Un total de 266 presos de ETA están recluidos en estos momentos en cárceles españolas y francesas. Tres de ellos son enfermos graves y se encuentran cumpliendo penas en sus domicilios, mientras que otros dos pertenecientes de la 'vía Nanclares' están en régimen abierto, según datos facilitados por fuentes institucionales y cercanas a los reclusos.
A día de hoy, en el EPPK, Colectivo de Presos de ETA, se enmarcan un total 260 reclusos, de los cuales 50 están en centros penitenciarios del Estado francés, uno en Portugal y 209 en el Estado español. De estos últimos, cuatro cumplen condena en cárceles vascas y tres se encuentran en situación de prisión atenuada, es decir, en sus domicilios por enfermedad grave.
Otros seis presos disidentes con la actual estrategia del EPPK y que salieron del colectivo, más próximos al Movimiento pro Amnistía y con la Represión -popularmente denominado 'ATA'- están recluidos también en cárceles españolas, aunque una presa será trasladada a Francia para cumplir condena tras ser juzgada en España.
En la actualidad, de la 'Vía Nanclares' -los arrepentidos que se han desvinculado de la banda- sólo tres se hallan en prisión, en concreto en Zaballa (Álava). A dos de ellos se les concedió el grado de régimen abierto, al haber sido clasificados en tercer grado, de forma que puedan continuar su tratamiento en semilibertad.
Menos de la mitad
El número de presos de ETA se ha visto reducido de forma considerable en los últimos años, ante el goteo de excarcelaciones, en su mayoría por cumplimiento de condena. El 20 de octubre de 2011, cuando ETA anunció el cese definitivo de su actividad terrorista, había 703 reclusos, la mayoría en España (559), mientras que 144 estaban en cárceles de otros países europeos y en México.
Los reclusos tienen como líneas rojas el "no arrepentimiento" y la "no delación", lo que impide que puedan colaborar en la resolución de los 358 crímenes que quedan sin resolver
Casi toda la ETA actual se encuentra en las cárceles, excepto los escasos miembros de la banda que se encuentran en la clandestinad, como es el caso del histórico dirigente José Antonio Urrutikoetxea, 'Josu Ternera'.
Por ello, los presos han tenido un papel esencial en el debate interno de la organización terrorista, que ha finalizado con la decisión de disolverse tras 60 años de existencia, y con una apuesta por lograr beneficios penitenciarios mediante las vías legales establecidas para acelerar su excarcelación.
En todo caso, tal como estableció el EPPK, los reclusos tienen como líneas rojas el "no arrepentimiento" y la "no delación", lo que impide que puedan colaborar en la resolución de los 358 crímenes que quedan sin resolver.
En Francia
En los últimos meses, tanto en los Estados español como francés los presos están realizando peticiones individualizadas para ser acercados a cárceles cercanas al País Vasco. En el caso de España, la mayoría de esas solicitudes están siendo delegadas, mientras que en Francia se han producido ya algunos movimientos porque los presos se ajustan a lo establecido en la legislación francesa.
Desde enero se han empezado a producir acercamientos de presos y, hasta la fecha de los 50 presos que cumplen condena en Francia, se ha producido el traslado de once de ellos a las cárceles de Mont-de-Marsan y a Lannemezan, más cercanas a Euskadi.