España

Tras la pista de la yihadista que odia España y dejó Málaga para atentar con el dinero de su ex

La Policía accede a imágenes de la joven Fadoua Hassad portando armas , que prueban su papel como activa yihadista en lugares de conflicto

  • La joven española empuñando un kalashnikov en algún punto de Siria o Irak

Fadoua Hassad está viva y es peligrosa. Esa es la tesis de los servicios de Información de la Policía Nacional. Con apenas 36 años de edad, esta mujer nacida en Marruecos pero residente desde hace años en España, está entre las yihadistas más buscadas por las fuerzas de seguridad europeas. Representa un perfil atípico dentro de las jóvenes que se han desplazado a lugares de conflicto para enrolarse en grupos terroristas: ella abandonó España para empuñar un arma y no para ser sólo la sumisa esposa de un muyahidin.

Vozpópuli ha tenido acceso a algunas de las pocas imágenes que existen de Hassad en su faceta de activa yihadista. Las fotos, tomadas en algún punto de Siria o Irak, han sido interceptadas por los investigadores de la Comisaría General de Información, que las han analizado al detalle. A Fadoua Hassad no se le ve la cara, pero los expertos en la lucha contra el terrorismo aprecian otros detalles que les hacen despejar las dudas sobre el papel que ha jugado tras su marcha. “No es de las que han ido engañadas y cuando llegan se desencantan”, dice uno de los investigadores.

En una de estas fotos posa junto a un helicóptero mientras sujeta con sus manos un kalashnikov. En la otra imágen, más de cerca, se aprecia una canana con balas que le recorre el hombro. “Es de su talla por lo que no es que se la haya prestado algún yihadista para la foto”, sostienen las fuentes consultadas. El paradero exacto de esta terrorista es una incógnita. La única certeza de la Policía es que al menos aún no ha regresado a España.

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Reivindica Al-Andalus

La posibilidad del retorno es la que más preocupa a las autoridades ya que, según las pesquisas policiales, Hassad ha mostrado varias veces un rencor inusitado hacia España a pesar de ser el país en el que ha pasado buena parte de su vida. Su último lugar de residencia fue Málaga, aunque también permaneció un tiempo en Lérida. Según han podido acreditar los investigadores, en los círculos radicales decía ser de Al-Andalus. Se refiere a su lugar de partida como si se tratase de una wilaya (provincia) más del califato islámico en la actualidad.

Sobre su rencor hacia España, “es como si hubiese experimentado algún episodio de frustración”, según dice uno de los agentes que desde hace meses trata de cuadrar el puzzle de sus movimientos. Son muchas las dudas que rodean su figura como el triángulo sentimental que le une al mismo tiempo con un frutero de Málaga, también marroquí, y un palestino diez años más joven que ella.

Con el primero se casó hace años, pero se halla en proceso de divorcio. Con el segundo, al que se refiere como su marido, realizó la “hégira”, término de connotaciones religiosas que se refiere al viaje que realizó el profeta Mahoma desde Medina hasta La Meca. Ahora los yihadistas de Estado Islámico lo usan también para definir el desplazamiento de sus simpatizantes hacia el autoproclamado califato en Siria e Irak. La coalición internacional y los ejércitos locales han reducido ese pretendido Estado a pequeños territorios de difícil acceso.   

“Venís por lo de mi mujer”

El frutero se llama Fouad Lalamate y el pasado 23 de abril agentes de la Policía Nacional irrumpieron en su casa para detenerle. “Venís por lo de mi mujer”, dijo el hombre en cuanto vio entrar a los policías. Está acusado de financiar las actividades de la joven a la que periódicamente enviaba cantidades de dinero hasta alcanzar la cifra de 6.000 euros. Afirma que se encontraban en proceso de divorcio, pero en el registro de su casa se encontraron pertenencias de ella.

Las remesas eran de poca cantidad, lo justo para poder seguir viviendo con el sueldo que le proporcionaba su trabajo en la frutería Super Verde, en la calle malagueña de Eugenio Gross. Ahora la regenta su familia y un empleado ya que, tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional, Lalamate ingresó en prisión.

La Policía Nacional cree que, independientemente de la situación matrimonial en la que se encontrase con Fadoua Hassad, el delito de financiación terrorista es claro. Se basan en que el hombre en todo momento sabía para qué era el dinero que mandaba e incluso sabía de la existencia del joven palestino. Tanto que incluso algunos envíos de dinero los remitía a la familia de este sospechoso del que también se sabe que sigue vivo.

Su radicalización

El próximo 15 de agosto Fadoua Hassad cumplirá 37 años. Ella y su amante palestino permanecieron unas semanas en Italia donde se cree que contaron con algún tipo de apoyo logístico. Las autoridades españolas han dictado sendas órdenes internacionales de arresto contra ellos. La Policía indaga también en los motivos de su radicalización. La joven experimentó un cambio paulatino en su forma de pensar y actuar que se dejó notar en su vestimenta, usando prendas cada vez más oscuras y saliendo a la calle cada vez más tapada.

Apuntan a la autoradicalización a través de Internet. Se cree que así fue como conoció al palestino, pero no descartan que asistiese a algunas reuniones con radicales en Málaga o que fuese su ex quien le introdujese en las ideas salafistas. “Es un caso problemático, aunque no tenía trabajo, aparentemente tenía una vida estable ”, insisten en la Policía, que siguen sus pasos para tratar de dar con el paradero de esta activa terrorista que le sigue guardando a España, país en el que brotó la semilla de su odio.   

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