Pedro Sánchez sigue trabajando en la configuración de su Consejo de Ministros que, según ha explicado la portavoz del Grupo Socialista, Margarita Robles, no va a incluir nombres de Podemos, pero tampoco va a "desagradar" a la formación morada, señalan distintas fuentes socialistas a Vozpópuli; "no habrá ministros a la contra, no tiene sentido".
Robles es uno de esos nombres que suenan y que no desagradan en Podemos. Este sábado rechazó postularse como la futura ministra de Justicia o como vicepresidenta del Ejecutivo. De hecho, en el PSOE muchos la ven más como ministra del Interior, primero, porque la magistrada del Tribunal Supremo ya dirigió ese departamento entre 1994 y 1996, siendo ministro Juan Alberto Belloch, y, segundo, porque está enfrentada a un importante sector conservador de la judicatura.
Hay que tener en cuenta que el de Sánchez va a ser el ejecutivo parlamentariamente más débil en 40 años de democracia; el PSOE solo dispone de sus 84 diputados en el Congreso, necesita 92 más para alcanzar mayoría absoluta que le permita sacar adelante proyectos, y 67 de esos votos los tiene Pablo Iglesias.
Una política de gestos como la retirada del Crucifijo y la Biblia en su toma de posesión van a ser la tónica porque Sánchez es consciente de la dificultad para aprobar leyes
Así que, aun cuando el líder socialista no vaya a hacer guiños como la inclusión de exjefe del Estado Mayor de los Ejércitos (Jemad) con José Luis Rodríguez Zapatero y hoy diputado de Podemos, José Julio Rodríguez, -él mismo lo ha desmentido a este periódico-, Sánchez tampoco va conformar un gabinete que suponga una provocación a los morados.
Habrá gestos progresistas y laico tales que la vuelta a la creación de un Ministerio de Igualdad que, obviamente, llevará una mujer, para implementar políticas de género acorde con la demanda de las multitudinarias manifestaciones del 8M.
Será la tónica. Éste sábado ya lo vimos en la toma de posesión en La Zarzuela delante del Rey, donde, por decisión del nuevo presidente del Gobierno no hubo Crucifijo ni Biblia. También habrá una recuperación de la agenda de la Memoria Histórica que el gobierno de Mariano Rajoy dejó de lado.
"Es mejor centrarnos en tres o cuatro temas importante para nuestro electorado, que no tengan gran coste económico, que abarcar mucho y perder votaciones", reflexiona uno de los 'ministrables'
"No tenemos mayoría en el Congreso y gobernaremos con el presupuesto del PP, es decir, que tampoco podemos hacer malabares. Es mejor centrarnos en tres o cuatro temas importantes para nuestro electorado, que no tengan gran coste económico y que sepamos que van a salir, que intentar abarcar mucho y perder votaciones", señala a este periódico uno de los ministrables que más suenan para el primer gobierno de Sánchez.
Entre esos temas está la recuperación de la sanidad universal para los inmigrantes -uno de los temas estrella de Podemos- y la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, que sanciona la paralización de desahucios con multas entre 600 y 30.000 euros a sus protagonistas, o la participación de movilizaciones.
Y una vez conseguidos esos objetivos, dicen no pocos dirigentes del PSOE, con el partido ya recuperado en las encuestas -antes de la moción la mayoría les situaba en tercera posición-, Pedro Sánchez "deberia convocar elecciones", a pesar de que el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, le ha pedido este sábado que no lo haga por temor a una fuerte subida de Ciudadanos.
Conjuraría así dos peligros: el bloqueo político que van a intentar PP y los de Albert Rivera si prosigue el desafío soberanista por parte del presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el previsible rearme político de los populares con un nuevo liderazgo cuando se produzca el adiós de Rajoy y 135 escaños en el Congreso para hacerlo efectivo.