"Nos sorprende, pero no vamos a alimentar polémicas en un día importante en lo personal para don Felipe". Así, estoicos, han recibido en el entorno de Alberto Núñez Feijóo que no haya sido invitado al Palacio Real para participar en los fastos por el décimo aniversario de la coronación de Felipe VI. Un homenaje en el que el Rey ha reivindicado la vigencia de la Constitución de 1978 en presencia de algunas de las autoridades más importantes del país y donde estaba, por ejemplo, Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, pero no el líder de la oposición.
Lo cierto es que, según el criterio establecido por Zarzuela, la presencia del líder del PP no tenía cabida. La Casa Real ha ceñido las invitaciones a los representantes de los órganos con relevancia constitucional y a otros poderes del Estado con protagonismo en los últimos 10 años. Es decir, los cargos públicos que han marcado su década al frente de la Jefatura del Estado. Una invitación que la Casa del Rey ha hecho extensible a los cónyuges u otros acompañantes. No obstante, el criterio aplicado para los presentes no ha rebajado el evidente malestar de Génova, ya que, en palabras de un diputado con trienios, "no tiene sentido" que no esté el líder de la oposición.
"Seguiremos defendiendo a las instituciones del Estado, también a la Corona", apostillan en conversación con Vozpópuli desde el entorno del presidente del PP. Lo hacen con cierta resignación, deslizando una evidente incomodidad con la Casa Real que, en ningún caso, será manifestada públicamente. Y es que mientras Pedro Sánchez abandonaba el escaño al poco de comenzar la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Feijóo permaneció en el suyo como un convidado de piedra. Lo lógico, pensaron muchos, es que hubiera seguido el mismo itinerario que el presidente hasta el Palacio Real. Pero nada. Ni Zarzuela "ni los servicio de Protocolo de Moncloa", hacia donde también deslizan la responsabilidad desde Génova, recayeron en la presencia del político gallego.