El cambalache de los pactos emite buenas señales en Murcia y signos de distensión en Madrid. El Partido Popular confía evitar las elecciones en ambas plazas. Detecta ya un acuerdo para la investidura de Fernando López Miras en los próximos días. Ciudadanos ha cambiado su actitud en la Murcia, hasta el punto de haber ejercido como la parte convocante de la mesa a tres celebrada este miércoles con buenos resultados. Vox tampoco entorpece, después de su patada en el tablero en el primer intento de la investidura. El PP lidera el diálogo, con prudencia en la región murciana.
Hay "avances importantes", señalan en fuentes populares. El tabú de la negociación a tres bandas, en forma simultánea, ha saltado por los aires en Murcia. Ahora se espera que también se esfume el 'no es no' de Ciudadanos a suscribir el 'acuerdo tripartito'. Hay buen ambiente y excelente disposición, menciona uno de los participantes en las negociaciones. En las próximas horas puede haber un preacuerdo, una especie de 'fumata blanca' para convocar sesión de investidura a finales de mes o en la tercera semana de agosto.
El atasco de Madrid
Murcia no será un problema, insisten fuentes de Génova. Mayor preocupación hay con Madrid, aunque hay señales de distensión en el horizonte. Este miércoles se consumó la disparatada ceremonia de una sesión de investidura sin candidato para investir. Una especie de baile de máscaras, una pérdida de tiempo. Ciudadanos se empeña en no negociar formalmente con Vox y el partido de Santiago Abascal no otorga los votos precisos para designar a Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad. Iván Espinosa de los Monteros, el jefe del aparato negociador de Vox, tuiteaba: "Me han gustado los discursos de Ayuso y de Aguado. Por primera vez veo motivos para la esperanza en Madrid, este es el camino". Un tono poco habitual en este dirigente a quien se le atribuye la actual línea dura de las negociaciones. "Andalucía salió bien porque lo lideraron Abascal y Ortega Smith, pero todo eso cambió", dicen en el PP.
Los tres partidos del bloque de centroderecha evitaron los reproches mutuos en la sesión de este miércoles y centraron sus venablos en combatir a las fuerzas de la izquierda. "Con tan buena sintonía no se comprende que tengan paralizada a la Comunidad", señala un dirigente del PP. Díaz Ayuso, que reconviene públicamente a sus dos compañeros de pacto el tener bloqueada la Comunidad, confía en que Vox, una vez que ha conseguido sus dosis de protagonismo, acceda a dar el visto bueno a su investidura sin forzar unas nuevas elecciones. Ciudadanos, en contra lo que ocurre en Murcia, se muestra menos accesible. Ignacio Aguado ha declarado en forma tajante que no volverá a reunirse con los negociadores de Abascal porque no hay nada que hablar con ellos.
El atasco es férreo, el bucle se antoja interminable. Casado y Abascal mantiene frecuentes conversaciones, se entienden bien, fueron durante años compañeros de partido. El problema es cuando el partido naranja se incorpora a este diálogo. Saltan los fusibles. Rocío Monasterio, jefe de filas de Vox, se siente humillada por Cs, y exige un trato razonable.
Quiere un pacto suscrito por las tres partes, como en Andalucía. Aguado, siguiendo instrucciones de la dirección nacional. Está encarrilado en una actitud de férrea intransigencia. Ayuso lanza amables reproches en ambas direcciones. Todo antes que volver a las urnas. "Los madrileños no nos lo perdonarían", apuntan las fuentes mencionadas. En especial a quien aparezca como el gran culpable del 'no es no'. Un papel que de momento se reparten Cs y Vox en forma muy equitativa.