Un enlace internacional entra en el despacho del Equipo de Huidos de la Justicia de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Después de una hora de intercambio de información abandona la oficina con una sonrisa. Confía en que, en pocas semanas, el fugitivo que busca desde hace tiempo pueda responder ante la justicia por sus delitos. Así es el día a día de uno de los grupos más efectivos del Instituto Armado que tiene como objetivo detener a los delincuentes más peligrosos como violadores, pederastas o asesinos que se esconden por toda la geografía española.
Esta unidad, que cumple este año una década está formada por ocho agentes que son realmente "todoterrenos". Destacan principalmente por su "capacidad de sacrificio y entrega". Conocen a fondo todos los métodos de investigación ya que sus objetivos requieren que saquen el 100% en cada uno de los casos que estudian.
Desde analizar bases de datos hasta conocimientos sobre dispositivos técnicos, pasando por capacidades operativas que les permiten pasar desapercibidos durante largas horas en la calle. Sus labores son muy amplias, según explican a Vozpópuli fuentes de este equipo de la UCO. "La clave es la multifunción", detallan.
La complejidad de su trabajo se pone de relieve ya que tienen una media de 12 fugitivos detenidos cada año. Son objetivos de alto nivel que se ocultan activamente. Esta cifra es una muestra del tiempo que dedican en resolver cada uno de los casos que tienen sobre la mesa. Cuentan con un alto grado de efectividad ya que detienen al 95% de los delincuentes que les requieren.
Una labor que llevan a cabo sin disponer de todos los medios que podrían tener ya que no están incluidos en la red ENFAST, que es la operativa internacional en la que se comparte información para la búsqueda de fugitivos. En la mayoría de los países esta herramienta está en disposición de las Secretarías de Estado de Seguridad. En el caso español el representante es la Policía Nacional.
Obligados a trabajar con fuentes abiertas
Estos problemas generan que algunas de las investigaciones deben iniciarlas a través de "fuentes abiertas". Es decir, como cualquier "ciudadano ordinario, a veces debemos buscar indicios de que los objetivos puedan estar en España a través de lo que se publica en páginas de los más buscados", especifican estas mismas fuentes.":
Otra de las vías por donde les llegan los casos son las oficinas de agregados de los países. Británicos, holandeses o colombianos acuden a su despacho en busca de ayuda. Mantienen una relación de confianza con la cual el intercambio de información y datos se hace fundamental. También colaboran de forma activas con las unidades de Información del Instituto Armado.
El perfil de los delincuentes que persiguen es peligroso. Son miembros activos de organizaciones criminales que se dedican al tráfico de drogas. No son los únicos. Dan caza a asesinos pederastas, violadores y estafadores. "Son escurridizos y conocedores de que la justicia les persigue y tienen que esconderse", revelan.
En los últimos años han tenido operaciones "sonadas". Una de las más recientes fue la detención el pasado mes de diciembre de Aline, la mujer que denunció por agresión sexual a Cándido Conde-Pumpido. El arresto se produjo porque las autoridades brasileñas habían emitido una orden de arresto internacional acusada de un intento de homicidio a un hombre en el transcurso de una pelea.
El caso más difícil de este equipo de la UCO
Sin embargo, los agentes de esta unidad de la UCO no dudan a la hora de recordar el caso más complicado que tuvieron que afrontar. Fue la búsqueda de Sarah Gina Panitzke. Una británica que estaba considerada la mujer más buscada del Reino Unido. Formaba parte de una organización criminal que defraudó cerca de un billón de libras esterlinas. La dejaron en libertad a la espera de juicio y se marcó a España.
"Se la llegó a encontrar en dos ocasiones pero se escapó en ambas. Se ponía una peluca y se escondía en el monte", relata uno de estos efectivos de la UCO. Después de meses de vigilancias discretas la consiguieron apresar en febrero de 2022. Estaba sacando a su perro en la localidad de Santa Bárbara (Tarragona), una pequeña población de cerca de 4.000 habitantes.
Cuando era trasladada a dependencias policiales reconoció en el vehículo a uno de los agentes que estuvo a punto de detenerla años atrás. Le reconoció porque entró en su calle vestido de repartidor. Sospechó y escapó del que había sido su domicilio.
En la actualidad tienen sobre la mesa los nombres de varios objetivos de alto valor. Escogen casos selectivos para ahondar en las vidas de todos estos fugitivos. Son una de las 'patas' fundamentales y más efectivas de la UCO que siempre trabajan en la discreción para dar 'caza' a estos peligrosos delincuentes.