El Gobierno asume que perderá en el Congreso la batalla de la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Y si Pedro Sánchez no recula para evitar otra estrepitosa derrota parlamentaria —van 85 esta legislatura— es, precisamente, por salvar a María Jesús Montero, que este domingo se hará con las riendas del PSOE andaluz. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda tomará por aclamación los mandos de la federación socialista más grande de España y no puede hacerlo marcada por una rectificación. El presidente tiene a bien ayudarla. Pero ese favoritismo molesta en algunos sectores del PSOE, que lamentan que el Ejecutivo sufra por auspiciar las candidaturas de los ministros.
"Pedro [Sánchez] aguanta lo del SMI para proteger a Montero antes de su entronización en Andalucía. Lo contrario daría una pésima imagen y la debilitaría", explica a este diario una fuente socialista conocedora de los movimientos orgánicos del partido. Lo cierto es que el presidente hace y deshace a su antojo, en base a su conveniencia política. Por eso, es capaz de llevar al Gobierno a un choque sin precedentes y a una crisis comunicativa épica sin importarle las consecuencias. El fin justifica los medios. En este caso, que Montero tenga opciones para disputarle la Junta de Andalucía a Juanma Moreno (PP) y que arranque el mandato como secretaria general reforzada ante los suyos.
Sumar está echado al monte con este asunto. Y no hay una sola luz que alumbre posibilidad alguna de acuerdo dentro del Consejo de Ministros. Hacienda no se mueve de la tesis de que los perceptores del salario mínimo tienen que tributar y no se puede hacer un traje a medida, es decir, una exención fiscal específica, sin que afecte a todo el tramo bajo del IRPF, porque ahí se encuentra el grueso de la recaudación por este impuesto. Fuentes de Hacienda recurren, precisamente, al tramo autonómico de este impuesto —potestad de las comunidades— para explicar por qué desde la oposición y desde el partido de Yolanda Díaz se hace populismo. "Las comunidades pueden tocar el IRPF y Andalucía dijo que no lo toca, porque les trastoca las bases", aseguran dichas fuentes, que zanjan que el enroque es una cuestión de aspiración más que de descuadre de cuentas. Cabe recordar que hay en juego 2.000 millones.
Como ya contó este diario, una parte del PSOE pide que Montero salga del Ejecutivo y se centre en Andalucía, porque lo contrario va a entorpecer la acción comunicativa del Gobierno: "Es un error que tenga los dos perfiles", explica una veterana socialista. Los diputados socialistas dudan de que Montero sea capaz de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Es más, algunos, en conversación con este diario, señalan que tendrá imposible seguir negociando con los grupos independentistas y seguir cediendo ante ellos para dar luz verde a unas cuentas, puesto que el electorado andaluz es terriblemente sensible al agravio que sienten con cada logro secesionista.
Así las cosas, en las filas del partido se extiende una bruma que impide ver con claridad el futuro. "No sabemos qué va a pasar con la legislatura", concede un cargo del partido. "La verdad es que me faltan claves [sobre la llegada de Montero a Andalucía] y creo que las cosas no son como parecen. En fin, habrá que estar atentos", cuenta un barón territorial cuando se le pregunta por qué Montero y por qué ahora. "Parece que la parte de voto moderado, que ya se ha llevado Juanma Moreno, se va a consolidar con él. Y ahí ella recupera poco", concede un dirigente socialista. Andalucía es la comunidad del país donde más personas perciben el salario mínimo, por eso no se entiende bien la decisión de la vicepresidenta y del propio Sánchez.
Montero, claro, está protegiendo su candidatura y, para ello, se vale de los recursos del Gobierno. Además, blande la bandera verdiblanca y defiende un modelo de financiación singular para Andalucía; su carta de presentación para templar a un partido sumido en la desazón por la política de Moncloa con el secesionismo y el aplastante dominio del PP. La lógica tras esa postura es que lo que sirve para Cataluña también sirve para Andalucía. Y Montero espera que le sirva el nuevo 'café para todos'. La ponencia del marco, a la que ha tenido acceso este diario, explicita: "Defendemos que ha llegado el momento de profundizar en nuestro Estatuto, evaluar su nivel de desarrollo y liderar, de nuevo, el debate territorial que se está produciendo en estos momentos en el país". Y por ello, reclaman "un modelo de financiación que garantice y blinde la prestación de los servicios públicos, que tenga en cuenta las peculiaridades de todos los territorios y que garantice la equidad de la prestación de los servicios públicos a la ciudadanía, con independencia de la comunidad autónoma donde vivan".
Pero las perspectivas de Montero no son todo lo buenas que quisiera. Es más, dentro de la M-30 se lee el desembarco de Montero como un castigo. Ella no quiso volver a cruzar Despeñaperros. Y hace tiempo que dejó claro que solo lo haría si se lo pedía Pedro Sánchez. Así fue. El exvicepresidente Pablo Iglesias, que aún conserva su olfato político, comenta con sorna en las tertulias en las que se prodiga que el presidente del Gobierno la ha desterrado a la Siberia andaluza por asomarse al balcón principal de Ferraz durante los cinco días de reflexión del líder. Lo que está claro es que cada día que intente compaginar sus trabajos será un quebradero de cabeza.
Birmania
21/02/2025 13:03
Algo sabrá Montero.
ma
Y además hace veinte mil años vivían en cuevas, y no sé quejaban tanto, te ha faltado decir. Parece que a lo mejor, en el siglo XXI, la gente pudiera aspirar a algo diferente.