Política

Las autonomías del PP que dependen de Vox bajan el suflé electoral: "Ya tenemos Presupuestos aprobados"

Las baronesas que amagaban con las urnas dan marcha atrás: Marga Prohens apuesta por la "estabilidad" y María Guardiola tiene un gesto con los de Abascal.

  • Guardiola y Prohens, en la última Conferencia de Preisdentes. -

Dimes, diretes, bloqueos, amenazas, órdagos. Las relaciones entre el Partido Popular y Vox no atraviesan por el mejor momento. El pasado verano, Santiago Abascal encontró en el acuerdo entre el Gobierno y las CCAA sobre el reparto de menores migrantes el pretexto para dar la orden a sus dirigentes autonómicos de abandonar todos los ejecutivos que compartían en coalición con el PP. Desde entonces, la tensión entre las dos partes no ha hecho más que crecer. Hasta el punto de que seis gobiernos autonómicos ven peligrar su estabilidad. Es más, dos de ellos, Baleares y Extremadura, amagaron hace semanas con ir a elecciones si persistía el bloqueo, que llegó a su cénit cuando Vox, a comienzos de diciembre, directamente suspendió todas las negociaciones de Presupuestos

Hasta ahora, la deriva de PP y Vox hacía presagiar un 2025 pasado por las urnas. Aunque, teóricamente, no tocan elecciones de ningún tipo este año. Una anomalía, porque desde 2019 se han celebrado incontables comicios en España entre generales, municipales, autonómicas y europeas. No ha habido tregua. Y cuando parecía haberla, dos baronesas populares, Marga Prohens y María Guardiola, han amagado con pulsar el botón nuclear. Aunque, como avanzó Vozpópuli, el líder del PP prefiere tranquilidad para este año y centrarse en su principal misión: derribar a Pedro Sánchez

Parece que, en esto, Feijóo sí verá colmadas sus satisfacciones. Porque las presidentas de Baleares y Extremadura han rebajado de forma ostensible el tono. La primera, en su discurso de fin de año prometió “estabilidad” para las islas. Una declaración de intenciones. Además, en su equipo admiten que no es “ningún drama” haber prorrogado las cuentas públicas. “Ya tenemos unos Presupuestos en vigor”, señalan desde el Consolat del Mar, sede de la Presidencia, donde ahora apuestan por seguir adelante con la legislatura en lugar de forzar una cita con las urnas que, en todo caso, no garantizaría nada. Precisamente, este es uno de los motivos por los que en la dirección del PP recelan de los adelantos. “¿Y si todo sigue como está y hay que volver a negociar con Vox, qué?”, se preguntan en Génova 13. 

En Extremadura, la presidenta regional ha tenido un gesto con el partido de Abascal al dar luz verde en el último consejo de gobierno del año a la retirada de la Ley de Memoria Histórica, que será sustituida por una de Concordia, a pesar de que dijo que no era una de sus prioridades. Este cambio es una de las principales reivindicaciones de Vox. Así figuraba en la mayoría de acuerdos que sellaron con los populares tras las autonómicas del 28-M. 

Mañueco apuesta por seguir

Otro territorio donde suenan con intensidad las campanas electorales es en Castilla y León. Pero Alfonso Fernández-Mañueco quiere agotar la legislatura. Le queda exactamente un año y su decisión es seguir hasta el final, con o sin el apoyo de Vox. La única razón por la que estaría dispuesto a adelantar los comicios, según reconocen miembros de su equipo, es que Sánchez hiciera lo propio. “Entonces, se lo pensaría”. 

Uno de los retos de Feijóo para este año es encauzar la relación con Abascal. Todas las encuestas coinciden en que si hubiera generales, el PP debería de contar, sí o sí, con el concurso de Vox para llegar a la Moncloa. A esto hay que sumar la dependencia que tiene el PP de este partido en seis territorios. Y si la ausencia de apoyos parlamentarios es uno de los principales argumentos que usa Feijóo para neutralizar a Sánchez, sus comunidades no pueden servir de coartada al Gobierno para defenderse. 

En su balance anual, el presidente popular cargó las tintas contra Vox: “Tendrá que tomar una decisión. Si lo que quiere es facilitar el cambio en España o impedirlo, si lo que quiere es hacer oposición al PP o a Sánchez. A veces sus comportamientos son contradictorios y confusos, el nuestro no. Estamos aquí para cambiar al gobierno de nuestro país”. De cara a la galería la imagen que dan los dos partidos es de distanciamiento total, aunque aún hay canales de comunicación. Y la intención de Feijóo es reestablecer una confianza mínima para que, al menos, sus barones no salgan maltrechos. Por lo pronto, se ha disipado la incertidumbre electoral. Ahora sólo queda que Vox vuelva a brindar su apoyo al PP en los territorios.  

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