Política

Sánchez movilizó los recursos de la Abogacía General del Estado al menos desde que se enteró de su citación

El presidente del Gobierno encargó la querella personalmente al recién nombrado abogado general. Malestar en el organismo por el movimiento del jefe del Ejecutivo

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / -

Pedro Sánchez movilizó los recursos de la Abogacía General del Estado al menos desde que se enteró de su citación por los medios de comunicación para declarar como testigo. El presidente del Gobierno tuvo conocimiento de la intención del juez Juan Carlos Peinado de citarle el pasado lunes 22 de junio. El togado firmó la providencia tres días antes, el 19 junio, el mismo día que Begoña Gómez se negó a declarar.

Fuentes gubernamentales aseguran que la querella estaba preparada con antelación y que esta se presentó en el momento en el que el juez firmó el acta de la diligencia en Moncloa tras la negativa del presidente a declarar. Estas mismas fuentes precisan que la intermediación directa ha sido entre la Presidencia y el recién nombrado abogado general, David Vilas Álvarez, pese a que la firma la letrada del Estado Zaida Isabel Fernández Toro. Fuentes jurídicas consultadas por este diario trasladan el malestar de amplios sectores del organismo por el movimiento del jefe del Ejecutivo.

Pedro Sánchez ha decidido entrar en guerra total con el juez Peinado. Hacía unos días que el núcleo duro de Moncloa estaba la espera de que el jefe del Ejecutivo supiera en calidad de qué (marido o presidente) estaba llamado a declarar como testigo en la causa que afecta a su mujer. Es más, por ahí fue, precisamente, el recurso que interpuso el letrado de Begoña Gómez, el exministro socialista Antonio Camacho. La Abogacía ya estaba movilizada para asistir legalmente al líder socialista.

Moncloa tildó de montaje la visita del juez Peinado a la sede de la Presidencia del Gobierno: “Hemos visto que han venido a grabar un montaje. Con un claro objetivo, que es erosionar la imagen del presidente del Gobierno, de la Presidencia, en base a un no caso. También les diré que estamos confiados y tenemos tranquilidad, porque somos conscientes de que el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Hoy se ha venido a Moncloa a hacerse una foto, a dar alimento a las tertulias para este verano. No se preocupen que en los próximos días, seguramente vamos a ver filtrados las imágenes en algún pseudomedio digital conservador”, dijo la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría.

Peinado ha dejado claro en dos ocasiones que su interés en interrogar a Pedro Sánchez era consecuencia de su condición de cónyuge de Begoña Gómez, pese a que el togado se contradijera al limitar el lapso a la fecha desde la que Sánchez es presidente. Aún así, la estrategia de Moncloa es vincular la citación como testigo a Pedro Sánchez con el cargo que ostenta. "Es indisociable", repiten machaconamente en el Ejecutivo. En primer lugar, para evitar la imagen que, critican los socialistas, busca el juez en plena coordinación con la derecha política y mediática: la del líder del PSOE declarando. Y en segundo, para garantizarle una mejor asistencia jurídica.

Tanto el Gobierno como el PSOE llevan semanas cargando contra Peinado. El mantra argumental del partido desde que estalló el caso ha sido agarrarse a los dos informes de la UCO que exoneran a Gómez; así como al criterio de la Fiscalía, que tampoco la acusa de nada, y a las declaraciones de los testigos. Eso sí, los socialistas insisten: "[Con todo, habrá que preguntarle por qué se le investiga [a Begoña Gómez]". "Uno de los recursos que hay en la Audiencia Provincial es relevante porque dicto auto diciendo que era una instrucción carente de contenido", explica el entorno del presidente.

En estos momentos, hay cuatro importantes recursos sobre la causa que afecta a la mujer del líder socialista que pretenden frenarla. Y uno de los que hay en la Audiencia, de apelación y presentado la Fiscalía, aún está pendiente de resolución. En caso de que prospere, puede poner fin al proceso por tratarse de la instancia superior al juez Peinado.

Un año y un día después del 23-J, el presidente vive un escenario imposible. En este tiempo, su mujer, Begoña Gómez, ha sido imputada por la presunta comisión de dos delitos; él mismo está citado a declarar como testigo el próximo 30 de julio; se han sucedido informaciones sobre su hermano, David Sánchez, que son cada vez más incriminatorias y que también están siendo atendidas en un juzgado; ha sufrido el estallido de un caso de corrupción alimentado durante su presidencia que ha derribado a su ex mano derecha José Luis Ábalos; ha sido incapaz de armar unos Presupuestos para este año; tiene a sus socios en alerta y la ley de amnistía -el peaje que pagó para revalidar el Gobierno- no termina de carburar al estar su aplicación en manos de la Justicia.

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