"Son tan inmaduros que después de dar un machetazo vuelven a su casa y cenan tranquilamente un plato de leche con galletas". Son las palabras de Javier Antonio Susin Bercero, jefe de Brigada Policial de Información de la Policía Nacional en Madrid. Este mando policial ha sido el ponente estrella de la primera sesión de la comisión sobre bandas juveniles que se ha celebrado en la Asamblea de Madrid.
Susin ha esbozado una radiografía a los diputados madrileños sobre la situación de las bandas juveniles en la región. Sus agentes de Información detectan que empiezan en estos grupos con 12 ó 13 años y después cuando alcanzan los 20 abandonan las bandas, ya que no son un negocio rentable y pasan a la delincuencia.
Con 20 años se pasan a la delincuencia organizada
Los métodos de captación antiguos de las bandas se han sustituido por la imitación. Los dos grupos predominantes en la región son los Trinitarios, que son más numerosos, y los Dominican Don't Play, que son los más agresivos. El mando policial ha aclarado que Ñetas, Blood y Lating King, quedan muy pocos. De los Blood ha llegado a afirmar que se mueven por el centro están integrados con personas marroquíes y se han asociado con los trinitarios. "La mayoría de ellos son españoles, nacidos aquí o nacionalizados", ha informado.
En los últimos tres años en Madrid los menores detenidos por bandas han pasado de ser el 10% al 40% en la actualidad. Un ciclo que es corto ya que los miembros de más edad pronto se dan cuenta de que las bandas "no son un negocio" y se incorporan a la delincuencia organizada. "Después encargan a los menores matar o machetear", ha añadido.
La pandemia supuso un punto de inflexión para ellos ya antes del coronavirus sus miembros eran captados en parques o discotecas de forma selectiva. Una vez vino el confinamiento la moda en las redes sociales pasó a ser simular se un miembro de estas bandas. Ahora se ha quedado esta situación.
Las madres les dan por perdidos
Estos grupos se están convirtiendo en una "escuela de delincuentes". El jefe policial ha concretado que estos pandilleros tienen "muy pocas" pistolas pero cuando acceden a una pistola de fogueo pueden llegar a modificarla para realizar algún disparo.
Y es que la principal "obsesión" de la Policía Nacional es que llevar un machete sea considerado un delito y no una multa como hasta ahora. "Es algo que no funciona porque luego se declaran insolventes y no pagan ni la infracción administrativa", ha lamentado.
Susin ha realizado un perfil de las familias de los pandilleros. Las madres trabajan en el sector servicios y a los padres "ni están ni se les espera". Cuando les detienen acuden normalmente las madres a recogerles pero muchas de ellas "han dado la batalla por perdida".
Los asesinatos son por venganza
El jefe policial ha criticado que "la música está haciendo muchísimo daño" a estos grupos de jóvenes. "Muertos de bandas ha habido antes y es cierto que son por venganza", ha aclarado a los diputados que le han preguntado por su valoración sobre la situación actual.
A pesar del aumento de los miembros de las bandas no ha subido la delincuencia, según las cifras comparativas de la Policía Nacional comparadas con el 2019. El modus operandi "no ha cambiado" pero hay muchas veces que los "menores no tienen conciencia y son unos inmaduros". "Apuñalan a una persona a la que casi la matan y se van a su casa y se toman un Cola Cao con galletas. Son inmaduros", ha reflexionado.
Susin ha determinado que el principal modo de financiación de estos grupos son las estafas. Para ello ha explicado que están ahora mismo con una investigación abierta sobre los DDP y su fuentes de ingresos. "Pagan 200 euros a los jóvenes", ha relatado.
Ahora es más fácil salir de una banda
El jefe policial ha estimado que en la Comunidad de Madrid hay unos 400 miembros de bandas juveniles pero que va a crecer esta cifra con el tiempo ya que están identificando a menores que desconocían que eran miembros. No obstante, en la actualidad es más fácil abandonar estos grupos.
Esta primera sesión de la Comisión de Estudio para abordar el fenómeno de las bandas juveniles violentas ha contado también con la presencia del antropólogo catalán Carles Feixa, que ha dado otra visión sobre estas agrupaciones.
En lo que llevamos de año en la Comunidad de Madrid se han cometido cuatro asesinatos de miembros de bandas juveniles. "No tuvo la misma repercusión el homicidio de Atocha que el de Usera en los medios", ha lamentado el jefe de Información.
Finsals
Vivo en un país latinoamericano en que esos fenómenos son endémicos y llevan muchas décadas. Hace unos quince años comenté a mis conocidos en España que, si seguía la inmigración descontrolaba, iban a importar estos problemas. Me dijeron que España es un país diferente, que la Policía era mucho más profesional. Todo esto es verdad, pero no es suficiente, como ya les dije. Pero en España, la gente vive en Los mundos de Yupi y piensa que "tó el mundo é güeno". Las bandas que hay ahora no son las más agresivas a nivel latinoamericano. Igual que los Trinitarios desplazaron los Latin Kings, los Latin Kings serán desplazados por gente como la Mara Salvatrucha o similares. Es la selección natural en acción: sobreviven los más violentos y van desplazando a los menos violentos. Nosotros ya estamos adaptados, pero los que viven en España están para llevarse una gran sorpresa. Se quedarán sin cosas que han dado por sentadas desde siempre.