Las listas electorales de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) se han convertido en un quebradero de cabeza para Rosa Díez y el resto de la dirección del partido. Pero no se trata, paradójicamente, de las candidaturas para la cita con las urnas del próximo 24 de mayo. Los problemas en la formación tienen que ver con las listas elaboradas en el pasado. Y es que en los últimos tiempos, en medio de la grave crisis del partido, algunas de las caras más conocidas han dejado sus puestos en las filas magentas, sea por voluntad propia o ajena. Agasajados en su día por Díez y hasta convencidos por ella para sumarse al proyecto, los Cantó, Lozano o Sosa Wagner ocuparon lugares de relumbrón en su momento, pero ahora se han enfrentado con ella sin remisión.
1. Sosa Wagner y el pacto con Ciudadanos. La primera (acaso premonitoria) salida sonada de UPyD se produjo en el Parlamento europeo el pasado octubre. Francisco Sosa Wagner anunció que dejaba la política, que renunciaba a su acta en la Eurocámara y que abandonaba el partido para "recuperar la libertad". El motivo es que el exeurodiputado recibió duras invectivas tras publicar un artículo en el que propugnaba un acercamiento a Ciudadanos. Las desavenencias entre el número uno de la lista a la cámara europea y Rosa Díez y su guardia de corps se hicieron insoportables.
Las relaciones entre todos los diputados de UPyD se han ido deteriorando hasta lo insoportable. Y finalmente Lozano hará frente a Díez tras el 24-M para hacerse con el control del partido
2. Las renuncias de Irene Lozano y Álvaro Anchuelo. Fue la diputada Irene Lozano quien se manifestó más duramente contra Sosa Wagner en una carta en que incluso lo llamaba "mezquino". Paradojas de la existencia, solo unos pocos meses después, pocas horas después del fracaso de los magentas en las elecciones andaluzas, la propia Lozano abandonó la dirección de UPyD, junto al también diputado Álvaro Anchuelo, por sus desacuerdos con Rosa Díez. No puede olvidarse que encabezaron juntos la candidatura de UPyD en las últimas elecciones generales. Las relaciones entre todos ellos se han ido deteriorando hasta lo insoportable. Y finalmente Lozano hará frente a Díez tras el 24-M para hacerse con el control del partido.
3. Toni Cantó da un paso atrás. Un par de semanas después de lo acontecido con Lozano y Anchuelo, llegó el turno de Toni Cantó. El hasta entonces diputado por Valencia anunció que dejaba el escaño en el Congreso y que no lideraría la candidatura de UPyD en su comunidad el 24-M. Otro duro golpe para Díez y los suyos, teniendo en cuenta que la Comunidad Valenciana era uno de sus puntos fuertes. El paso atrás de Cantó ha minado las posibilidades del partido en la inminente cita con las urnas. Y ha sido otro claro ejemplo de cómo uno de los fichajes rutilantes acaba enfrentado a la líder y fundadora de UPyD.
El diputado asturiano Ignacio Prendes trabajó a destajo por un pacto con Ciudadanos, pero finalmente acabó expulsado de UPyD, e irá en la lista del partido de Rivera
4. El caso de Prendes en Asturias. Otra comunidad autónoma donde UPyD había alcanzado un papel relevante era Asturias. Allí el diputado regional Ignacio Prendes fue decisivo en su momento en la política de la región. Pero también él se ha ido distanciando de Rosa Díez. Primero abandonó la dirección del partido. Después, tras el desastre en Andalucía, fue una de las voces más críticas con la cúpula. Una de sus máximas es que los magentas deberían acercarse a Ciudadanos. La relación entre ambas partes acabó de la peor manera posible cuando la dirección fulminó a Prendes por haber negociado con C's una candidatura conjunta. Ahora, Prendes será el número dos de las listas del partido de Albert Rivera en Asturias.
5. Los europarlamentarios expulsados. El último ejemplo de ruptura entre candidatos y la dirección de UPyD ha terminado también en expulsión. El Consejo de Dirección ha echado a los europarlamentarios Fernando Maura y Enrique Calvet por su cercanía a C's. ¿Cómo es posible que ellos fueran dos de las voces más críticas con el liderazgo de Díez solo un año después de contar con su beneplácito para ir en las listas al Parlamento europeo? Esa es la pregunta que se hacen no pocos militantes y simpatizantes de UPyD, más allá de que culpen de lo sucedido a una u otra de las dos partes enfrentadas.
En este último caso, como en todos los anteriores, los nexos entre los afectados y la dirección se han resquebrajado a velocidad de vértigo. Lo más llamativo es que en todas las elecciones de estos candidatos del pasado jugó un papel fundamental la propia Rosa Díez, fuera para dar su visto bueno o incluso para convencerles de que se sumasen al proyecto magenta. Solo hay que echar un vistazo a la hemeroteca para encontrar fotografías y vídeos de todos ellos con la líder en mítines u otros actos públicos. Eran la viva imagen de la unidad. Pero eran otros tiempos.
Las últimas cifras oficiales del partido hablaban de 6.000 militantes, pero la crisis desatada tras el resultado en Andalucía y las encuestas nada prometedoras para el 24-M apuntan a que las filas magentas son más escuálidas
Además de los casos más mediáticos ya comentados, la sangría en UPyD es especialmente dolorosa en cuanto al número de afiliados. Las últimas cifras oficiales del partido hablaban de 6.000 militantes. Esos números son ahora un misterio, pero la crisis desatada tras el resultado en Andalucía y las encuestas nada prometedoras para el 24-M apuntan a que las filas magentas son ahora más escuálidas. En una comparecencia reciente, el nuevo número dos, Andrés Herzog, aseguró que cada vez había más solicitudes para entrar en el partido, pero no aportó cifras al respecto.