JxCat y ERC han alcanzado un preacuerdo para presentar la candidatura de Jordi Sànchez. La relación entre ambos partidos es pésima. La negociación ha resultado dura y farragosa. En la tarde del lunes, tras visitar al presidente del Parlament, Roger Torret, anunciaron un principio de acuerdo de cara a superar el actual bloqueo. "Hay que formar Gobierno y acabar con el 155", dijo Marta Rovira, número dos de ERC, de regreso en la primera línea política tras una fase de voluntario ostracismo.
El problema se llama ahora la CUP. Los antisistema no avalan la apuesta por Jordi Sànchez, a quien no respetan demasiado. Tampoco comparten el empeño de los partidos de Junqueras y Puigdemont en designar presidente primero y, acordar un proyecto después. Prefieren el orden inverso. Primero, la república y luego, el nombre. O los nombres. Sin los cuatro escaños de la CUP no hay mayoría, ni siquiera en segunda vuelta, para designar presidente.
Elsa Artadi, portavoz del grupo parlamentario de los neoconvergentes, lidera la operación 'seducir a la CUP'. Se ha puesto a trabajar junto con Rovira para esbozar un acuerdo que sea del agrado de los anticapitalistas. El documento en cuestión estará plagado de guiños y mensajes del agrado de los 'cupaires'. Hablará de la 'construcción de la república', de abordar un "proceso constituyente", de incluir medidas republicanas, y así sucesivamente. Un papel que desarme todas las resistencias que anidan en el extremo izquierdo del independentismo.
Torrent está dispuesto a convocar un pleno de investidura para este jueves. Artadi le ha pedido más tiempo al efecto de conseguir la anuencia del tercer partido en discordia. De no lograrlo, deberían pasar a la siguiente fase: la renuncia de Puigdemont y del consejero Comín a sus respectivos escaños. Ahora no pueden votar, ya que están prófugos en Bruselas. Son dos votos clave para lograr la mayoría.
Una vez superado este trance, quedará por despejar el judicial, mucho más complicado. El juez Llarena no parece dispuesto a permitir que Sánchez salga de prisión para asistir a su fiesta, es decir, a su investidura. Sin el candidato presente, no se puede votar. De ahí que tanto esfuerzo quizás resulte baldío.
ERC y JxCat, eso sí, avanzan en la formación del nuevo 'Govern'. Reparto de carteras. Los republicanos parece que lograrán Educación y Sanidad, dos departamentos con potente presupuesto. Nada se sabe de la vicepresidencia, que Puigdemont quiere dinamitar. Ni del estricto reparto de los medios de comunicación. "Se avanza y se logrará un acuerdo", comentan fuentes republicanas. Lo primero, tener un 'president'.
Tensiones permanentes
Las propuestas que ha venido lanzando ERC han descolocado estos días atrás a JxCat. Primero fue la respuesta a la candidatura de Jordi Sànchez lanzada por Puigdemont tras anunciar su famoso 'paso al lado'. Desde las filas republicanas se respondió con una argumento pleno de lógica: "Si Sànchez puede ser candidato pese a estar en prisión, también podría serlo Junqueras". Horas después, daban marcha atrás para insistir en que no pondrán pegas a nombre alguno.
Nuevo revuelo con el artículo de Joan Tardà de este lunes, en el que apartaba la mirada del sector independentista y se orientaba hacia los Comunes y el PSC. De nuevo, el fantasma del tripartito. Tormenta de reproches desde la familia del DUI. Artadi rspondió con irritación a quien tiende puentes 'con el partido del 155' en lugar de agrupar 'nuestras fuerzas'.
Los partidos aludidos, socialistas y podemitas, no se sintieron entusiasmados con la oferta de Sardá. Xavier Doménech, de los comunes, declinaba esta oferta, pero insistía en que no votarán a Sànchez. "No hay voluntad de formar Gobierno", le reprochaba al partido de Puigdemont". Miquel Iceta, en nombre de los socialistas catalanes, instaba a ERC a modificar su estrategia para poder hacer posible algún tipo de colaboración.
Torrent cerró en la tarde del lunes la ronda de contactos con los grupos parlamentarios para dar con el candidato que se someta a la anhelada sesión de investidura. La apuesta por Sànchez sigue adelante. En especial los judiciales. En el 'club de Flandes', el equipo que asesora a Puigdemont, se habla ya incluso de nuevas elecciones. A la CUP no le desagrada. ERC ya no se asusta ante las urnas. Pero, antes que nada, se intentarán todas las fórmulas para una investidura. En ello están.