"El tiempo demostró que no se podía haber hecho de otra manera". Así se refiere el exministro de Sanidad, Salvador Illa, a su gestión en la compra de material sanitario durante la pandemia de coronavirus. La autocrítica brilla por su ausencia en el libro donde el actual líder del PSC rememora su tiempo al frente de la cartera sanitaria: 'El año de la pandemia' (Península). Un recorrido en el que Illa 'olvida' al proveedor sin experiencia sanitaria especializado en artículos de marketing de bebidas alcohólicas, FSC Select Products, al que pagó por adelantado 263 millones de euros para traer mascarillas.
Tampoco menciona en ninguna parte a 'Member of the Tribe', empresa barcelonesa a la que Illa confió la recepción de 52 millones de guantes de nitrilo pese a que su objeto social era el diseño, fabricación y comercialización de prendas de vestir y accesorios. Esta empresa, incluida en la denuncia de Anticorrupción junto a FSC Select Products y la empresa de la trama Koldo, Soluciones de gestión y apoyo a empresas, no entregó ni un solo guante, pero recibió más de 5 millones de pago por parte de Sanidad.
Ni sobre estos y otros casos denunciados ante la Fiscalía Anticorrupción parece acordarse Illa en su libro, que defiende su gestión hasta las últimas consecuencias, incluyendo la necesidad de pagar por adelantado, algo que no hizo el Ministerio de Transportes de José Luis Ábalos, actualmente en la lupa de la justicia por las supuestas mordidas que cobró Koldo García a través de Soluciones de gestión y apoyo a empresas.
"Recuerdo perfectamente ese domingo ya de noche, con Patricia Lacruz y Alberto Herrera en mi despacho ordenando por primera vez en la historia de la Administración General del Estado la realización de pagos por adelantado para este tipo de suministros, la única forma de acudir al salvaje mercado en que se había convertido la adquisición de material sanitario en China", escribe Illa, que a renglón seguido añade que "el tiempo demostró que no se podía haber hecho de otra manera y que, pese a las zancadillas, a las caídas, a los contratiempos, el Gobierno fue el primero en comprar para los hospitales españoles".
La participación del Ministerio de Industria
El primero en advertir a Illa sobre la que se avecinaba fue quien firma el prólogo del libro, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. "Miremos fabricantes y a poder ser en España porque es posible que todos los países intentemos comprar a la vez", dijo el epidemiólogo. En el rastreo de material por al península, Illa destaca el papel del Ministerio de Industria de Reyes Maroto y del secretario general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, hoy presidente de Renfe, Raül Blanco.
El exministro reconoce que recibieron decenas de ofertas de empresarios que ofrecían materiales o servicios para traer material desde China. "Hubo mucha solidaridad, pero también mucha picaresca". Pese a ello la máxima de Sanidad fue la siguiente, como reconoce el propio Illa: "De primeras, no descartar nada".
Cada oferta se registraba y se comprobaba primero por Sanidad, y después por Industria -y hasta el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en algunos casos-. "No todas las ofertas dieron sus frutos", reconoce Illa.
Otro punto destacable es el papel protagonista que Illa otorga a María Jesús Montero en la compra de material sanitario: "En el ministerio fuimos reforzando el equipo de compras hasta montar una célula logística de apoyo de medio centenar de personas que se trasladaron físicamente a la sede del Ingesa y en la que se implicó personalmente la ministra de Hacienda, María Jesús Montero".
El líder del PSC cuenta que "dos secretarias de Estado, la de Hacienda y la de Comercio; y representantes del Ministerio de Defensa y de Exteriores, entre otros, pasaron en la primera planta del edificio de la calle Alcalá largas jornadas encargados de localizar suministros, comprobar su viabilidad, negociar precios y organizar el operativo de traslado. Se sumaban así al equipo que lideraban Patricia Lacruz -directora general de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia que vino al Ministerio de la mano de Carmen Montón- y Alfonso Giménez, exdirector del Ingesa -que también llegó con Montón-".
La ayuda de Amancio Ortega
En el capítulo de agradecimientos, el exministro de Sanidad se refiere de manera expresa a la multinacional española Inditex que, "además de contribuir con donaciones, tuvo un papel fundamental en todo el operativo de compra y traslado de material". Pablo Isla, entonces presidente de Inditex, mantuvo una conversación con Salvador Illa en la que puso a disposición del Gobierno de España sus contactos en China, el listado de sus proveedores, su experiencia en compras, sus aviones de transporte y su representante en el gigante asiático, Yago Vera Cuartero.
Pese al expertise de Inditex, el Ejecutivo tomó sus propias decisiones, confiando la llegada de material sanitario a empresas como FSC Select Producst o Soluciones de gestión y apoyo a empresas que gananron millones con la pandemia.
Farragut
Se entiende que vaya a buscar consuelo en el vaticano con el peronista Bergoglio. Tan indigno el uno en el papel de ministro como el otro en el de papa. Ambos dan una medida de lo que nos toca.
AlPanPan
La decisión del ministro de adjudicarle esos contratos a empresas próximas a su pueblo, sin experiencia en China, ni en el mercado sanitario, ni en el textil (las mascarillas las fabrican industrias textiles) permiten deducir una pura y simple corrupción con mordidas supermillonarias. ¿ Es extraño pensar que el ministro no participara en el negocio, no directamente por supuesto, sino mediante testaferros?. Me extraña que INDITEXT, no supiera desde el minuto uno, las empresas que fabricaban mascarillas en China. Es extraño que INDITEX no se atreviera a hacer directamente a gestión de compra que seguramente sería al mejor precio, por ser la empresa del textil número uno en el mundo. No existen en España empresas muy fuertes que hacen suministros a la sanidad española a las que recurrir, por ejemplo INDAS y otras muchas del sector. Es evidente que ha existido una más que presunta corrupción, sin escrúpulos, por que eso no existe en los partidos políticos. Es posible que no se pueda probar, pero el descaro con el que se ha actuado es mayúsculo. En la Edad Media los reyes abusaban explotando a su pueblo sin miramiento alguno. Ahora ocurre algo, peor porque se recurre al "engaño" a los ciudadanos mediante la información manipulada y con mentiras sin límite. Quien piense que esto es una democracia o es tonto de capirote o es que pertenece al sistema corrupto que nos gobierna.
Sevilla
Ara toca que te detengan a ti, jeta.
Caballeria
A ver cuanto tarda la Guardia Civil en pasar por su casa y llevarlo delante del juez, porque lo de este si que va a ser "sonado"....