Del 'empate técnico' a un leve vuelco en favor de las aspiraciones de Pablo Casado. En el cuartel general de Sáenz de Santamaría se detecta una ligera sensación de contrariedad. La irrupción de Pedro Sánchez en el centro de la palestra política, con el anuncio de su programa en el Congreso, parece favorecer a los compromisarios indecisos. "El radicalismo que está exhibiendo el presidente del Gobierno mueve a los compromisarios más dubitativos hacia el candidato más beligerante contra la izquierda", afirman fuentes del PP. "El sanchismo en estado puro le favorece", añaden.
La victoria de Santamaría en la primera vuelta parecía presagiar un desfile militar de su candidatura hacia el triunfo decisivo el próximo sábado. La colecta de compromisarios iba a su favor. En especial en las regiones con más peso específico. Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León son comunidades en las que se votó mayoritariamente en favor de los intereses de la vicepresidenta. Esa tendencia puede darse la vuelta. "Hay delegados que muestran su apoyo a todo el mundo que le llama, imposible extraer conclusiones medianamente ciertas", añade esta fuente, un veterano de la organización.
Anuncios radicales
La irrupción de Sánchez en el Congreso con su particular despliegue de medidas de neto perfil de izquierda radical (diálogo con los golpistas catalanes, subida de impuestos, más gasto, huesos de Franco, asignatura de religión, escuelas concertadas) parece diseñado para alentar al campo del 'pablismo', como lo denomina García Margallo, seguidor de Casado.
El presidente del Gobierno exacerba los ánimos del sector más conservador del partido. Esto se traslada directamente al cuerpo electoral del PP que el próximo sábado votará con la mente puesta no sólo en Génova sino en el candidato de las próximas generales.
Soraya tiene a su favor su condición de mujer, que ha explotado convenientemente en un vídeo electoral, y también su experiencia de gestión en el Ejecutivo. Su punto débil es la ausencia de perfil ideológico, según este sector del partido que considera que el PP debe recuperar sus raíces más sólidas y algunos de sus principios despreciados o sepultados en la última etapa del marianismo.
Goteo de adhesiones
Casado iza banderas periclitadas, insiste en airear conceptos como la familia, la libertad, la unidad de España, "no gastaría un euro en los huesos de Franco", y no 'se encerrará en su despacho, sino que saldrá a defender los valores de siempre del PP", según comentaba Miguel Arias Cañete, exministro de Aznar y actual comisario europeo. En las últimas horas se produce un goteo de nombres que se incorporan a las filas de Casado.
Además de Cañete, se ha sumado a su favor gente destacada en la estructura del partido como López Miras, presidente de Murcia, José Ignacio Ceniceros, presidente del PP de la Rioja, Cristina Cifuentes, los alcaldes de Málaga y de Jaén, Silvia Clemente, presidenta de las Cortes de Castilla y León. Una alineación que sigue creciendo y a la que hay que añadir los cinco candidatos que participaron en la primera vuelta amén de un nutrido grupo de ministros de Rajoy, con Catalá, Margallo, Tejerina, Montserrat, Zoido y, desde luego Cospedal al frente.
Este flujo constante hacia las posiciones de Casado se considera una muestra del viraje que empieza a advertirse entre los delegados de cara al sábado. "Sánchez moviliza más que Feijóo", dicen en el cuartel general del exportavoz del PP. "Soraya repite que quiere echar a Sánchez de Moncloa, pero no tiene la solidez programática que ofrece Casado", añaden.
Santamaría cuenta con dos firmes bazas a su favor. Fernando Maíllo y Javier Arenas trabajan compulsivamente para recolectar papeletas de cara al congreso. Dos pesos pesados de Génova con enorme influencia en gran parte de los cargos y barones de la formación. Hace cinco días, este factor era decisivo, ahora puede que ya no sea suficiente.