qué va a votar, según el CIS, o la incógnita del 'efecto Vox' (en Euskadi es minoritario, pero puede perjudicar mucho al PP, sobre todo en Álava), hacen más difícil la labor de las empresas demoscópicas a la hora de hacer sondeos.
Los datos son muy diferentes en Euskadi a los del 26 junio de 2016, que supuso una 'segunda vuelta' electoral para deshacer el bloqueo de las generales del 20 de diciembre de 2015. Hace tres años, Elkarrekin Podemos se convirtió en la primera fuerza vasca en el Congreso, al imponerse tanto en votos como en escaños al PNV. La coalición, integrada por Podemos, Ezker Anitza y Equo, ganó de forma cómoda en los tres territorios, superó las 330.000 papeletas y el 30% de respaldo.
PNV, otra vez a la cabeza
Ahora el PNV vuelve a situarse en cabeza, tanto en escaños (algo que no sucedía desde 2004) como en votos (la última vez que lo logró fue en 2011). La formación liderada por Andoni Ortuzar ganaría un representante en el Congreso, pasando a tener cinco a seis.
El PNV se impondría en Vizcaya y Guipúzcoa, aunque en Álava quedaría por detrás del PSE (que subiría de la cuarta posición a la primera) y Elkarrekin Podemos, que bajaría al segundo puesto del escalafón, pero casi en paralelo. La coalición de izquierda obtendría el 15% de los votos y Maroto el 14%. EH Bildu, por su parte, conseguiría el 10%.
Los socialistas se beneficiarían de forma clara de la gestión de Sánchez y acapararían buena parte del voto útil de la izquierda. El PSE-EE obtendría entre cinco y seis escaños, frente a los tres de 2016, y duplicaría sus votos hasta rozar el 30%.
La gran perjudicada sería Elkarrekin Podemos, que pasaría del primer puesto en 2016, al tercero (obtendría tres escaños con tendencia a la baja). EH Bildu perdería en escaños respecto a la coalición de izquierdas (obtendría dos), pero le ganaría en votos, aunque la izquierda abertzale sigue bajando.
