Podemos ha arrancado ya el proceso de su Tercera Asamblea Ciudadana Estatal, que culminará el 21 de marzo, y ha querido dejar claro desde el principio a sus militantes y posibles candidatos que en este congreso debe primar la "fraternidad", y no las "campañas llenas de agresividad, basadas en dañar el adversario", ni las "filtraciones" que se han hecho en anteriores procesos, "incluso a medios claramente conservadores".
El partido morado ha incluido estas recomendaciones en el protocolo de presentación de candidaturas que ha hecho público junto al reglamento de la Tercera Asamblea Ciudadana Estatal de Podemos, que servirá con toda seguridad para reafirmar el liderazgo del secretario general, Pablo Iglesias.
Este nuevo proceso asambleario, que el líder morado convocó con carácter extraordinario con un año de antelación, se prevé el más tranquilo de los celebrados hasta el momento, ya que los principales sectores críticos del partido o bien han desaparecido o han perdido peso.
Por ejemplo, los llamados 'errejonistas', liderados por el exdirigente y cofundador de Podemos Íñigo Errejón, que trataron de disputarle a Iglesias el control del partido en la asamblea de Vistalegre II de 2017, ya han abandonado el partido, al igual que la también exdirigente y cofundadora Carolina Bescansa.
En cuanto a los anticapitalistas, que fueron los únicos que plantaron cara a Iglesias en la asamblea fundacional de Vistalegre de 2014, y que tienen como principales representantes a la líder en Andalucía, Teresa Rodríguez, el alcalde de Cádiz, José María González 'Kichi' y el eurodiputado Miguel Urbán, han visto como su influencia se ha ido reduciendo cada vez más.
Uno de los motivos de este repliegue tiene que ver con la decisión de algunos de sus dirigentes más destacados de abandonar sus filas para unirse al oficialismo, como la portavoz en la Comunidad de Madrid, Isa Serra.
Con todo, la previsión es que Iglesias y su equipo revalide su poder al frente de Podemos sin complicaciones, y que no se repitan las fuertes disputas que dividieron en dos al partido hace tres años y que llevaron a los militantes a reclamar a gritos "unidad" en el Palacio de Vistalegre. De hecho, la tercera asamblea cambiará incluso de enclave y se celebrará en la Cubierta de Leganés.
Evitar "campañas llenas de agresividad"
Además, el equipo técnico encargado de preparar la asamblea, y que está compuesto por destacados dirigentes afines a Iglesias, ha incluido en el protocolo de presentación de candidaturas un apartado en el que incluye recomendaciones que "nunca hay que olvidar" para evitar ese nivel de enfrentamiento.
En este punto, comienzan señalando que "en estos procesos es absolutamente normal y muy sano que haya diferencias políticas, confrontación democrática de argumentos y un debate cuya intensidad sea paralela a la importancia del momento histórico que nuestro país está viviendo". "Debates, argumentos, campañas en positivo, fraternidad y diversidad entre las candidaturas que compiten: todo esto nos hace más ricos, más dinámicos y más fuertes", defienden.
"En el otro lado, campañas llenas de agresividad, basadas en dañar al adversario o en impugnar sin ninguna empatía el trabajo de otros compañeros y compañeras, la utilización espuria de la burocracia, el aparato y los reglamentos para combatir a los que no piensan como nosotros o la muy vieja y nada ética operación de filtrar a los medios de comunicación (incluso a medios claramente conservadores) rumores, decisiones no confirmadas, opiniones privadas o intentos de desprestigio personal, todo esto nos hace más pobres, más pequeños, más apolillados y más débiles", avisan a continuación.
Por ello, piden a los aspirantes que, "independientemente de las posiciones políticas y las afinidades personales" que tengan, opten por "el trabajo bien hecho y la ilusión" y no legitimen "tics de la vieja política". "Todo el mundo se puede presentar a unas primarias de Podemos, pero no todo vale para intentar ganarlas", advierten.
"Podemos ha nacido para cambiar este país, para construir un futuro mejor y para recuperar las instituciones y la economía de quienes las tienen secuestradas. En este camino, cometeremos errores porque somos humanos; pero si no olvidamos nunca el compañerismo, los cuidados y la brújula ética, lo conseguiremos", concluyen.
Cambio en el sistema de votación
Por otro lado, el equipo técnico ha diseñado un reglamento con un sistema de votación que obliga a votar en pack al secretario general y sus propuestas de estatutos y de estrategia política. Además, esa candidatura para liderar el partido deberá ir acompañada obligatoriamente de una lista de candidatos al Consejo Ciudadano Estatal --el máximo órgano de dirección--, aunque estos sí podrán votarse de forma individual, si el militante lo desea.
De esta forma, se trata de un modelo que facilita que el secretario general y candidato a la reelección, Pablo Iglesias, gane todas las votaciones. Por un lado, porque el votante que apueste por él, lo estará haciendo automáticamente por sus documentos organizativos, político, ético y de feminismos. Y por otro, porque su candidatura estará vinculada necesariamente al equipo que presente para integrar el Consejo Ciudadano.
En el texto del reglamento, que recoge Europa Press, se señala explícitamente que "los documentos político, organizativo, ético y de feminismos irán obligatoriamente asociados a una candidatura a la Secretaría General y no serán votados independientemente". "No podrá haber candidatura sin documentos, ni documentos sin candidatura", recalcan.
Disputa con Errejón por el reglamento en Vistalegre II
Este elemento fue una de las principales disputas en la Asamblea de Vistalegre II de 2017, que enfrentó a Iglesias y Errejón ya desde los preparativos del congreso.
Los llamados 'errejonistas' rechazaban que los documentos tuvieran que estar vinculados a un candidato a secretario general, ya que ellos no tenían previsto disputar a Iglesias este puesto. Únicamente querían presentar sus propios documentos, y una lista de candidatos al Consejo Ciudadano.
Finalmente, se aprobó un sistema intermedio, según el cual los aspirantes a secretario general debían vincular su candidatura a sus propuestas de documentos, aunque estos pudieran votarse por separado. Además, se permitía la posibilidad de que se presentaran documentos asociados a una candidatura al Consejo Ciudadano, sin necesidad de presentar candidato a la Secretaría General.