No hay tempestad sin calma. Satisfechos tras las movilizaciones del domingo y en espera de que se abra una vía de diálogo con el Gobierno –si fructífera o no el diálogo es harina de otro costal-, CCOO y UGT tienen el próximo miércoles de febrero, día bisiesto, una difícil papeleta que jugar. Se trata de la Jornada de Acción Europea convocada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que en estos momentos preside el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

La protesta será complicada por dos motivos: porque sucede a otra que, al menos en las grandes ciudades, ha tenido un éxito sonoro, y porque probablemente tendrá que celebrarse en plena negociación con el Ministerio de Empleo, presidido por Fátima Báñez. El hecho de caer en día laborable –miércoles- no favorece a las centrales. Por eso, CCOO y UGT van a movilizarse esencialmente en regiones ‘calientes’ como Cataluña, Castilla-La Mancha y quizá Madrid.

Son comunidades donde los recortes a los servicios públicos ya han suscitado cierto nivel de movilizaciones. Aunque otras acciones no se descartan en el resto de España, parece que el grueso de las protestas se focalizará en aquellas zonas donde los ajustes más duelen.

"Diferentes tipos de acción según el país"

La Jornada de Acción Europea fue lanzada el 31 de enero por la CES a raíz del impulso del nuevo Tratado Europeo que impulsan Francia y Alemania. Bajo el lema “Basta ya, existen alternativas, por el empleo y la justicia social”, la confederación persigue una crítica intersindical contra la austeridad y llama a “la realización de diferentes tipos de acción, según los diferentes contextos nacionales: manifestaciones, paros durante la jornada laboral, huelgas, concentraciones, acciones de comunicación…”.

Teniendo en cuenta que la del domingo pasado fue la mejor performance de las centrales en España desde que se inició la crisis, huelga general de 2010 incluida, repetir algo así un miércoles diez días después de las manifestaciones parece misión imposible.