El tic tac se acelera. El reloj marca el tiempo necesario para que se alcance un acuerdo entre Unidos Podemos y Más Madrid, la marca de Manuela Carmena a la que se ha sumado en enero Íñigo Errejón. El plazo fijado es entre final de febrero y primeros de marzo. Es decir, el tiempo necesario para celebrar las primarias en ambas formaciones e intentar reconstruir unos puentes que muchos ven “difícil” de recomponer. Más allá de los mensajes de conciliación, la decisión de la dirección de Podemos está tomada y pasa por no ceder ante el pulso de Errejón.
Empiezan a circular los primeros nombres de candidatos de Unidos Podemos para la Comunidad de Madrid. Se cruzan las filtraciones, pero nadie quiere asumir el riesgo de quemar una opción que muchos califican de “potente”. El río Rubicón está a la vista y César sabe que lo va a cruzar. No hacerlo, sería asumir una derrota política ante el proyecto errejonista de superación de Podemos, tanto en las siglas como en la idea de partido.
Así, tras las invitaciones al diálogo del cónclave de ayer, donde no se decidió absolutamente nada, toca volver a los asuntos terrenales. Es decir, a fijar la hoja de ruta de aquí a mayo y evitar la sangría de dirigentes hacia el errejonismo. La candidatura madrileña se mantiene, aunque el relato será conciliador y no de guerra.
Calma aparente
“No hay que ir de frente, esto está en el manual”, comentan algunos. De aquí la carta de Pablo Iglesias en la que pidió no llamar a Errejón “traidor”. Pero la situación de calma aparente durará como mucho un mes. Más Madrid plantea primarias para febrero. Posiblemente para mitad de febrero. Unidos Podemos hará lo mismo, aunque entre finales de febrero y marzo, si bien oficialmente la dirección regional no se compromete en dar fechas.
Los errejonistas salieron vivos de la cumbre de ayer. No hubo sangre, sino invitaciones a la reconciliación. Pero fue una victoria pírrica. La dirección nacional dejó que los más decepcionados se desahogaran, y que los conciliadores fumaran la pipa de la paz. Pero la decisión está tomada. A partir de marzo, si Errejón rechaza la propuesta de Iglesias de sumarse a Unidos Podemos y aglutinar las fuerzas de izquierdas alternativas al PSOE, como es previsible, empezará la campaña electoral.
Programa y campaña electoral
La gestora madrileña, elegida por la dirección nacional, se encargará de llevar adelante ese planteamiento. En ella trabaja el ex Jemad, Julio Rodríguez, además de otros dirigentes locales. Su plan será rebajar la llama de la polémica. Mientras, la gestora perfilará los ejes programáticos, las alianzas y el equipo de campaña. Sobre todo, deberá prepararse para una confrontación electoral que será clave para el futuro del pablismo y de Podemos tal y como lo conocemos ahora.
En la memoria de algunos dirigentes está el batacazo de IU en 2015, que no llegó a entrar en la Comunidad de Madrid. Para entrar hacen falta al menos 150.000 votos. Pero los más navegados líderes de Podemos no dudan de que el partido entrará y peleará fuerte. Ganar tiempo significa, en ese sentido, consolidar el control de Iglesias en el partido, y, sobre todo, hacer que la plataforma de Más Madrid “se queme”. El planteamiento es ya “ganar o perder”.