Renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Es el objetivo prioritario de Pedro Sánchez después de dejar atados los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno confía en acelerar los plazos lo suficiente como para aprobarlos antes de final de año. Sánchez aspira ahora a pactar con el PP el órgano de gobierno de los jueces y las instituciones pendientes para soldar la estabilidad de la legislatura.
Fuentes del PSOE aseguran que existen contactos con el PP para renovar el CGPJ. Los populares, por su parte, sostienen que el diálogo está "congelado" hasta que el Gobierno acepte sus condiciones. "Hay diálogo, pero muy, muy discreto", dicen estas fuentes.
El CGPJ, RTVE y el Defensor del Pueblo son, junto a los Presupuestos, la guinda que Sánchez quiere poner al primer año de una legislatura marcada por la pandemia del coronavirus. El objetivo es consolidar la coalición y estabilizar su mandato con la vista puesta en la gestión de los fondos europeos y la crisis económica que se avecina.
Desatascar el Poder Judicial
El nudo gordiano es el Poder Judicial. El mensaje que emite el Ministerio de Justicia y el PSOE es que hay margen para el acuerdo con el PP. Sin embargo, el partido de Pablo Casado enfría en público estas expectativas y se remite a las exigencias que planteó tras el varapalo de Bruselas a la propuesta del Ejecutivo. La crítica de la Comisión Europea no se centró solo en Sánchez, que también. Además, se hicieron llegar mensajes a Casado para que colaborase en la medida de lo posible en el desbloqueo de esta negociación.
El PP pide la retirada de la iniciativa del PSOE y Unidas Podemos que suprime la mayoría cualificada de tres quintos para la elección de los vocales. Sánchez se comprometió a paralizar la tramitación, pero la propuesta sigue viva en el Congreso. Casado reclama además que Podemos quede al margen del proceso y regresar a un modelo propuesto por el PP hace unos años para que los vocales del CGPJ de procedencia judicial sean elegidos por todos los jueces y magistrados que se encuentren en servicio activo.
El CGPJ es el gran reto pendiente de Sánchez tras dejar los Presupuestos prácticamente cerrados. El Gobierno ha llegado a la recta final de la negociación con todas las vías de acuerdo abiertas, tanto la de ERC y el bloque de la investidura como con Ciudadanos. De hecho, el mayor damnificado por este movimiento ha sido el PNV, que no ha dudado en mostrar su malestar. El grupo vasco se ha negado a sentarse en las reuniones lideradas por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Podemos, Nacho Álvarez.
Sánchez ha aprovechado la debilidad tanto de ERC, que aspira a reunir en torno a sus siglas a un separatismo cada vez más fragmentado en las autonómicas del 14-F, como de Ciudadanos, que tiene diez diputados. El Gobierno ha ido haciendo cesiones a uno y otro lado a la espera de que sea uno de los partidos en el que se descuelgue por sí solo. La mejor noticia para Sánchez es que si una de las vías falla tiene alternativa.
Cs: plan de pymes
El partido de Inés Arrimadas centrará su negociación en el plan de ayudas directas a pymes y autónomos. Una iniciativa similar a la que ha aprobado Alemania y que prevé una ayuda a fondo perdido de hasta el 75% de facturación del ejercicio del 2019 para pequeños negocios, como la hostelería, que hayan visto reducida su actividad en más de un 50% por la pandemia.
Por otro lado, el Gobierno mantiene todavía a ERC en la mesa, a pesar de que también está Ciudadanos. Los republicanos han logrado en estos meses la tramitación de los indultos a los líderes del proceso separatista condenados, una supuesta reforma inminente de los delitos de sedición y rebelión y la más reciente enmienda del castellano en las aulas.
Sánchez confía en sacar los Presupuestos este mismo año. El calendario del Congreso se ha volcado en el debate presupuestario, que está previsto finalice el 3 de diciembre. El proyecto, si se aprueba, pasará de inmediato al Senado. Fuentes del PSOE señalan que el plan es que el debate y las enmiendas se ventilen en dos semanas. Si lo consiguen, los Presupuestos podrían volver al Congreso y aprobarse definitivamente antes de que acabe el año. El otro escenario es que la votación se retrase a mediados de enero.