Podemos lleva días presionando a Pedro Sánchez para que dé su visto bueno al ingreso mínimo vital, según la nomenclatura que los morados ofrecen de esa mezcla de subsidios y beneficios fiscales destinados a los “más vulnerables”, en el plazo más corto posible. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, adelantó la semana pasada que sus técnicos estaban trabajando en ello, y fuentes de Podemos desvelan que Pablo Iglesias espera anunciarlo de aquí al Consejo de Ministros del martes 14 de abril.
Hasta finales de la semana pasada, Podemos deseó que el ingreso mínimo vital, o “renta mínima” tal y como prefiere llamarlo Escrivá, pudiera entrar en la agenda del Consejo del próximo 7 de abril. Sin embargo, todo apunta a que ese calendario deberá aplazarse. Pero Podemos no quiere aflojar. Y ya ha activado su maquinaria de propaganda y de presión interna para que salga adelante como mucho en siete días.
Temor a la comparación con la crisis de 2008
La obsesión de Iglesias es demostrar que en la crisis del coronavirus el Gobierno ha actuado de manera diferente a lo que hizo en 2008. La simple posibilidad de tener que recortar el gasto público para recuperar la senda de déficit asusta a Iglesias. El ex líder de los indignados no está dispuesto a pasar a la historia como un “traidor”. Sabe que la crisis sanitaria amenaza seriamente con tirar por los aires varios Ejecutivos en los países europeos y que en el futuro hará falta reanudar las relaciones con los socios nacionalistas. Pero ahora la prioridad es aplacar la rabia social por una gestión vacilante.
El paquete de ayudas conocidos como “ingreso mínimo vital” se dirigirá a personas de bajos ingresos, adelantan fuentes gubernamentales. Aún no han trascendido cifras oficiales. Iglesias mira al ejemplo italiano. El anterior gobierno del Movimiento 5 Estrellas y La Liga activó en 2019 la "renta ciudadana", que consiste en otorgar a personas con sueldos inferiores a 6.000 euros anuales (12.000 si son núcleo familiar) el dinero suficiente para que alcancen al menos 700 u 800 euros mensuales. Siendo el salario mínimo en España de 950 euros mensuales, es presumible que el ingreso mínimo vital sea más elevado que en Italia, aunque está pensado para personas en situación de marginalidad y pobreza.
10.000 millones de gasto público
El plan italiano preveía un aumento del 0,2% del PIB, derivado del mayor poder adquisitivo de esas personas, pero a la vez cifraba el gasto público en 6.000 millones de euros: el 0,4% del PIB. En el caso de España, según los datos manejados por el AIREF, la autoridad fiscal que dirigía Escrivá y que empezó a rodar tras la crisis de 2008 para que el país cumpliera con los dictámenes de la UE, el ingreso mínimo vital podría costar hasta 10.000 millones de euros: el 0,7% del PIB.
Desde Podemos aseguran que Escrivá e Iglesias están liderando la puesta en marcha de esta iniciativa. Escrivá confirmó que su intención era insistir para activar la propuesta inicialmente pensada para el próximo año, tras la adopción de las nuevas cuentas. Ahora, con los presupuestos congelados, Iglesias quiere pisar el acelerador. Sánchez está de acuerdo: es consciente de que va perdiendo respaldo popular y que su salvación dependerá del dinero que la UE le pueda entregar, según sostienen fuentes gubernamentales.
El Presidente del Gobierno ha elevado en los últimos días su crítica a Europa. Desde el entorno de Angela Merkel han recibido con malestar ese ataque. La influyente fundación Konrad Adenauer, afín a la CDU, acusa a Sánchez de intentar "disimular" sus errores con esa presión sobre la UE. Por ello, no se puede excluir que una medida como la del ingreso mínimo vital en una situación de casi recesión económica incremente las sospechas de los países del norte de Europa sobre la solvencia del actual gobierno.
Ayudas para hijos y desgravaciones
¿En qué consistirá el nuevo ingreso mínimo vital? La propuesta, que formó parte del acuerdo de gobierno PSOE-Podemos, plantea en un primer momento activar más ayudas para los hijos a cargo de familias vulnerables, o sea con renta baja (el nivel deberá ser concretado). La segunda medida contempla beneficios fiscales y la puesta en marcha de un paquete de subsidios que, en realidad, en parte ya han sido activados. Por ejemplo, con respecto a los trabajadores del hogar y a parados de larga duración.
Pero Iglesias, que perdió algunas batallas con Nadia Calviño, ministra de Economía, por ejemplo en el ámbito del alquiler, quiere subir la apuesta. El líder de Podemos piensa en términos de táctica política, y los suyos admiten que “nadie entenderá que se hable de ‘escudo social’ si no se aprueba una medida de gran calado”.
Iglesias quiere dejar su huella en ese ingreso mínimo vital. Es un concepto fácil de entender, que aglutinará todas las ayudas y subsidios y que le permitirá ponerse la medalla de la política social del Gobierno. Lleva semanas trabajando en esta estrategia, tal y como ha ido desvelando Vozpópuli. Además, Podemos espera así suavizar la tensión social incipiente y evitar que esa presión externa obligue a un cambio radical en el Ejecutivo.