El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a la canciller alemana, Angela Merkel, este fin de semana en Doñana. Es un encuentro informal, pero de gran importancia para la defensa de los intereses de España en una agenda europea muy convulsa. Las posiciones que defendía Mariano Rajoy no distan mucho de las que ahora abandera Sánchez. Hay diferencias de matiz, pero son idénticas en lo esencial. La reunión en Doñana, que tendrá una parte público el sábado y otra privada con visita al parque natural el domingo, servirá también para que los dos líderes se conozcan mejor después del inesperado cambio de gobierno en nuestro país.
La crisis migratoria está centrando la atención en la víspera del encuentro de dos días que se celebrará en la finca del Palacio de las Marismillas, lugar habitual de descanso para los jefes de Gobierno españoles. Sin embargo, hay otros dos asuntos con menos foco mediático, pero quizá más importante para los intereses de España: la reforma del euro y especialmente la elaboración de los nuevos presupuestos de la Unión Europea.
Los primeros borradores de propuesta que maneja la Comisión Europea son nefastos para España. Las cuentas, que ya incluyen al Reino Unido, reducen las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) -vitales para el campo español- y nuestro país pasa a ser contribuyente neto después de muchos años como receptor de ayudas de fondos estructurales y cohesión. Los presupuestos no se aprobarán hasta después de las elecciones europeas de mayo del 2019, pero el proyecto que presente la Comisión es muy importante, porque el margen de maniobra es limitado después.
Unión Monetaria
Otro de los grandes temas pendientes de resolver en Bruselas es la reforma del euro. Sánchez tiene en el presidente francés, Emmanuel Macron, a su mejor aliado. España y Francia están dispuestos a caminar por la senda de reformas más ambiciosa. Merkel ha abierto la mano si se compara con la intransigencia que exhibió Alemania en el pasado. La canciller gobierna en coalición con el SPD, los socialistas alemanes, más proclives a reformas económicas que la coalición de centro derecha de Merkel.
La cumbre de junio apenas logró avances concretos en la Unión Monetaria. El empuje de Francia no fue suficiente ante las reticencias de Alemania y otros países como Holanda. Bruselas se limitó a poner en marcha la reforma del fondo de rescate de la zona euro, para convertirlo en respaldo financiero del Fondo europeo de Resolución, y a encargar un calendario para la negociación sobre el Fondo común de garantía de Depósitos.
Los demás proyectos de París sobre un seguro de paro europeo o un ministro de Finanzas quedaron de momento en agua de borrajas. Sánchez y Macron hablaron de todo ello en su encuentro de finales de julio en Madrid. España apoya las recetas de Francia y es partidario de encontrar un punto de encuentro con Merkel, que tiene la difícil tarea en casa de contentar a sus socios socialistas de la coalición y a la vez defenderse del empuje por su derecha de los ultraconservadores del ARD.
Existe el convencimiento de que un eje sólido Berlín-París-Madrid es la mejor respuesta a las incertidumbres del brexit, la moneda al aire que siempre es la política del presidente americano, Donald Trump, y el avance del populismo en países clave para Europa como Italia.
No más Aquarius
Sánchez estaba recién aterrizado en la Moncloa en la cumbre de junio, que estuvo muy marcada por la crisis migratoria, el gesto de España con el Aquarius y la negativa del Gobierno italiano a acoger más barcos en sus costas. El Gobierno socialista ha dado un giro de 360 grados en estos dos meses, porque después del Aquarius ha terminado regresando al mismo punto en el que estaba la política migratoria española con el PP de Rajoy.
Alemania y España debatirán sobre la creación de centros similares a los CIE españoles tanto en suelo europeo como en los países de origen. La idea es agilizar los trámites de entrada y concesión de asilo, en caso de haberlo, pero también de repatriaciones y expulsiones. Merkel y Sánchez hablarán también de las políticas del Gobierno italiano o de la propuesta que hizo el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, precisamente en un diario alemán de crear una especia de programa de formación temporal para inmigrantes africanos.
Y todo en un contexto en el que la llegada de inmigrantes a España se ha disparado casi un 175% en lo que va de año, según cifras de Naciones Unidas. Sánchez se comprometió con Merkel a acoger a un grupo de inmigrantes que están en Alemania pero accedieron a la UE por España. Borrell dijo que se trataba de unas 30 personas, que llegarán a nuestro país la próxima semana. Berlín ha lanzado un guante a Madrid a escasas horas de la reunión de Doñana proponiendo repartir por toda Europa a los inmigrantes que llegan a las costas españolas.