María Jesús Montero y Yolanda Díaz se esfuerzan en aparentar sintonía. Pero hay hechos que no se pueden enmascarar. La vicepresidenta segunda del Gobierno voló este jueves a Granada, al terminar la sesión de control al Gobierno, para clausurar el congreso de la UGT Andalucía. El viaje no fue casual. Yolanda Díaz recordó a los andaluces que su comunidad es la más afectada por el incremento salarial y la tributación en el IRPF del Salario Mínimo Interprofesional.
Todo un desafío a Montero, candidata socialista a la presidencia de la Junta, quien no asistió al cónclave sindical. En política, si dejas un hueco, te lo ocupan. Y Díaz fue rauda a sentarse en la silla de la UGT, el sindicato hermano del PSOE, al que recurrió para presionar a Montero con el fin de que rectifique; eleve el umbral mínimo de la declaración del IRPF y evite a los perceptores del SMI pagar el impuesto de la renta. Mientras, la UGT reiteró su reivindicación de ser una mesa para negociar entre las dos facciones del Gobierno enfrentadas.
La representante de Sumar llegó a la tierra de su colega de Hacienda para dar su discurso y se marchó nada más terminar. Fuentes sindicales explican a este diario que la representante de Sumar, en pleno pulso con el PSOE por la tributación del SMI, no llegó a mantener encuentro alguno más allá de las fotografías protocolarias y del recibimiento. El avión en el que viajó Díaz despegó de la base aérea de Torrejón a las 10.53 y aterrizó a las 11.44 (51 minutos de vuelo).
Ya en Granada, la vicepresidenta disertó en el foro durante poco más de media hora. Y tomó el vuelo de vuelta a las 14.16 para llegar de nuevo a Torrejón a las 15.02. Díaz no tenía más actos programados, según su agenda oficial, hasta las 19.00, cuando asistió a la presentación del libro 'Franco', de Julián Casanova, en la sede del Instituto Cervantes, en Madrid. Aún así, durante esa media hora, Díaz habló sin tapujos sobre la crisis que atraviesa a la coalición, aunque sin hacer sangra, consciente de que jugaba en casa de Montero.
"Uno de cada cinco trabajadores afectados es andaluz. En el Gobierno tenemos diferencias en torno a la tributación, pero el PP no nos va a dar lecciones a nadie porque ellos se dedican a las amnistías fiscales para los más ricos", dijo. Lo llamativo de la alocución de Yolanda Díaz fue el agradecimiento que inicial que le dio al secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, por haber propiciado su asistencia a la clausura. "Ha hecho posible, aunque parecía imposible, que hoy esté aquí", comentó.
La guerra entre el PSOE y Sumar por la tributación del salario mínimo no tiene visos de terminar. Fuentes de Hacienda reiteran que Montero usará todos los recursos legales a su alcance para impedir que se elimine la tributación, porque eso implicaría una merma de los recursos públicos en detrimento de la sanidad o la educación. Incluido un posible veto a la Mesa del Congreso para que no acepte las proposiciones de ley que hay en la Cámara. "Aquí el debate es si el SMI tiene que significar una exención. Si es así no lo subimos más. Tenemos ya un Ingreso Mínimo Vital que está exeto (de tributación)", explican. En cualquier caso, Montero reconoce que terminará aceptando la decisión que tomen los diputados. "El Parlamento es soberano", reconoce su equipo.
La última subida del salario mínimo se ha convertido en un dolor de cabeza para el Ejecutivo, porque una medida de la que podía haber sacado partido se ha convertido, una vez más, en ruido. Nadie en Sumar entendió por qué Montero y el PSOE se han enrocado por 2.000 millones de recaudación cuando las arcas de Hacienda están en máximos. Los socialistas, pese a que es muy probable que terminen perdiendo la batalla en el Congreso, están convencidos ideológicamente. Los guardianes de la Hacienda pública son quienes más peleas tienen dentro y fuera de Moncloa, porque son quienes deciden el reparto de fondos con los que se ejecutan las políticas públicas. Y eso implica, en muchas ocasiones, mala prensa. Es decir, lo que menos necesita una aspirante a presidir una comunidad que duele mucho en el PSOE, porque perdió la afinidad con ellos tras cuatro décadas de idilio. Aún así, Montero demostró que aún manda mucho en la izquierda andaluza.
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aherraiz
20/02/2025 12:49
Compréndelo no necesito ayuda para arruinar a Andalucia