Política

Ferraz intenta aplacar la ira de Luis Tudanca y le ofrecerá un puesto en la ejecutiva del partido

La dirección socialista se impuso al anhelo del líder del partido en Castilla y León de adelantar sus primarias al Congreso Federal para mantenerse al mando

Por Castilla y por León
Pedro Sánchez y Luis Tudanca. Secundino Pérez EUROPA PRESS

El incendio en el PSOE en Castilla y León es gordo. La federación que dirige Luis Tudanca es un polvorín. Ferraz se impuso al anhelo del líder de los socialistas castellano y leoneses de adelantar sus primarias al Congreso Federal, que se celebrará a finales de noviembre, para intentar mantenerse al mando. La dirección federal logró frenar el movimiento, aunque no sin provocar una tormenta importante con epicentro en Santos Cerdán, al que los afines a Tudanca señalan abiertamente.

Ahora, según ha sabido este diario, el paso que dará el secretario de organización socialista para intentar templar la ira de Tudanca, a quien la dirección del PSOE quiere fuera de los mandos regionales, es ofrecerle un puesto en la ejecutiva del partido. El entorno de Tudanca ni confirma ni desmiente este ofrecimiento. Pero reitera que la intención del secretario general autonómico es permanecer a los mandos del partido.

A Tudanca se le acumulan los problemas. "Las razones que hacen imprescindible su relevo son apabullantes. La primera podría ser que está agotando su tercer mandato, con el que está a punto de cumplir 10 años en esa responsabilidad. Esa no tendría que ser necesariamente una razón incapacitante, pero en el caso de Tudanca el problema radica en que, desde su última derrota electoral, su trayectoria ha sido desastrosa", explican fuentes del PSOE de Castilla y León.

Lo cierto es que tras esa derrota, la primera reacción de Tudanca fue amagar con echarse a un lado. Pero fue una ilusión. "Muy pronto se lo pensó mejor o fue disuadido por su interesado entorno, y de abandonar, nada de nada. Desde entonces, no ha levantado cabeza, incurriendo en una cadena de errores, como expulsar de la dirección del grupo parlamentario a la numero dos del PSOE leonés, Nuria Rubio, en un particular ajuste cuentas con el secretario de los socialistas leoneses, Javier Cendón, al que se han sumado otros escabrosos casos", zanjan estas fuentes.

En cualquier caso, si hay algo claro es que Pedro Sánchez no afrontará un Congreso Federal tranquilo. Nada más lejos de la realidad. El líder socialista tiene frentes abiertos en varias federaciones: Andalucía, Madrid, Extremadura, Aragón, La Rioja y Castilla-La Mancha. El nivel de confrontación de Ferraz con cada una de ellas varía.

Pero lo cierto es que todas se están revolviendo contra el presidente del Gobierno y la dirección federal. Algunas, porque no comparten la línea política de alianzas con el independentismo (Aragón y Castilla-La Mancha, fundamentalmente) y, otras, porque Sánchez está dispuesto a remover sus liderazgos para situar a sus afines (Madrid, Andalucía, Extremadura y Castilla y León).

El presidente del Gobierno es consciente de que los escándalos que le rodean -los casos que afectan a su mujer, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez, así como los peajes al independentismo como la amnistía y el cupo fiscal- están avivando los pocos focos de contestación interna que subsistían en el PSOE. El último cónclave, el 40, se celebró los días 15, 16 y 17 de octubre de 2021.

Los socialistas salieron del último congreso, en teoría, reunificados. La última gran renovación de Gobierno de Sánchez, en julio de 2021, sacó de la primera línea al gran enemigo íntimo del partido, Iván Redondo, para situar como jefe de gabinete a Óscar López, ahora ministro de Transición Digital. Aquel movimiento se vio como un giro hacia el PSOE para que Ferraz tuviera mando en el núcleo duro de Moncloa y para olvidar de una vez la ruptura traumática entre el 'sanchismo' y el viejo aparato socialista.

Pero las costuras vuelven a tensarse. Moncloa se ha quedado sin apenas socialistas pata nega pululando por las zonas privadas del palacio con la excepción de Paco Salazar. Aunque la amnistía y el resto de concesiones al separatismo catalán han vuelto a poner de uñas a la antigua guardia de las esencias del PSOE. La situación está tan tensa, que Sánchez no ha invitado a Felipe González al cónclave que se celebrará en Sevilla.

A todo esto hay que sumar el revuelo que ha generado el cupo fiscal. Las federaciones socialistas más críticas con el pacto suscrito entre Moncloa y ERC para sacar a Cataluña del régimen común de financiación se mueven. Las fuentes consultadas en cuatro de ellas (Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón) no concretan sus planes, pero reconocen de forma velada que plantearán un desafío al líder socialista con un frente común que aborde el tema de marras en el 41 Congreso Federal. El propio Page fue explícito ante Sánchez en Moncloa y le dijo que no aceptaba ese documento como base de negociación. Vienen curvas en el PSOE.

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