Pedro Sánchez ha utilizado el decreto de medidas económicas del coronavirus para modificar la ley de 2002 que regula el funcionamiento de los servicios secretos en España. La reforma permite, por un lado, dar entrada a su director de Gabinete, Iván Redondo, en la comisión delegada para Asuntos de Inteligencia. Y, por otro, blindar la presencia de su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en este órgano.
El plan de choque para frenar el avance del Covid-19 esconde un importante cambio en la ley del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La disposición final segunda del decreto económico del Ejecutivo modifica la composición de la comisión delegada para Asuntos de Inteligencia, un órgano dependiente de Presidencia que coordina todos los servicios de información e inteligencia del Estado.
Iglesias, sí; Redondo, no
Sánchez incluyó al líder de Podemos en la comisión de Asuntos de Inteligencia en el decreto de composición de las comisiones delegadas el pasado 26 de febrero. Sin embargo, Redondo no fue incorporado a Asuntos de Inteligencia. Según recoge la ley del CNI del 2002, ese papel está reservado al secretario General de la Presidencia, cargo que ocupa actualmente Félix Bolaños.
Sánchez ha utilizado la crisis del coronavirus para enmendarse a sí mismo e incluir a Redondo en sustitución de Bolaños. Y de paso ha corregido la redacción del apartado 2 del artículo 6 de la ley del CNI para blindar la presencia de cualquier vicepresidente -en este caso Iglesias- en dicha comisión. El texto original establecía la presencia de un solo vicepresidente al mando de este órgano. Carmen Calvo dirige actualmente la comisión delegada para Asuntos de Inteligencia.
Una reforma ordinaria de la ley del CNI hubiera supuesto una farragosa tramitación parlamentaria, que con la actual correlación de fuerzas en el Congreso podría haberse demorado durante meses, según explican a Vozpópuli expertos en seguridad. El Gobierno ha justificado la modificación por decreto -el del coronavirus- en que la vía ordinaria hubiera impedido a la comisión delegada funcionar con normalidad en tiempos de estado de alarma.
Sin embargo, llama la atención este cambio y precisamente ahora. Sánchez no necesitó reformar la ley para incluir a Iglesias. Y teóricamente tampoco necesitaba modificar la norma para dar entrada a Redondo. La ley del CNI del 2002 permite que cualquier otro órgano superior del Estado participe en las reuniones de la comisión si así lo pide el presidente.
Moragas ya estuvo, pero sin cambiar la ley
En el anterior Gobierno de Mariano Rajoy, por ejemplo, su jefe de Gabinete Jorge Moragas fue incluido en el decreto de composición de las comisiones delegadas. Igual que sucedió con Iglesias. Y el PP no necesitó cambiar una ley tan sensible solo para dar entrada a Moragas o a otras personas.
El nuevo artículo, según recoge el decreto, establece que "la Comisión (para Asuntos de Inteligencia) estará presidida por el Vicepresidente del Gobierno que designe su Presidente, e integrada por los Vicepresidentes designados por el Presidente del Gobierno, las Ministras de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y de Defensa, el Ministro del Interior y la Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, así como por el Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, el Secretario de Estado de Seguridad y la Secretaria de Estado Directora del Centro Nacional de Inteligencia, que actuará como Secretaria".
El texto del 2002 decía que "la Comisión estará presidida por el Vicepresidente del Gobierno que designe su Presidente e integrada por los Ministros de Asuntos Exteriores, Defensa, Interior y Economía, así como por el Secretario general de la Presidencia, el Secretario de Estado de Seguridad y el Secretario de Estado Director del Centro Nacional de Inteligencia, que actuará como Secretario".