Política

Puigdemont seguirá apretando a Pedro Sánchez: impulsará el cierre de la Audiencia Nacional

Puigdemont está dispuesto a exprimir al presidente todo lo que pueda y ya pide a Moncloa que se atreva a hacer "reformas" para que España sea una "democracia consolidada"

  • Pedro Sánchez junto a Carles Puigdemont -

Con la amnistía a punto de cerrarse a su medida, Carles Puigdemont ya tiene en mente el siguiente paso. El expresidente catalán está dispuesto a exprimir a Pedro Sánchez todo lo que pueda y ya pide a Moncloa que se atreva a hacer "reformas" para que España sea una "democracia consolidada". Fuentes de Junts consultadas por este diario no vacilan: una de ellas es el cierre de la Audiencia Nacional.

El independentismo siempre ha considerado al organismo un ente arcaico heredero del franquismo y destinado a servir a los intereses políticos de una judicatura fascista. Y los siete diputados de Junts en el Congreso intentarán hacer valer su peso para que el Gobierno ceda y ponga fin a la historia del otrora conocido como Tribunal de Orden Público (TOP).

Los medios independentistas también llevan tiempo pidiéndolo: “Si la ley [de amnistía] no alcanza la finalidad para la que se ha hecho, no es una buena ley . Y, por tanto, debe mejorarse. Y, si es necesario, debe acompañarse de las medidas necesarias para que tenga el efecto que el parlamento pretende (…) por ejemplo, disolver la Audiencia española, cambiar la definición de terrorismo en el código penal o perseguir penalmente a los jueces prevaricadores”, se pudo leer en Vilaweb antes de que se llegara al acuerdo de esta semana.

Modificar el Código Penal para cambiar el delito de terrorismo

El Tribunal en el que opera el juez Manuel García Castellón es un objetivo prioritario del secesionismo. Y, en esta campaña, los independentistas catalanes cuentan con el apoyo de los vascos, que también lo consideran “de excepción” por mucho que tuviera a bien perseguir a los miembros de la banda terrorista ETA. “Estas semanas hemos aprendido lo suficiente para repetir la jugada en unos términos diferentes, anteponiendo a la ley de amnistía la disolución de la Audiencia española (…). Es un tribunal de excepción, es un tribunal político, fuente constante de arbitrariedades y sin equivalentes en el resto de Europa. Pero ahora la actitud tan descarada de García-Castellón pone de relieve hasta qué punto es imprescindible esta disolución”, se pudo leer también Vilaweb.

Las fuentes de Junts consultadas apuntan que también promoverán el cambio en el código penal para modificar el delito de terrorismo. Y todo pese a que el nuevo redactado de la ley de amnistía, que se votará en pleno previsiblemente el próximo 14 de marzo, recurre a una argucia parecida: fijar el derecho europeo como base para que se rijan los togados a la hora de aplicarla.

La influencia del 'caso Koldo'

Lo cierto es que desde el pasado 30 de enero, cuando el Congreso tumbó la ley y esta volvió a la comisión de Justicia, el PSOE repitió machaconamente que no tocaría nada. Que el texto que cayó sería el que tendría que levantarse. Pero este nuevo giro, en cualquier caso, no sorprende a casi nadie. Moncloa intentó hace un mes hacerse fuerte. Antes de que trascendiera el caso Koldo, el núcleo duro de Sánchez lanzó un órdago a Puigdemont.

Los mensajes que emitía el Gobierno eran claros: o 'tragaba' sin retocar la ley o el equipo más cercano de Sánchez porfiaba sus "serias dudas" de que finalmente la medida de gracia, la clave de bóveda de la legislatura del PSOE y Sumar, viera la luz. Pero la trama de corrupción con epicentro en el Ministerio de Transportes que dirigía el purgado José Luis Ábalos ha hecho saltar todo por los aires.

Junts decidió tumbar la ley el 30 de enero y alargar la negociación para debilitar a Gobierno. El expresidente catalán exigía estar seguro de que a pesar del intento del Supremo por implicarle por un supuesto delito de terrorismo, podrá beneficiarse de la amnistía. El PSOE siempre dijo que su línea roja era no incluir cualquier tipo de terrorismo en la ley, porque entonces no pasaría ni el filtro de la justicia europea ni el del Constitucional. Pero ambas formaciones han encontrado, aparentemente, la fórmula secreta que las satisface y da garantías a Puigdemont, huido de la justicia española, de que no será encarcelado en cuanto vuelva a España. El expresidente catalán volverá cómo, cuándo y donde quiera, según fuentes de Junts.

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