La denuncia de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) a la Generalitat por marginar el castellano en las instrucciones sobre los exámenes de acceso a la universidad ha sacado a relucir otras irregularidades que se desarrollan durante la celebración de estos exámenes después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) obligara a ofrecer las pruebas en los tres idiomas oficiales (castellano, catalán y aranés). Según ha podido saber Vozpópuli, los tribunales de estas pruebas solo llevan a las aulas alrededor del 10% de copias de exámenes en castellano.
Algunos vocales de los tribunales que han participado en las pruebas de este año han trasladado incidencias a su presidente por la imposibilidad de dar copias en castellano ante la demanda de alumnos que lo pedían. Este año, explican las fuentes consultadas, y debido a la mediatización de la cuestión, ha habido más alumnos que se han atrevido a solicitar hacer el examen en castellano, pero no se ha podido abastecer la demanda.
Desde Impulso Ciudadano, que llevan estudiando estos exámenes desde los últimos diez años, explican que en las pasadas ediciones, para un examen con 130 alumnos sólo había disponibles 20 ejemplares en castellano. Por esta razón, muchos tribunales las otorgan en catalán por defecto u orientan la pregunta de si "necesitan copias en castellano" en lugar de si la "quieren en castellano" para evitar que el número de quienes la solicitan en la lengua de Cervantes sea mayor.
"En los años anteriores no se podían llevar las copias en castellano a la clase. Se guardaban en otro sitio y solamente se podía ir a por ellas cuando el alumno lo había solicitado. Algún profesor me comentó que él las llevaba disimuladas por si se las pedían y no hacerles perder tiempo, pero que, en principio, hacerlo así era una irregularidad", explican desde la entidad.
Sin criterios unificados
Otro profesor que en esta edición estuvo en una de las aulas con más alumnos (este año la mayoría son de unos 30 alumnos debido a la pandemia), pero que prefiere mantener el anonimato, explica también a este medio que solo había tres copias en castellano del examen de Historia por una clase de más de 60 alumnos.
Además de esta carencia de exámenes que no son en lengua catalana, hay "consignas" -habladas, nunca por escrito- para "no proponer" a los alumnos hacer las pruebas en castellano. "En el pasillo, fuera de la clase, nos han dicho de no proponerlo porque no las hay", añade este profesor a instancias de este medio.
El hecho de que ni el presidente ni secretario del Consell Interuniversitari de Cataluña haya ordenado ejecutar lo acordado en la resolución del TSJC ha propiciado que cada tribunal haya resuelto las cautelarísimas de la justicia catalana a su manera. En algunas aulas se han intentado cumplir con mayor grado, pero en otras han mantenido la consigna de no llevar más que un 10% de ejemplares en castellano y de no ofrecerlo en los tres idiomas en igualdad de condiciones.
Según explican los profesores, la mayoría de alumnos "hacen el examen en la lengua en que les han impartido la asignatura" y que "normalmente es en catalán". Añaden, sin embargo, que hay casos en que no es así, pero que entonces tampoco les ofrecen las pruebas en castellano.
El Govern 'blinda' su modelo
La consejera de Investigación y Universidades, Gemma Geis, afirmó que “no se iban a tocar” las pruebas de la PAU. Si el primer día de dichas pruebas comunicó que solo había habido un 1% de alumnos que lo habían pedido en castellano, el segundo día hablo de un 5%. En total, hay más de 5.000 alumnos en Cataluña que se están examinando.
Por su parte, la AEB denunció el incumplimiento del Govern de la resolución del TSJC. La Generalitat ha tenido varios días para presentar sus alegaciones hasta que la justicia catalana decida, en las próximas semanas, sobre el fondo de la cuestión.