La dirección provisional de ERC está cogiendo distancia del PSC de Salvador Illa. Y eso ha hecho saltar algunas alarmas en el Palau de la Generalitat. Sin el apoyo de los republicanos confirmado a los Presupuestos, que la consejería de Economía ya negocia con los Comuns, el presidente socialista ha decidido romper el cordón sanitario que él mismo impulsó y citar a Vox y Aliança Catalana para a una ronda de reuniones para hablar de las cuentas públicas. "Todos los votos ayudan", explican en su entorno, que añaden que "no estamos para desechar ningún apoyo". Hasta ahora siempre se había negado, como hace Pedro Sánchez, a incluir a los dos partidos de ultraderecha en la ecuación de la normalidad institucional.
Illa ha citado a todos los portavoces parlamentarios y al presidente del Parlament, Josep Rull, el próximo lunes 28 de octubre en el Palau de la Generalitat. Los encuentros se producirán después de que el socialista se haya reunido, en las últimas semanas, con expresidentes de la Generalitat como Quim Torra, José Montilla, Jordi Pujol y Artur Mas, así como con el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y los presidentes de las cuatro diputaciones. Con 42 escaños de los 135 que hay en el Parlament, Illa está gobernando con una minoría parlamentaria que le obliga a tejer alianzas con otras formaciones políticas. Aunque fue investido con el apoyo de ERC y los Comuns, ninguna de las dos organizaciones entró en el Ejecutivo autonómico. Por lo que más allá del acuerdo para investirle presidente, nada les obliga a garantizar la estabilidad. Los republicanos tienen congreso extraordinario a finales del mes que viene, y algunas de las candidaturas son reacias a seguir apoyando a los socialistas "si no cumplen con los acuerdos". Algo que, según la dirección actual, que lidera en funciones Marta Rovira, los de Illa y Sánchez "no están haciendo".
Ante este escenario, y con la voluntad de "gobernar para todos", uno de los eslóganes que los socialistas utilizaron durante su última campaña electoral, el presidente de la Generalitat se abre por primera vez a incluir a los de Ignacio Garriga y Silvia Orriols en las reuniones que mantendrá con el resto de grupos parlamentarios con representación parlamentaria. Tras las últimas elecciones, cuando se conformó el nuevo Parlament, todos los partidos de izquierdas -incluido el PSC-, llegaron a un acuerdo para aislar a ambas formaciones por "racistas y xenófobas".
Por ahora, con la idea de aunar los máximos apoyos posibles del lado separatista, Illa se ha comprometido a continuar el trabajo, en algunos aspectos, del expresidente separatista Pere Aragonès. "Si esta va a ser la línea de trabajo de este Govern de la Generalitat, sinceramente esperamos muy poco", manifiestan desde el Partido Popular de Cataluña, que rechazaron apoyar la investidura del socialista. Aun así, el líder del PPC, Alejandro Fernández, acudirá a la reunión con el presidente autonómico. De hecho, la consejera de Economía, Alicia Romero, ha cogido el proyecto de cuentas públicas del presidente de ERC como base de los futuros presupuestos catalanes.
Moncloa veta a Vox
La decisión de Salvador Illa de contar con la opinión e incluso el apoyo de Vox, ante la complicada situación en el Parlament, choca con la actitud de Moncloa. Este mismo martes, el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, rechazó citar al partido de Santiago Abascal a la ronda de negociaciones para cambiar las mayorías de elección del Consejo de Administración de RTVE. López, en su primera rueda de prensa como ministro, rechazó hasta en dos ocasiones llamar a Vox para que acudan a las reuniones que se producirán en los próximos días.