La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) vuelve a sacar a la palestra a los supermercados. Tras un 2023 donde la crisis inflacionista ha marcado todas las cuestiones que giraban en torno a las cadenas y, sobre todo, la guerra entre la agricultura y las multinacionales, todo indica a que la tendencia durante este 2024 será similar a la del pasado año. Una realidad que azota a los usuarios que ven como, en tan solo tres años, el precio de la lista de la compra ha subido un 38%, pasando de gastarse 100 euros a 140 euros con los mismos productos.
Tal y como explicamos en Vozpópuli, el último informe Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos del mes de febrero de 2024 ayuda a esclarecer las dudas que giran en torno a la diferencia de precios de la que tanto se quejan los agricultores españoles. Exceptuando el caso del aceite de oliva, de la leche de vacas y del huevo M, el resto de alimentos que recoge el COAG tienen una diferencia porcentual entre el precio de origen y de destino de más de un 100%, siendo los dos casos más llamativos el limón con un 1.069% y el plátano con un 681%.
La subida de precios no es la única guerra abierta entre la OCU y los supermercados, sino que la entidad ha denunciado a La Sirena por su pescado "vegetal". Una polémica que se remonta al año 2017 cuando Tribunal de Justicia Europea (TJUE) prohibió en todas los países miembros de la UE la terminología de leche en aquellos productos que fueran elaborados a partir de vegetales, exceptuando el caso concreto de la leche de almendra.
La primera piedra en el camino y la primera batalla entre las autoridades y los supermercados para lograr un etiquetado claro dejando de lado la publicidad engañosa. Una cuestión que se ha repetido en multitud de ocasiones con un factor en común: la denominación. Productos que fingen un aspecto similar, pero no aportan los mismos nutrientes ni beneficios. No solo eso, sino que aprovechan la propia etiqueta para colocar estratégicamente cada una de las palabras que quieren destacar para que los clientes 'piquen' en su estrategia de marketing.
La OCU denuncia a La Sirena por su producto pescado "vegetal"
"La norma que regula la información que tiene que estar presente en las etiquetas, es una normativa de ámbito europeo, el Reglamento 1169/2011, que deja claro que la información alimentaria no debe inducir a error sobre las características del alimento, en particular, sobre la naturaleza, identidad, cualidades, y composición, entre otras. Esto significa que, con la ley en la mano, un producto no puede dar a entender lo que no es... pero en la práctica, recurren a todo tipo de triquiñuelas que buscan confundir al comprador", explica la OCU.
Una práctica que la entidad tilda de desleal, ya que trata de confundir al usuario disfrazando lo que realmente contiene la caja. ¿Es tan grave este engaño que aplican los fabricantes y los supermercados? El principal problema que gira en torno a este tema es que hay infinidad de casos dentro de los establecimientos más populares e induce a la compra de alimentos que, realmente, no son lo que indican en el etiquetado.
Recurrir a imágenes del producto para fingir que es una gamba, añadir calificativos del tipo "Delicias veganas estilo gambas", alterar levemente el nombre, poner el producto en inglés para aprovechar el vacío legal, jugar con el tamaño de las letras en el envase... Un sinfín de tácticas para camuflar el producto vegano que, de primeras, es menos llamativo para la gente que no suele consumir vegetales.
Siguiendo estas bases que establece la OCU, indican que el producto current Tuna de La Sirena no cumple las normas. Se trata de un producto 100% vegetal, pero lo más visible del etiquetado es el apartado de "Lomo de Atún Rojo Congelado", mientras que lo realmente importante es considerablemente menos visible. Por ello, la entidad ha denunciado a la Sirena para que dejen de llevar a cabo esta práctica: "Es intolerable y por eso denunciamos a La Sirena ante la Agencia Catalana de Consumo por etiquetado engañoso según el Reglamento europeo 1169/2011 y la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios de 2007, que establecen que la información alimentaria no debe inducir a error sobre las características del producto ni sobre su naturaleza, cualidades y composición".
Para terminar, la OCU exige a los supermercados y fabricantes que se tengan en cuenta una serie de indicaciones para evitar que las etiquetas sean engañosas:
- No se permita el uso de nombres que generen confusión y que den a entender que llevan animales: términos como “tuna” o “Chick*n”, aunque estén en otro idioma, son palabras conocidas por muchos consumidores.
- No se autorice el uso de dibujos o fotos que muestren al animal al que intentan parecerse.
- No se recurra a nombres de animales, salvo que vayan precedidos del término sabor o aroma, que como mínimo deben tener idéntico tamaño de letra.
- Que, como ya sucede en Francia, se prohíban en los productos vegetales denominaciones como “Filete”, “chorizo”, “salchicha”, asociados a productos cárnicos.
Perhaps
Tampoco existe la leche de soja sino el zumo elaborado de soja, ni la leche de almendra sino las almendras trituradas y elaboradas. Mucho quíimico y poco natural. Pero son "ecológicas". La OCU por otro lado ya se sabe que tiene color. Tiene intereses distintos de los que dice defender.