España

Vuelven los 'bolis caídos': los guardias civiles de tráfico dejarán de poner multas en una 'huelga fantasma'

Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico comenzarán este viernes una 'huelga fantasma' como medida de protesta por la situación que vive la agrupación con falta de medios y menos retribuciones

  • Un control de la Guardia Civil de Tráfico

En menos de 24 horas comenzará en toda España una nueva edición de los 'bolis caídos'. Una 'huelga fantasma' que realizarán los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Los efectivos policiales primarán desde mañana, con el inicio del puente de la Constitución, la concienciación ciudadana en seguridad vial por delante de la imposición de denuncias.

Esta iniciativa ha sido promovida desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). En las últimas horas se han unido a la misma otras plataformas como Jucil e Independientes de la Guardia Civil (IGC). Esta propuesta se lleva moviendo desde inicios de esta semana en redes sociales.

Un video de apenas 30 segundos donde se puede ver a cinco manos sujetando un bolígrafo. Las sujeciones se van retirando por el peso de las reivindicaciones sin cumplir de los agentes de tráfico. Finalmente el boli acaba en el suelo. La reproducción acaba con las afirmaciones: "ni miedo, ni pena". Un adelanto de las intenciones que tienen por delante este colectivo.

No hay huelgas en la Guardia Civil

Esta 'campaña' de los agentes se prolongará desde el 2 hasta el 11 de diciembre por toda España. No es una huelga ya que esta acción sindical sería un "delito militar" en un Cuerpo como la Guardia Civil. "Es una campaña de sensibilización con una función pedagógica con los ciudadanos", explica a Vozpópuli Gustavo, secretario de Relaciones Institucionales de AUGC.

Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico encadenan un "profundo malestar" por diversas cuestiones y cargas que tienen que soportar en su trabajo diario. A pesar de las promesas que reciben por parte de la administración pocas se materializan.

Una de sus mayores quejas es la falta de materiales como chaquetones que se licitan tarde y los agentes no pueden acceder a las mismas en invierno. También se les prometió una subida de la productividad de 300 euros por la especialidad. Ahora mismo cobran 142 y el Ministerio de Hacienda frenó el aumento de 58 euros que estaba previsto.

En busca de las denuncias

Otra de sus reivindicaciones es la bolsa de productividad que se ha reducido sobremanera esta mañana. Según AUGC, "los guardias civiles se han pagado con sus dineros los días de trabajo". "Dicen medias verdades", lamentan desde esta agrupación.

Un agente de la Guardia Civil de Tráfico (Asociación Unificada de Guardias Civiles)

Desde esta plataforma advierten que se "busca mucho al denuncia" y están "presos de la estadística". Porque tiene la misma puntuación para los agentes que se pongan dos denuncias de tráfico por no llevar cinturón de seguridad que un informe técnico sobre un siniestro con fallecidos.

"Los Guardias Civiles de la Agrupación de Tráfico estamos cansados de ser números en una estadística alimentada de manera voraz mediante las denuncias interpuestas a los ciudadanos que cometen infracciones en las diferentes vías. Vamos a continuar velando en las carreteras y vigilando la seguridad de los habitantes, pero tenemos el firme convencimiento de que el método para lograr esa seguridad no son las denuncias", lamentaron.

"No somos moneda de cambio"

Desde la AUGC critican que asisten a un cambalache político en el que se anunció la pérdida de competencias de la Guardia Civil de Tráfico en la Comunidad Foral de Navarra. "Es el inicio del lento pero inexorable proceso de desmembramiento de la Agrupación de Tráfico y no hay certeza alguna sobre el futuro de los compañeros destinados en Navarra", valoran.

No sería "demasiado aventurado pensar que nuevos pactos políticos" condenen a los Guardias Civiles de a la expulsión de territorios como Galicia, Canarias, Valencia o Andalucía en el plazo de uno, cinco o diez años. Un pronóstico que no desean sus protagonistas. "No somos moneda de cambio", concluyen.

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