"No me ha confirmado ni desmentido nada sobre su investidura". Roger Torrent, el presidente del Parlamento, regresó a Barcelona con más incógnitas que certezas. Dos horas con Carles Puigdemont y con los cuatro exconsejeros prófugos apenas le sirvieron para aquilatar alguna certeza.
En el encuentro entre el 'número uno y el número dos de Cataluña", como lo definió el propio Torrent, se repasó el escenario de la sesión del martes 30, con un análisis de todas las opciones, según comenta una fuentes del entorno soberanista. Es posible que el expresidente deslizara alguna señala sobre sus planes. Ante los periodistas, tan sólo insistió en que lo idóneo sería la 'fórmula presencial', pero no descarta nada. Torrent no fue más allá, aunque presionó al expresidente para que se forme "un gobierno que sea efectivo desde el minuto uno", algo imposible en el caso de que Puigdemont insista en su investidura.
El hermetismo del denominado 'sanedrín de Bruselas' es tan férreo que ni siquiera los dirigentes de JxCat son capaces de adivinar qué ocurrirá la semana próxima. "Quizás no lo sepa ni él", señalan en estas fuentes. "Es dado a la improvisación y a los numeritos", añaden. Pocos creen que finalmente el expresidente retorne a Barcelona para cumplir con su promesa electoral de ser investido. Es una opción que se contempla muy lejana. La alternativa más factible se centra en la investidura en ausencia, bien telemática o por persona interpuesta. Sería la Mesa del Parlament, de mayoría independentista, quien aprobara este supuesto, descartado ya por los letrados de la Cámara.
Tensión en el Gobierno
La tensión crece conforme se aproxima el 'día D'. El Gobierno tiene preparada su respuesta jurídica, que pasa por un Tribunal Constitucional, un órgano que se mueve con paso lento, muy cuidadoso de preservar su unanimidad en todo lo referido a la cuestión catalana. Rajoy intentó transmitir seguridad en su entrevista en Onda Cero. Los precedentes no avalan la fe en la eficacia del Estado en este particular.
Algún ministro confesaba este miércoles que será Torrent quien ponga el punto final de cordura a la situación. "No hay que hacer demasiado caso de lo que está diciendo, de sus loas al presidente en el exilio y todas esas fórmulas que utiliza, son cosas que tiene que decir", apostillan es círculos del Ejecutivo. No todos los miembros del Gabinete comulgan con tan confiada versión, y temen una fotografía de difícil digestión: Puigdemont, investido presidente.
La teoría que circula en ERC, partido en el que milita el presidente del Parlament, habla de que Puigdemont intentaría esta fórmula en la distancia, que sería bloqueada por el Constitucional, tras el recurso del Gobierno, y, al día siguiente se procedería a otra sesión con un candidato presente en el Hemiciclo. "ERC no aaprecería, de esta forma, como quien le cierra el paso a Puigdemont", señalan en los círculos republicanos.