España

La verdadera cara de los sicarios: magrebíes sin escrúpulos criados en suburbios

Las 'Mocromafia' son la principal cantera de estos sicarios que no son nada profesionales y aceptan cualquier encargo por un importe que ronda los 6.000 euros

  • Un grupo de sicarios detenidos por la Policía Nacional

En la película 'The Mechanic', Jason Statham es un sicario que viste elegantes trajes y que planea al milímetro los asesinatos. Nunca le pillan. Este personaje está totalmente alejado de la realidad que combaten día a día los investigadores de la Policía Nacional. El verdadero perfil de estos asesinos, nada que ver con el cine, es el de magrebíes sin escrúpulos que aceptan cualquier tipo de encargo y son localizados por sus clientes en los suburbios, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.

Las oficinas de sicarios profesionales han pasado a mejor vida. El paradigma cambió hace casi dos décadas cuando iban desapareciendo los cárteles colombianos y mexicanos. Quedan reductos pero poco importantes de un sector que antaño se encontraba incluso dentro de las estructuras de las organizaciones criminales del narcotráfico.

Uno de los problemas de los cárteles era cobrar a los morosos. De ahí se crearon las oficinas de cobro que pasaban de las amenazas y los 'amarres' (secuestros) a los asesinatos. Una realidad que ha cambiado a lo largo del tiempo.

Un sicario detenido en Barcelona

En la actualidad, en Europa, hay dos tipos de sicarios que destacan por encima del resto: las 'Mocromafia' y las 'Patrullas de la Muerte', compuesta por ciudadanos suecos de origen somalí. Los primeros son los que desarrollan los actos más violentos y se consideran las canteras de los asesinatos por encargo.

La 'Mocromafia' está formada por marroquíes de segunda y tercera generación que están causando una gran violencia en Holanda. Utilizan nuestro país como refugio y para blanquear el dinero de la droga en la Costa del Sol y la Costa Blanca.

El Grupo II de la UDYCO Central de la Policía Nacional llevan años investigando a estos sujetos peligrosos. Es tal su implicación que hace más de un año detuvieron en Barcelona al asesino de Peter R. de Vries, un periodista de sucesos que murió a manos de estas mafias por investigarlas.

Los profesionales prefieren trabajar de escolta en Arabia Saudí

El perfil actual de los sicarios está directamente conectado con la 'Mocromafia'. Son jóvenes que viven en suburbios de grandes ciudades europeas sin preparación delincuencial ni táctica. Una muestra de ello es un suceso que ha ocurrido recientemente en Helsinki (Finlandia). Uno de estos sujetos tuvo el encargo de acabar con el líder de otra organización criminal. Tiró una granada a la vivienda equivocada y mató a una familia.

Son personas sin escrúpulos que aceptan cualquier tipo de encargo por "cuatro pelas" o por la promesa de ascender dentro de las bandas. "Muchas veces la cantidad no llega ni a los 6.000 euros porque vienen de la pobreza más absoluta", explican estas fuentes.

Lejos queda el papel romántico plasmado en el cine del sicario profesional. La realidad es "bastante más cutre" ya que son personas que no tienen ni experiencia militar. "Los profesionales prefieren ganar dinero de escoltas en Arabia Saudí que meterse para ser sicarios con los riesgos que eso conlleva", afirman. 

Sicarios criados con yihadistas

Los sicarios utilizan nuestro España solo para esconderse o para ejecutar ajustes de cuentas en las zonas de Marbella. Cuando realizan su encargo regresan a sus países de orígenes, principalmente al norte de África donde pasan una temporada hasta que las aguas se calmen.

Una de las claves en estas investigaciones es la cooperación internacional, que es sumamente importante y estrecha en el mundo globalizado. En este caso, España da pero también recibe.

Los jóvenes de los suburbios que son contratados para ser sicarios se crían en los mismos barrios que los yihadistas. "Unos se vuelven radicales por la religión y otros se vinculan con las organizaciones criminales que les dan más beneficios y les ofrecen salir de estas zonas", afirman. De cualquier manera, aunque lleven a cabo las ejecuciones y obtengan dinero, estos sicarios no se esconden en mansiones ni llevan coches de alta gama.

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