La Consejería de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, dirigida por Alberto Reyero (Ciudadanos), vive una situación atípica tras las dimisiones del jefe de Gabinete del consejero, Carlos Reus; del gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), Óscar Álvarez; y del secretario general técnico, Miguel Ángel Jiménez.
Ninguno de los tres ha sido sustituido en sus respectivos puestos a día de hoy, una situación que incomoda a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y a los otros consejeros del Partido Popular por la sensación de vacío que da este departamento en pleno debate sobre la conveniencia o no de fusionar Políticas Sociales con Sanidad.
Desde la formación naranja se subraya a Vozpópuli que los nombramientos se darán a conocer a su debido momento, pero entre los populares se preguntan si esta interinidad es el preludio de la renuncia del propio Reyero.
Las dimisiones de Reus, por "motivos personales", y de Álvarez, "por motivos de salud", ocurrieron la semana pasada, mientras que en la de Jiménez hay que remontarse a mediados de mayo tras la polémica del contrato falso en el caso Room Mate.
El jefe de Gabinete del consejero de Cs presentó su renuncia el martes 23 de junio y el máximo responsable de las residencias de ancianos, el viernes 26. La secuencia se interpretó desde el PP como una "desbandada" del equipo de Reyero tras unos meses muy duros y ante un futuro judicial nada halagüeño.
La marcha del gerente de AMAS
Reyero dejó pasar la reunión del Consejo de Gobierno de cada miércoles para nombrar a un sustituto de Reus. El puesto de jefe de Gabinete es muy importante por la carga de trabajo y la interlocución con las otras consejerías del Ejecutivo regional, así que el consejero naranja no se puede demorar mucho tiempo en cubrir ese hueco.
En cuanto al máximo responsable de las residencias públicas de Madrid, sorprende que Álvarez sólo haya permanecido nueve meses en el cargo. El hasta ahora gerente del AMAS, de solo 46 años, es doctor en Ciencias Sociales y de la Salud y Licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Católica de Murcia, además de diplomado en Enfermería por la Universidad de Alcalá de Henares y enfermero especialista en Geriátrica.
De hecho, empezó en 1995 comenzó su andadura profesional como enfermero en el Hospital Ramón y Cajal y luego trabajó en distintas funciones en las residencias públicas Nuestra Señora del Carmen y Colmenar Viejo. Desde 2009 a 2012 fue director de Residencias de Mayores del Servicio Regional de Bienestar Social (residencia Carabanchel y Manoteras).
Luego fue responsable de diseño e implantación de programas y coordinador de calidad en centros del Servicio Regional de Bienestar Social. De 2016 a septiembre de 2019 fue coordinador de calidad, comunicación y formación de la citada AMAS para convertirse posteriormente en su gerente. Su currículum, por tanto, es extensísimo y su sueldo público, de 93.855 euros, al alcance de pocos dentro del Ejecutivo madrileño.
Tanto la renuncia del jefe de Gabinete como la del gerente de las residencias públicas no fueron las primeras relacionadas con la gestión sanitaria de la Comunidad de Madrid. En mayo se produjo la marcha de la que era directora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, después de negarse a firmar el informe que avalaba la petición para que la región pasara a la fase 1. Si bien, en el caso de Fuentes se debió a su disconformidad con las decisiones de sus superiores políticos de la Consejería de Sanidad, dirigida por Enrique Ruiz Escudero (PP).
El 'caso Room Mate'
Resulta llamativo, por último, que Reyero no haya cubierto aún la baja del secretario general técnico de Políticas Sociales, Miguel Ángel Jiménez, quien fue 'sacrificado' por el "error humano de carácter administrativo" que provocó que apareciese y desapareciese en cuestión de minutos un supuesto contrato regional con Room Mate por más de 565.000 euros... justo el día que saltó la polémica por el alojamiento de Ayuso en uno de los hoteles que tiene el empresario Kike Sarasola en la capital.
Ciudadanos se vio obligado a transformar la inicial destitución de este alto cargo de Políticas Sociales en una dimisión para que la presidenta regional no pudiera pararlo tras la apertura de una investigación interna, que la propia Ayuso cerró al cabo de unas semanas sin encontrar más culpables.