A diferencia del Código Penal belga, el de Alemania, país donde acaba de ser detenido el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, contempla el delito de “rebelión”, según confirman a Vozpopuli fuentes del Ministerio de Justicia español.
“En teoría”, explican estas fuentes, la Justicia alemana no debería, por tanto, poner problemas a la entrega de Puigdemont a la Justicia española tras la euroorden dictada por el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena imputándole, además de ese delito, los de desobediencia y malversación de fondos públicos por el desafío secesionista.
De hecho, el político catalán ha sido interceptado por la Policía alemana cuando regresaba a Bruselas en coche y de incógnito desde Finlandia.
La euroorden de Llarena le pilló en Helsinki, a donde había acudido a dar una conferencia invitado por unos diputados fineses y una plataforma de apoyo.
No se quedó a coger el avión de las 16.10 desde la capital báltica a Bruselas porque el Código Penal finlandés también recoge el delito de “rebelión” y la Policía de aquel país comenzó a buscarle.
Puigdemont intentaba llegar a Bélgica, único país de la UE en el que se sentía seguro porque su Código Penal no incluye la “rebelión” y solo puede entregarle a España por malversación de fondos.
Y esto es algo a lo cual el Gobierno de Mariano Rajoy se niega porque supondría un contrasentido juzgar al ‘cerebro’ y principal responsable del desafío del referéndum ilegal del 1-O, y de la posterior proclamación de la Republica catalana por un delito “menor”; saldría de prisión en pocos meses o años mientras el resto de los condenados afrontan penas de más de 20 años de cárcel.
Oficialmente, el Gobierno ya ha sido informado por Alemania de la captura del expresidente de la Generalitat huido.
“La detención es consecuencia de la petición cursada por la justicia española e irá seguida de los trámites habituales en el sistema europeo de cooperación policial y judicial”, aseguró en esta mañana de domingo un portavoz oficial de La Moncloa.
