España

Un año de prisión por grabar desde un despertador las relaciones sexuales con su exnovia

Un juzgado madrileño condena a un joven que ocultó una cámara en un despertador para grabar las relaciones sexuales con su exnovia

  • Imagen de los juzgados de Plaza de Castilla. -

Un inofensivo despertador que tenía dentro una cámara. Fue la desagradable sorpresa que se encontró una joven después de mantener relaciones sexuales con su expareja. Precisamente meses atrás ella le había dejado por la misma circunstancia. Ahora este hombre ha sido condenado por un juzgado madrileño a un año de prisión, según un auto al que ha tenido acceso Vozpópuli.

El procedimiento del caso ha sido llevado a cabo por el Juzgado de los Penal número 37 de Madrid. La pareja mantenía una relación sentimental matrimonial con convivencia desde mediados del año 2018. Residían en una pequeña casa en el distrito madrileño de Villa de Vallecas.

Dejaron la relación por las mismas grabaciones

Un año duró esta relación ya que tras diversas "vicisitudes" rompieron en julio de 2019. El hombre había instalado una cámara GoPro en el dormitorio, con la cual captó sus relaciones sexuales. La chica lo descubrió porque cuando le estaba enseñando fotografías de su teléfono observó en la galería una serie de videos que poseía dentro del terminal. Se identificó. "La había grabado sin su consentimiento y le obligó a borrar los videos", explican fuentes del caso.

Con toda esta discusión y haciendo vidas separadas durante meses. Ambos volvieron a encontrarse el día 17 de noviembre de ese mismo año. Esa noche regresaron al domicilio que compartían durante su noviazgo y en su dormitorio mantuvieron, de nuevo, relaciones sexuales.

Pero no todo fue idílico. Su pareja había dispuesto, sin el conocimiento de la mujer, la grabación de ese momento y para ello se hizo con un aparato electrónico que permitía inmortalizar la imágenes de modo disimulado bajo la apariencia externa de un despertador digital.

Confesó los hechos y entregó la cámara

Se trataba de un dispositivo reloj grabador con sonido y en el que este hombre insertó tarjetas de memoria. "Accionó la grabación, enfocándolo hacia la cama en el momento en el que mantuvieron relaciones. No consta que se haya realizado un grabado visible del acto pero el acusado lo dispuso para captar esas imágenes sin conocimiento de la víctima", afirma el auto judicial fechado el pasado 15 de junio de este año.

La mujer comenzó a sospechar cuando vio el posicionamiento de este reloj y pregunto a su expareja. Al principio defendió que era un despertador pero acabó admitiendo que en su interior tenía una cámara y que había intentado grabar la relación de ambos. "De hecho, le ofreció comprobar el aparato y la tarjeta y se los entregó", esgrime la decisión judicial.

250 videos

Tres días después de estos hechos, la víctima presentó una denuncia y aportó el reloj y la tarjeta de memoria entregados voluntariamente por el acusado. También dispuso para las autoridades una conversación grabada con el móvil en la que el acusado reconocía que contaba con una cámara espía. La acusación de la víctima fue ejercida por el despacho del experto penalista Ospina Abogados.

Cuando llegó toda la documentación intervenida a este hombre, la Policía Nacional verificó que el reloj permitía la grabación y que la tarjeta tenía 250 archivos de video, de ellos 235 borrados, otros cuatro corruptos, y el resto no eran reproducibles.

No entrará en prisión

El juez encargado del caso condenó al hombre por un delito contra la intimidad con la concurrencia de la agravante de género a la pena de un año de prisión y la inhabilitación especial para el ejercicio de derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena. También tendrá que pagar una multa de doce meses con una cuota diaria de seis euros con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago.

Al carecer de antecedentes, este hombre no tendrá que ingresar en prisión si no vuelve a delinquir en un plazo de tres años. Sin embargo, no podrá acercarse a su expareja ya que tiene una orden de alejamiento de menos de 500 metros sobre ella y su domicilio, su lugar de trabajo y las zonas que frecuenta. Es el final de una relación que terminó dos veces y las dos por hechos delictivos.

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