Colaborar, sí, pero sólo hasta cierto punto. Las autoridades suizas están dispuestas a seguir facilitando información a las justicias de otros países sobre los movimientos financieros de presuntos delincuentes, pero no a actuar penalmente contra aquellos empleados de los bancos helvéticos que colaboraron con estos últimos. Así se puso de manifiesto en un reciente debate celebrado en el parlamento de la Confederación, y en el que un senador del Partido Socialista, Roberto Zanetti, llegó a afirmar que acceder a las pretensiones de otros Estados de perseguir a los gestores se convertiría en una "amenaza para la existencia de nuestro centro financiero y, por lo tanto, de toda la economía". "Se trata de evitar daños a nuestro país", esgrimió Zanetti en su intervención en la Cámara de los cantones el pasado 23 de septiembre, quien contó con el respaldo de buena parte del arco parlamentario. La iniciativa fortalece la impunidad que, hasta ahora, han tenido los banqueros suizos salpicados por investigaciones de blanqueo en otros países, entre ellas el 'Caso Gürtel' y la 'Operación Emperador' en España.
Según un senador del partido socialista suizo, actuar contra los empleados de los bancos helvéticos afecta a la "reputación financiera" del país centroeuropeo
El debate que 'blinda' aún más a los trabajadores de las entidades financieras frente a las justicia de otros Estados surgió después de que el pasado mes de julio el Tribunal Federal Suizo dictara un fallo que obligaba a Credit Suisse a facilitar a las autoridades de Washington los datos sobre defraudadores estadounidenses que ocultaban su dinero en esta entidad financiera y que la Administración Obama llevaba reclamando desde hacía dos años. La decisión judicial provocó un debate en el parlamento helvético en el que el senador socialista insistió en que el derecho penal de su país no puede estar centrado exclusivamente en ayudar a los otros países a recuperar sus deudas tributarias o hacer cumplir su legislación económica. Zanetti recalcó que las violaciones de leyes extranjeras no tienen por qué acarrear sanciones penales en Suiza ya que, en su opinión, ello amenazaría la existencia de las empresas y bancos suizos, además de afectar a la "reputación financiera" del país.
De este modo, muchos de los gestores bancarios señalados en las grandes operaciones contra la corrupción en España quedarían a 'salvo' de la justicia de nuestro país. Entre ellos se encuentran Marc Pérez y Frederic François Mentha, a los que las autoridades españolas acusaron formalmente a finales del año pasado de un delito continuado de blanqueo de dinero y otro de organización criminal por formar parte de la estructura utilizada por la mafia china presuntamente liderada por Gao Ping para lavar las ganancias de sus actividades delictivas. Otro sería Arturo Gianfranco Fasana, quien fue detenido en un viaje a nuestro país acusado de ser el 'contable' de Francisco Correa en la red Gürtel, causa en la que sigue imputado. En este trama de corrupción también salpicado Mentha, cuyo nombre figura como uno de los gestores que ayudó a Bárcenas a mantener oculto el dinero que Luis Bárcenas atesoraba en Suiza.
Interrogados y nada más
Los dos primeros banqueros suizos fueron en su día llamados a declarar por el fiscal de Ginebra Jean-Bernard Schmid, el mismo que abrió recientemente una investigación sobre los bancos suizos que ayudaron al extesorero del PP a ocultar su fortuna en la Confederación helvética, pero no tomó ninguna medida contra ellos pese a las graves acusaciones de la justicia española. El representante del Ministerio Público suizo consideró que el hecho de que ambos hubieran sido ya despedidos de sus trabajos cuando se conoció su implicación en el caso era ya castigo suficiente. Marc Pérez, empleado del HSBC de Ginebra, "sería de alguna forma el brazo ejecutor, el verdadero financiero" de la trama de blanqueo de blanqueo de la mafia china, destacaba uno de los informes policiales incorporados al sumario de la Operación Emperador que instruye en la Audiencia Nacional el juez Fernando Andreu. Según las pesquisas de los agentes, Pérez era el encargado de facilitar "el tratamiento automático de pagos y cobros transfronterizos" a través de transferencias que él mismo supuestamente controlaba desde su despacho en el HSBC.
Hasta ahora, la justicia suiza se ha limitado a tomar declaración a los dos gestores bancarios imputados en España por la 'Operación Emperador', pero no prevé actuar penalmente contra ellos
Por su parte, Frederic Françcois Mentha estaba empleado en el Lombard Odier, banco que también lo apartó de su puesto de trabajo al trascender su participación con la red de la lavado utilizada por Gao Ping. Su relación con la trama de evasión de la mafia china se conoció en abril del año pasado. Entonces, la Policía española detectó cómo uno de los principales peones de la misma, Javier Eduardo Rosón Boix, el hijo pequeño del que fuera ministro del Interior con la UCD fallecido en 1986, Juan José Rosón, contactaba frecuentemente con un número de teléfono suizo. Los agentes pudieron constatar poco después que éste correspondía a este gestor del Lombard Odier y que sus conversaciones y, sobre todo, el intenso intercambio de mensajes de texto "intencionadamente disimulados" que mantenía con Rosón Boix apuntaban a una intensa participación del gestor de la entidad helvética en la trama de blanqueo. A comienzos de este año, su nombre apareció también en el caso Gürtel. Como adelantó Vozpópuli el pasado 28 de enero, Mentha era el gestor del Lombard Odier que ayudó a Bárcenas a mover su dinero cuando en 2009 comenzaron las detenciones de la trama de Correa.
Por último, Arturo Fasana es copropietario de Rhone Gestion, una sociedad asentada en Ginebra encargada de gestionar los multimillonarios patrimonios de clientes españoles a través de una cuenta opaca bautizada Soleado. La Justicia española también relaciona a este ciudadano suizo con ambas tramas. En el caso Gürtel se encuentra imputado y en su día declaró ante el juez Antonio Pedreira, a quien confesó que él cobraba un 0,3% de la cartera que movía al presunto jefe de la red corrupta, al que conoció cuando este pretendía traspasar unos fondos que tenía ocultos de Mónaco a la Confederación helvética. Según el sumario, Fasana, mencionado en los documentos internos de la trama con el alias de Fafa, era el encargado de controlar un depósito de 18 millones de euros que los investigaciones atribuyen a Correa. El pasado mes de julio la Policía española emitió un informe sobre la cuenta Soleado en la que criticaba el trato de favor que las autoridades judiciales helvéticas le estaban dispensando. De hecho, le permitieron tachar numerosos datos de los documentos de dicho depósito antes de que la llegasen a la Justicia española. En la Operación Emperador, los investigadores le señalan como la persona que supuestamente ponía en contacto a fortunas españolas con la mafia china.