En el sinfín de tiranteces entre Moncloa y la Comunidad de Madrid, la reunión bilateral entre presidentes autonómicos es el último de los asuntos que se ha encasquillado en la actualidad política de ambas administraciones. Una situación en la que, pese a sus reticencias, el Gobierno de Pedro Sánchez está obligado a acelerar.
Durante el verano, en mitad de las vacaciones y por la puerta de atrás, el PSOE anunció que había pactado con ERC la independencia fiscal de Cataluña, todo ello con el único objetivo de sentar a Salvador Illa en la presidencia de la Generalitat.
Aquella decisión rompió el principio de solidaridad, poniendo en grave riesgo la caja común del resto de autonomías del país. Semanas después de retomar la actividad política del nuevo curso, Pedro Sánchez empezó a citar a los líderes regionales en la Moncloa.
Días antes de esta llamada a filas, los barones del PP pactaron una hoja de ruta común para acudir a estos encuentros, y era que no se hablaría, bajo ningún concepto, de financiación autonómica. Los 'populares' llevan meses solicitando al presidente del Gobierno la convocatoria de una Conferencia de Presidentes que aborde estos asuntos económicos.
Una Conferencia denegada por Moncloa y que le ha costado a Sánchez un recurso admitido a trámite en el Tribunal Supremo por desatención de sus funciones. Los primeros presidentes autonómicos del PP en pisar el palacio de Moncloa han sido Alfonso Rueda, Carlos Mazón y Fernando López-Miras.
Sánchez no convoca a Ayuso
Como el orden de llamada responde a la aprobación cronológica de los diferentes estatutos de autonomía, Madrid será de las últimas en recibir la invitación de Moncloa. Hace unos días, fuentes del Gobierno de Ayuso nos concretaron que esperaban tener noticias de Sánchez la semana pasada, pudiendo concretarse el encuentro a finales de esta semana o la que viene.
Tras una nueva consulta, la Comunidad de Madrid nos comenta que siguen "sin novedad". No ha favorecido a las relaciones entre Moncloa y Sol la citación de Ayuso a Begoña Gómez para que comparezca en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid.
Respecto a cuándo comparecerá Begoña Gómez, será el próximo miércoles 13 de noviembre cuando la mujer del presidente del Gobierno acuda a la cámara regional a cumplir con su obligación. Una que solo se ciñe a eso, comparecer, en ningún caso declarar. Lo hará junto al rector de la UCM, Joaquín Goyache, en la primera sesión de la comisión.
De producirse ese contacto, el cual es de esperar en los próximos días, cuando Sánchez decida aparcar las diferencias que les separan, existen tres condiciones para que Ayuso acuda a dicha cita en el palacio presidencial.
La primera, que el orden del día esté pactado de antemano. Una agenda predeterminada con los asuntos que se van a tratar entre ella y Sánchez. No quiere, como ya ha reiterado varias veces, "ir a Moncloa a tomar un café y que me despachen".
La segunda, íntimamente relacionada con la primera, es que el asunto de la financiación de la Comunidad de Madrid no estará encima de la mesa. El posicionamiento del Ejecutivo autonómico es claro aquí, no hablarán de dinero hasta la Conferencia de Presidentes. Punto capital.
Por último, se abordarán materias que afecten directamente a la vida de los madrileños. El principal, el abandono que sufre Cercanías en la región, donde las incidencias del verano se cuentan por centenares, obligando a sus usuarios a jornadas de retrasos y cambios a diario.
Además, la conciliación laboral es algo a lo que el Ejecutivo de Ayuso da mucha importancia, tal y como mostró con su medida de jornada partida en los colegios madrileños. En materia fiscal, Madrid pedirá respeto y libertad para seguir aplicando sus políticas con tranquilidad.