El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha ordenado este miércoles prisión incondicional para el funcionario de Instituciones Penitenciarias que fue detenido esta semana junto a otras siete personas en la operación contra una red que captaba presuntamente adeptos del Estado Islámico (DAESH o ISIS) en cárceles.
Según han informado a Europa Press fuentes jurídicas, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 ha ordenado también prisión incondicional para otros cuatro sospechosos, mientras que ha dejado a los otros tres en libertad con medidas cautelares.
Detenidos
Los ocho fueron detenidos por presunto delito de integración en organización terrorista, aunque cinco de ellos ya estaban en la cárcel cumpliendo penas de prisión por delitos contra la salud pública. Los cinco son de nacionalidad marroquí, tienen edades comprendidas entre los 25 y los 68 años y su radicalización se produjo en prisión.
Por su parte, el funcionario de Instituciones Penitenciarias fue arrestado en Alcorcón (Madrid), junto con una mujer por colaborar presuntamente con la red en la consecución de sus objetivos: la segunda, siguiendo las órdenes del líder de la red, era la encargada de recompensar económicamente al primero, quien habría introducido en prisión dispositivos móviles que hacía llegar a los presuntos terroristas.
La red contaba con un líder que tenía una marcada influencia sobre el resto de integrantes
Según los investigadores, la red contaba con un líder que tenía una marcada influencia sobre el resto de integrantes, al que llamaban "jefe". Por iniciativa suya, sus hombres de confianza amenazaban y agredían a aquellos que se alejaban del grupo y de la estricta práctica religiosa, extendiendo dicho control incluso una vez abandonaban el centro penitenciario.
Los detenidos llegaron a proponer de forma directa la comisión de atentados a algunos reclusos. Para convencerles, les prometían importantes sumas de dinero. Les aseguraban que tenían un contacto en el Estado Islámico encargado de hacer llegar el dinero a sus familias como recompensa tras ejecutar las acciones terroristas.