España

El PSOE discutirá el sábado en Ginebra las condiciones de Junts para un referéndum de autodeterminación

Ferraz solo hará público los acuerdos con Junts y no prevé ninguno este fin de semana. Tampoco desvelarán la identidad del mediador

  • Iratxe García, junto a Santos Cerdán, durante la reunión del PSOE con Puigdemont

El PSOE se dispone a escuchar en Ginebra a Carles Puigdemont pedir una consulta sobre la secesión de Cataluña y la fecha para la misma. Y lo hará ante un mediador internacional. Los socialistas mantendrán este sábado la primera reunión con Junts tras la reelección de Pedro Sánchez. La cita, comprometida "en noviembre" en el acuerdo de investidura, servirá para que el expresidente catalán y su séquito (Jordi Turull y Miriam Nogueras) propongan "la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Cataluña amparado en el artículo 92 de la Constitución". Por parte de Ferraz estarán el número tres, Santos Cerdán, y según medios catalanes el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

El PSOE, que no acepta esa consulta, "defenderá el amplio desarrollo, a través de los mecanismos jurídicos oportunos, del Estatuto de 2006, así como el pleno despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Cataluña". El plan de Sánchez, según explican dirigentes socialistas, pasa por ofrecer a los independentistas el altavoz del Congreso de los Diputados para que defiendan la consulta; algo similar a lo que ocurrió con el 'plan Ibarretxe'.

El 1 de febrero de 2005, el entonces lehendakari Juan José Ibarretxe (PNV) subió a la tribuna del Congreso a defender su propuesta de Estatuto, que contenía la autodeterminación como pilar. Y lo hizo con este alegato:

"Vengo a presentar la propuesta de un nuevo estatuto político, con la mano tendida a abrir un proceso negociador. Espero que no lo desprecien cuando al final del día realicen las votación [...] Creo sinceramente que existe un camino, una solución, un punto de encuentro y la obligación de pactar. Apostamos por un futuro que dice sí a la obligación de pactar entre Euskadi y España".

Como el 'plan Ibarretxe'

En el PSOE ven a un presidente catalán en el mismo escenario. Y, además, con el compromiso de votar un acuerdo que permita salvar la cara tanto a Sánchez como al independentismo. De todo ello darán cuenta los mediadores, que Moncloa gusta llamar "acompañantes". Según explicó en una entrevista en ElNacional.cat la presidenta de Junts, Laura Borràs, en los encuentros intervendrán diferentes mediadores. Borràs habló de cuatro, pero especificó que uno actuará como coordinador y como portavoz y será el único del que se conocerá la identidad. Aunque por el momento tanto Ferraz como Junts han pactado mantenerlo en secreto.

No hay pista alguna pese a que Moncloa se jacta de ser el gobierno más "trasparente". El equipo de Sánchez considera que la receta del éxito es, una vez más, la discreción. La excusa es esa replicación de la fórmula de la investidura, pero hay una diferencia sustancial. El debate para reelegir a Pedro Sánchez tenía fecha de caducidad. Si el PSOE llegaba al 27 de noviembre sin acuerdo, se repetían las elecciones. Ahora se da por hecho que las negociaciones entre PSOE y Junts se prolongarán durante toda la legislatura.

Los negociadores del PSOE y de Junts cerraron el acuerdo de investidura la madrugada del 9 de noviembre tras días puliendo el redactado de la ley de amnistía para que evite que sus beneficiarios puedan verse afectados por interpretaciones restrictivas de la Justicia. Aunque lo cierto es que Sánchez no puede dar a Puigdemont garantía alguna de que no terminará en prisión. Más si cabe tras la investigación que le abrió la Audiencia Nacional por supuestos delitos de terrorismo en el marco de la causa Tsunami Democràtic. La ley de amnistía, que ya está en el Congreso, no verá la luz hasta, al menos, el mes de abril. Aunque el entorno de Junts lamenta que los plazos no se cumplirán y creen que puede demorarse hasta un año. Mientras, el Gobierno enfrentará la especial vigilancia de las instituciones europeas.

El órdago de la moción de censura

Puigdemont aprovechó este miércoles, que el Rey abrió solemnemente las Cortes para la XV Legislatura, para amenazar la estabilidad del Gobierno de Sánchez. En un foro organizado por el medio Político, uno de los más influyentes en Bruselas, el expresidente catalán amagó con apoyar una moción de censura del PP al Ejecutivo y con tumbar sus presupuestos si no se producen avances en el reconocimiento nacional de Cataluña. En el PSOE se tomaron la advertencia con calma. Lo ven una fanfarronería que busca atención. Fuentes gubernamentales consultadas por Vozpópuli también restan importancia al encuentro del sábado y lo circunscriben al ámbito de la relación entre partidos democráticos.

Queda claro que el nuevo gabinete de coalición de Sánchez con Sumar estará sometido al chantaje permanente de Oriol Junqueras (ERC), Arnaldo Otegi (Bildu) y Carles Puigdemont (Junts). El expresidente catalán se reserva, de hecho, un papel protagonista puesto que él es el nuevo aliado socialista de la XV Legislatura. Y quien tiene la llave de la gobernabilidad del país durante los próximos cuatro años. Por eso, el presidente del Gobierno ha armado un equipo en Moncloa con capacidad de neutralizar el relato político del independentismo. Aunque por el momento no dice nada.

Sánchez anticipa una oposición infernal, que sacará a la calle cada fin de semana a todos los que pueda movilizar para horadar al Ejecutivo. Por delante, Moncloa aún debe afrontar varios acontecimientos que pueden desestabilizar el nuevo Consejo de Ministros: desde la sentencia del Constitucional sobre la amnistía, hasta la vuelta de Carles Puigdemont, así como la pelea entre ERC y Junts. Las elecciones catalanas lo macarán todo. Y el PSOE sabe que tendrá que hacer un difícil juego de equilibrios para contentar a unos y a otros para que el tsunami de la política catalana no le arrase. Junts ya dio pistas la semana pasada. Lo cierto es que la legislatura que se le abrió a Sánchez va a ser imposible. La reacción de Junts al discurso de investidura del presidente lo evidenció. La derecha independentista catalana amenazó con no votarle si no se toma en serio el acuerdo que firmaron en Bélgica y si no replica el relato del procés que el PSOE firmó con Junts. Nogueras amenazó a los socialistas con que no tienten a la suerte. El sábado habrá que ver las caras del PSOE.


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