El año bursátil y en general en los mercados financieros puede resumirse como calamitoso, aunque ha habido algunas excepciones. Repsol e Inditex constituyen no sólo la excepción española, sino también la europea: ambos valores están en el top 3 de revalorización dentro del índice Eurostoxx 50, sólo superados por la francesa sanitaria Sanofy-Aventis. Las dos firmas domésticas presentan subidas del 13,8% y el 12,9%, respectivamente.
Todo ello, en un entorno en el que sólo siete valores de los 50 que ponderan en el selectivo índice europeo finalizaron el ejercicio en positivo. Los bancos, evidentemente, han sido los grandes perjudicados del mercado, aunque no necesariamente los españoles. Aunque Santander cede un 25,9% en el año, le superan en caída el italiando Unicredito y el francés Societe Generale, ambos con más del 50% a la baja, mientras BNP Paribas o Intesa San Paolo se hunden por encima del 30%.
Al final, la crisis se ha cebado más si cabe en entidades italianas y francesas, por su exposición a la deuda griega, por la crisis política en el país transpalpino y, en el caso galo, por ambas cuestiones, ya que la banca francesa tiene una gran exposición a la deuda soberana de Grecia y a la italiana.
Como dato simbólico del desplome financiero global cabe subrayar que una compañía de lujo como LVMH vale más que Santander en Bolsa. Las empresas españolas, hasta hace poco dominadoras en tamaño en Europa, han acabado algo alejadas de las posiciones de privilegio. Telefónica, que llegó a ser la segunda mayor, acaba en séptima posición.
Repsol se ha podido sacudir un poco la presión de los últimos tiempos, merced a la posible salida de Sacyr, acuciada por sus vencimientos, contraídos precisamente para hacerse con su participación del 20% en la petrolera. Los esfuerzos en busca de compradores para parte de ese paquete, así como los descubrimientos recientes y unos precios de los combustibles en máximos han apoyado la cotización de la petrolera.
Pero sin duda, el paradigma de rentabilidad es Inditex. La compañía que pertenece a Amancio Ortega parece estar encerrada en un círculo vicioso de expansión internacional con costes controlados y, sobre todo, mantiene una capacidad de enganche tremenda con sus clientes, que repiten una y otra vez en sus tiendas.
Así, la firma gallega, que apenas lleva un trimestre ponderando en dicho selecto grupo, ya se ha convertido en una de las estrellas, algo que ya era con claridad en España, donde supera en capitalización al mismísimo BBVA. El banco que preside Francisco González, se deja un 11% y vale 32.000 millones, pese a ser una entidad muy poco alcanzado por los males que aquejan a la industria financiera: ni tiene una gran mora, ni excesivo peso inmobiliario, ni requisitos de recapitalización elevados. Pero BBVA no logra rentabilizar como sería deseable su situación, envidiada sin disimulo por otras grandes entidades financieras europeas.
El Ibex, por su lado, llegó al final del año en 8.556,3, que supone una caída del 13,11%. Por su parte, el índice general de la Bolsa de Madrid dejó 2011 un 14,55% peor de como lo empezó.
La prima de riesgo española cerró en los 326 puntos básicos, cifra lejana a los momentos más tensos de la crisis soberana, cuando se acercó a los 500 puntos básicos, pero bastante por encima de los 247 de hace un año. Los bonos españoles a 10 años cerraron en el 5,09%