El triunvirato que hasta hace solo dos años había marcado el paso de la Unión Europea está a punto de romperse. Desde que Reino Unido votase a favor del 'brexit' el peso del poder se ha repartido entre Alemania y Francia y, según publicó Financial Times, Merkel y Macron podían estar buscando un candidato entre los 27 que ocupe el vacío de Londres si es los británicos abandonan la UE el próximo 29 de marzo.
La irrupción de Matteo Salvini en el Gobierno italiano, donde ocupa la vicepresidencia y la cartera de Interior, así como el derrape presupuestario del país transalpino, hacen que Italia pierda puntos a la hora de ocupar el lugar de Reino Unido. ¿Podría entonces España formar parte del llamado triunvirato?
Fuentes europarlamentarias consideran que España, quinta economía más fuerte de la UE, solo podría pasar a la tercera posición "si hubiese un mínimo de consenso" entre sus fuerzas parlamentarias. "Además de la crisis institucional que atraviesa Cataluña, el Gobierno de Sánchez es legítimo, pero muy débil, por lo que no facilita una estrategia común para consolidarnos en la UE. Es muy incoherente sostenerse en el poder con partidos como ERC y Bildu, que quieren romper España, algo con lo que la UE tampoco está de acuerdo", señalan.
Conveniencia de aportar
Otras fuentes de la Eurocámara aseguran que el problema de España de cara a ocupar ese lugar no es tanto la crisis en Cataluña, "que también", sino la conveniencia que tiene para la economía nacional. "Es cierto que España necesita a la UE para frenar el desafío independentista, pero lo principal es saber si nos conviene crecer más y, por ende, pagar más, como es el caso alemán", explican.
Es cierto que España necesita a la UE para frenar el desafío independentista, pero lo principal es saber si nos conviene crecer más y, por ende, pagar más"
La distribución del presupuesto de la UE proviene de una negociación directa con cada uno de los 27, pero los criterios que suelen marcar la suma final suelen ser la riqueza de ese país, ya que la aportación suele rondar el 1% de la riqueza del mismo y los programas que se invierten en cada territorio, pues se tiene en cuenta lo que recibe ese país gracias a las políticas europeas frente a lo que ofrece a la UE. "¿Nos conviene dejar de cobrar más?", se pregunta un eurodiputado.