Encuesta | Una repetición electoral en Cataluña dejaría a Illa sin opciones de gobernar

Laberinto sin salida en el tablero político catalán. La posibilidad de una repetición electoral en Cataluña está cada vez más cerca mientras Esquerra Republicana (ERC) mantiene como condición inamovible para investir a Salvador Illa la instauración de un cupo catalán a la vasca. El regreso a las urnas es una posibilidad que cada vez resulta más plausible incluso en el entorno del PSC. Una repetición electoral que, sin embargo, no solucionaría nada, según el sondeo realizado por Hamalgama Métrica para Vozpópuli.

Los resultados demoscópicos apuntan que el PSC ganaría más votos y escaños que en la última cita electoral, pero no le serviría para conseguir la mayoría absoluta por el desplome de sus socios prioritarios: ERC y los comunes. La proyección de Hamalgama Métrica apunta que de realizarse elecciones ahora, el PSC pasaría de los 42 a los 44 escaños y ganaría 10.000 votantes más, hasta los 882.000. Sin embargo, la suma total del partido de Illa con ERC y Comunes apenas alcanzaría los 66 asientos en el Parlamento catalán, a dos de la mayoría absoluta.

Un sondeo que pone de manifiesto la difícil encrucijada de Illa, que acaricia con los dedos la Presidencia de Cataluña pero que debe pagar un precio muy caro a cambio: ceder el 100% de los impuestos a la autonomía. Una opción que Moncloa, de momento -siempre puede haber cambios de opinión-, no contempla.

Los resultados de la encuesta también demuestran que Esquerra sigue desangrándose. En estos pocos meses, la formación de Gabriel Rufián, en plena guerra civil, perdería 3 escaños, pasando de los 20 actuales a los 17. Se deja por el camino, además, 78.000 votantes y un 2% de intención de voto (se quedaría con el 11%).

Se consolida, además, el liderazgo de Junts entre las formaciones separatistas. El partido de Carles Puigdemont mejoraría un diputado su resultado actual, alcanzando los 36 y un 22% de intención de voto. No le serviría de mucho a Puigdemont, que tampoco sumaría escaños para volver a ser president. Las fuerzas independentistas sumarían 56 asientos (59 si añadimos a la xenófoba Aliança Catalana). Menos que las fuerzas que abogan por la continuidad de Cataluña en España (76).

El segundo socio necesario de Illa, En Comú Podem, sigue la estela descendente de su padre nacional, Sumar. Pierde un escaño y 30.000 votos. Su caída y la de ERC impediría a Illa alcanzar la mayoría necesaria para resultar investido.

Buen resultado de PP y Vox.

Pocos cambios en el bloque de la derecha. Tanto PP como Vox consolidarían los buenos resultados obtenidos en mayo de este año. Los populares mejorarían un escaño su rendimiento, hasta los 16, y ganarían 8.000 votantes más. Vox, por su parte, se mantiene asentado en los 11 escaños, y rascaría 550 papeletas más que en mayo. Un buen resultado que no serviría, aun así, para darle la vuelta al tablero político catalán.

La formación radical de izquierdas, CUP, pierde fuelle y se deja por el camino un escaño y 20.000 votos, quedándose con 3 diputados. Por contra, la xenófoba Aliança Catalana mejora un diputado, y acabaría con 3 de celebrarse elecciones.

Negociaciones en marcha

Cataluña se asoma a un callejón sin salida si el PSC y ERC no desbloquean las negociaciones para formar Gobierno. Los socialistas reconocen que sobre la mesa está la posibilidad de crear un consorcio tributario entre el Estado y la Generalitat que se encargaría la tarea de recaudar el 100% de los impuestos en esta comunidad. El argumento de los socialistas es que el Estatuto de Autonomía de Cataluña le otorga la potestad de recaudar la totalidad de los impuestos de la región.

Las circunstancias son tan endiabladas que Moncloa ve cada vez más probable la repetición electoral en Cataluña, según las fuentes consultadas en el entorno de Pedro Sánchez. El PSOE asume que ese escenario sería un fracaso de su plan, ya que el presidente del Gobierno se puso como gran objetivo que su exministro de Sanidad se pusiera a los mandos de la Generalitat. Una realidad que hoy en día es complicada y, con repetición electoral, se antojaría aún más improbable.